DAVID RAMOS- Las claves del partido de semifinales de la Eurocopa 2012.
España vuelve a hacer historia. 'La Roja' sufrió de lo lindo, pero tuvo la estrella de los campeones para meterse de nuevo en la final de la Eurocopa. Tras el 0-0 final, eliminó a Portugal en una agónica tanda de penaltis. Rui Patricio adivinó el primero a Xabi Alonso, un fallo que parecía despertarnos del sueño. Pero apareció el santo. Casillas respondió con un paradón a Moutinho e igualaba la serie. Su estirada lo cambió todo. Iniesta, Piqué y Ramos no fallaron y metieron presión a los portugueses hasta que Alves la estrelló en el larguero. Cesc tenía la definitva. "No me falles", le susurró a la pelota antes de lanzar. Y ésta no lo hizo. El catalán ajustó el balón al palo y, como sucediese hace cuatro años contra Italia, finiquitó el pase a una final que pudo ser para cualquiera de los dos equipos. Portugal hizo un gran partido. Paulo Bento planteó un partido muy físico que obligó a España a jugar muy lejos de la portería, sin dominio ni una sola ocasión clara en 90 minutos. El conjunto de Del Bosque no se encontró cómodo hasta la prórroga. El técnico salmantino abrió el campo con Navas y Pedro y metió a Cesc para asociarse y dar movilidad a un centro del campo bastante cansado. Durante la media hora extra surgió la mejor España, atacando el partido y llegando, pero Iniesta y Navas no culminaron dos ocasiones clarísimas. Tocó jugársela a la lotería y la suerte volvió a sonreírnos. Los títulos han dado a España ese aura de equipo grande, la inercia ganadora que durante décadas solo vimos en otros. Esta generación ha cambiado la historia de nuestro fútbol.
MVP. Sin duda el jugador que más reforzado sale. Su partido atrás fue absolutamente imperial, atento en el corte y rápido en la anticipación. Completó un partido sin errores y se sacó la espina del penalti fallado en la Champions ante el Bayern. Toda España temblaba menos él. Asumió la responsabilidad y tuvo la sangre fría de lanzarlo a lo Panenka. Se la jugó y zanjó la mofa con calidad. Demostró grandeza, valor y confianza. El central ha dado un salto en liderazgo.
"Lo he tenido claro desde que agarrado el balón", dijo el central sobre el penalti a lo Panenka.
El capitán no tuvo mucho trabajo durante el encuentro. Portugal generó ráfagas de peligro, pero no encontró puerta y Casillas no necesitó emplearse a fondo. Su cita con la gloria volvía a estar en una tanda de penaltis. Una más. Tras el fallo de Xabi Alonso, adivinó el penalti clave. Moutinho lanzó bien, ajustado a su palo natural, pero Iker lo paró con una gran estirada, No era una parada más. Su intervención impidió que Portugal tomase ventaja y descargó presión a los lanzadores.
"¿Héroe? Los penaltis son una lotería", declaró el capitán español al finalizar el encuentro.
Su entrada por Negredo cambió la cara de España. El equipo se encontraba una y otra vez en inferioridad numérica en el centro del campo por la presión portuguesa. Dio esa opción de pase que faltaba retrasando su posición y aportó movilidad, obligando a Pepe y Alves a perder el sitio y abriendo pasillos a Navas y Pedro. Como premio, el destino volvió a reservarle la gloria del último penalti. El de Italia, el pase a Iniesta en Sudáfrica, el de ayer... Siempre protagonista, muy rentable.
Portugal se dejó el alma en el campo y puso en serios problemas a España. Bento aprovechó la ventaja física de sus jugadores y planteó una presión asfixiante que desactivó a España durante 90 minutos. Situó a cuatro hombres en línea para hacer la primera presión casi al borde del área española. Mierelles, Moutinho y un colosal Veloso rotaban para acompañar a Ronaldo, Nani y Almeida a taponar la salida del balón de España, que se vio obligada despejar más balones de lo habitual. Croacia ya lo había conseguido, pero de una forma más itermitente. Portugal fue muy solidaria en las ayudas y consiguió aguantar todo el encuentro sin fisuras. 'La Roja', visiblemente fatigada y con un Xavi gris, se vio obligada a rifar balones y a jugar muy lejos de su área. Bento le quitó el control. Su equipo robó, jugó con criterio y, sin crear grandes ocasiones, empujó hasta meter a España en su campo en varios tramos del partido. Portugal no fue inferior y solo cedió el dominio en la prórroga.
Del Bosque intuyó que Portugal intentaría imponer su físico y que no siempre iba a poder sacar la pelota jugada desde atrás. Apostó por Negredo para tener opciones de recepción en los balones aéreos y el vallecano respondió con brega, pero no le llegaron balones claros. Con el paso de los minutos España estaba cada vez más partida y el delantero se desgastaba en soledad. Entonces Del Bosque volvió a recurrir al falso '9' y acertó. Cesc se movió entre líneas y empezó a refrescar las ideas en el ataque español. Pero su aportación se volvió fundamental cuando el técnico dio entrada a Navas y Pedro, uno en cada banda. Con los cambios abrió el campo y el equipo reaccionó. Cesc bajaba a recibir, generaba espacios y asistía a dos puñales colocados en los extremos que reventaban a una defensa con la luz de la reserva encendida.
Fue quien más peligro llevó del conjunto luso, pero no tuvo su noche. Del Bosque ya avisó de que las ayudas serían fundamentales para frenarle de nuevo y volvió a conseguirlo. Su marcador siempre contó con uno o dos escoltas para neutralizarle. Cristiano estuvo rápido y acertado en las transiciones, pero siempre controlado por Arbeloa y Piqué. Aún así, suyas fueron las mejores ocasiones portuguesas. Tuvo tres lanzamientos directos perfectos para su pegada, pero no vio puerta, y se le fue arriba la más clara en el '89 tras una gran contra que pudo valer la clasificación. El partido pasó por sus botas y no pudo desquitarse en la tanda de penatis. No llegó a lanzar y terminó llorando sobre el césped.
Muy discutible el arbitraje del turco Cuneyt Cakir. Viendo el encuentro cuesta creer como Pepe y Alves pudieron acabar el partido. El primero asestó un rodillazo por la espalda a Xabi y le dejó el codo a Pedro en un balón dividido, mientras que el segundo dio todo lo que quiso y más en las disputas por arriba para terminar viendo una sola amarilla por juego peligroso al final del segundo tiempo. Paró el partido cada vez que un jugador se quedaba tendido en el suelo y no vio un posible penalti en contra de España por mano (estaban pegadas al cuerpo, pero hay contacto).
La fiabilidad del bloque es lo que está manteniendo a España. Sin la chispa de otras veces, la regularidad de los hombres clave está siendo fundamental. Iniesta, Piqué, Xabi Alonso... solo Silva desentona con su brillantez fugaz. Ante Portugal, en este apartado volvieron a sobresalir tres nombres: Sergio Ramos, de menos a más y convertido en líder de la defensa, Jordi Alba, protagonista de las mejores jugadas de ataque contra Portugal y gran revelación del torneo, y por encima de todos Sergio Busquets, con un trabajo espectacular tanto en la contención como en la distribución, garantía de colocación, seguridad y fiabilidad. Puro equilibrio.