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La voz de los yazidíes

Un fotorreportaje sobre la población yazidí en Irak

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  • En Sinjar todo el mundo necesita apoyo en salud mental

    En Sinjar todo el mundo necesita apoyo en salud mental

    MSF lleva casi un año ofreciendo consultas de salud mental en Sinuni. Desde entonces, más de 300 personas se han inscrito en el programa y más de 200 siguen actualmente en tratamiento.
  • Hombre yazidí de 24 años: "No hay felicidad en esta vida. Me da lo mismo si estoy vivo o muerto"

    Hombre yazidí de 24 años: "No hay felicidad en esta vida. Me da lo mismo si estoy vivo o muerto"

    "Somos del sur de la montaña, cerca de la ciudad de Sinyar. Después del genocidio, nos quedamos un año en un campo de desplazados internos en Kurdistán, luego vinimos aquí, a la montaña. Vivo en esta tienda de campaña con mi familia, mis padres, mi esposa, mi hermano, mis sobrinos... Es muy, muy difícil vivir aquí. Las condiciones de vida son muy duras. Siempre hace demasiado calor o demasiado frío".
  • "He tratado de suicidarme tres veces: ahorcándome, con una pistola y un cuchillo"

    "No salgo con mis amigos porque no quiero ni puedo fingir que estoy bien"

    "Tenemos que hacer nuestras necesidades en unas letrinas compartidas que están asquerosas. No hay trabajo aquí, así que me uní a un grupo armado y de este modo logro juntar unos 300 dólares al mes. No soy feliz. Siempre hay alguna cosa que me impide serlo. No salgo con mis amigos porque no quiero ni puedo fingir que estoy bien. La depresión es muy difícil. Siento como si me estuviera derritiendo, y de hecho he perdido mucho peso. Las consecuencias afectan a todo mi cuerpo. También me olvido de muchas cosas. Siempre tengo en mente las cosas que vi y que oí sobre el genocidio. Niños muertos. El ISIS los asesinaba, luego ponían sus cuerpos al fuego y obligaban a sus madres a comerse su carne. He tratado de suicidarme tres veces: ahorcándome, con una pistola y un cuchillo. Las tres ocasiones apareció alguien que logró detenerme. Desde entonces, mi familia está preocupada por mí y eso hace que yo me siento muy culpable. Sé que, lejos de ayudar, mi actitud simplemente empeora las cosas. No quiero tomar medicamentos porque provocan demasiados efectos secundarios. Me gustaría poder tomar una píldora mágica que hiciera desaparecer todo lo que sucedió".

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