David Cantolla (Pocoyó) cuenta en un cómic cómo triunfó, se arruinó y volvió a triunfar
Si David Cantolla fuese americano, su vida ya habría sido adaptada al cine. Con solo 33 años se convirtió en millonario cuando las acciones de la empresa que dirigía, Teknoland, fueron valoradas en 200 millones de euros. Pero entonces estalló la burbuja financiera, creada en torno a Internet a principios de 2000, y su fortuna pasó a ser de 986 euros. Además le reclamaban una deuda de 21 millones de euros. Inasequible al desaliento resurgió de sus cenizas y se convirtió en uno de los creadores de Pocoyó (una serie de animación de gran éxito en todo el mundo). Actualmente sigue fundando compañías y sus videojuegos (Basketdudes...) y series (Jelly Jam) se ven en más de 120 países.
Pero como es español, Cantolla ha contado esta historia de película en el cómic Éxito para perdedores (Astiberri), con dibujos de Juan Díaz -Faes.
"Es la historia de un emprendedor que tiene éxito para después fracasar estrepitosamente -comenta David Cantolla-. Lo esperanzador de la historia es que acaba saliendo otra vez adelante y haciendo algo importante como Pocoyo. Es un minidrama basado en una historia real con el trasfondo de la burbuja de internet que se llevo tantas compañías, buenas y malas, por delante".
"En este caso fue Teknoland -continúa Cantolla-, una compañía que en 6 años llegó a valer 200 millones de euros y en un mes paso a no valer nada. Es también una pequeña recopilación de ideas empresariales contadas de una extraña manera. Y por ultimo es un relato que trata de quitar el miedo a la derrota y trasmitir la idea de que haciendo lo que te gusta, con pasión, esfuerzo y un poco de sentido común, al final las cosas buenas siempre llegan".
David asegura que la burbuja de Internet, que lo llevó a la ruina, tiene muchas cosas en común con la burbuja inmobiliaria: "Esta es más bestia, pero su origen esta en lugares comunes. Por un lado en no saber medir la realidad de algo y no poder separar lo bueno de lo malo, y por otro en la codicia innata de los grandes bancos y de los seres humanos".
"El dinero se malgasta muy rápido"
"El dinero no se pierde de un día para otro -asegura Cantolla-, ya meses antes de la suspensión los socios dejamos de cobrar y después aparecen mil deudas, pleitos y pagos y un arbitraje tan grande requiere de muchos recursos. El dinero, además, se malgasta muy rápido si no eres consciente y en aquella época era difícil serlo siendo parte de compañías que doblaban su valor de semana en semana. Yo era un joven inconsciente y no estaba preparado para un éxito de ese tipo... que le vamos a hacer, al menos fui un rockstar durante un año".
Aún así, David piensa que el fin de Teknoland (una de las empresas míticas del boom de internet en España) se podía haber evitado: "Era evitable en la medida que una de las partes implicadas no cumplió con el contrato y así se lo recordó el juez años después. Dentro de aquel Teknoland estaba la semilla de Pocoyo y de Zinkia (hoy en el MAB), de Jelly Jamm (que ahora se emite en 130 países y que da trabajo a mas de 100 personas) de Bitoon que desarrolla juegos internacionales como Basketdudes.com y en la que trabajan más de 40 personas... y así de muchas mas: de Sequoyas.com, de Theappdate.com, de Designit.com, de Ethosdata, the Sidkap... había mucho talento ahi dentro".
En el cómic también recoge el momento en el que le reclamaban 21 millones de euros. "Cuando una empresa tan grande te reclama esa cantidad de dinero -asegura David- se siente... mucho miedo. Pero tambien, como es una cantidad imposible, piensas como en el oeste, que le podían haber puesto un precio aún más grande a tu cabeza".
El maestro Yan y el Kung-Fu de los emprendedores
De todas esa cosa y muchas más hablan David y Juan en esta obra que, además de una apasionante aventura, es un valioso documento sobre cómo funciona el mundo empresarial. "Hay un poco de eso -comenta David Cantolla- La empresa es un lugar muy interesante a nivel dramático. Está llena de fracasos y éxitos, de malos y buenos, de héroes y mezquindades..."
Se plantearon contar la historia al revés, partiendo de la ruina más absoluta. "Fue un reto técnico en el guión que a lo mejor hace la historia un poquito mas complicada, pero empezar la historia con el protagonista arruinado e ir poco a poco desvelando como se llega a esa situación nos pareció que era dramáticamente mas interesante".
Y usan un personaje ficticio, el maestro Yan que explica de forma sencilla y divertida los vericuetos del mundo empresarial. Pero David asegura que no tiene nada que ver con el maestro zen de Steve Jacobs. "Nada que ver, casualidad que aparecieran los libros a la vez. Nuestro Maestro Yan es la imagen grafica de las ideas brillantes de amigos y empresarios que nos rodean. Mejor que citarlos a todos hicimos un personaje que los incluyera dentro".
Resurgiendo de las cenizas: Pocoyó
A pesar de las penalidades, Cantolla no solo se recuperó sino que volvió a triunfar con Pocoyó. "¡Eso da para otras 280 paginas en otro libro! -bromea- Básicamente lo conseguí perdiendo el miedo. Trabajando de nuevo con toda la intensidad y la pasión de la que soy capaz. Poniendo sentido común y crítica. Haciendo algo que me gustara mucho y..... con un poco de suerte".
"Pocoyó -asegura- nació de querer hacer algo que quedara en la mente y en el recuerdo de nuestros hijos. Esa ha sido la misma razón que ha dado lugar al nacimiento ahora de Jelly Jamm o de Basketdudes...Lo que hacemos nace de la ilusión por hacer cosas para las personas que queremos y de las ganas de crear y poder dedicarnos a hacer lo que nos gusta".
Además tiene muy claras las razones del éxito de Pocoyó: "En los productos que hacemos dedicamos mucho tiempo a cuidar los detalles y a darle muchas vueltas a cada una de sus facetas: estética, ritmo, narrativa, diseño de personajes, musica... Además de eso somos muy críticos y meticulosos con cada cosa hacemos y tratamos de ser globales en los planteamientos. Tal vez todo esto es lo que al final se nota en el resultado y lo hace que funcionen. Con esa misma intensidad hemos trabajado Juan y yo en el desarrollo de Éxito para perdedores".
Una colaboración que Juan califica de: "¡Extraordinaria! Juan y yo nos entendemos a la perfección. Buscamos lo mismo y nos complementamos muy bien. Yo creo que no podría haber encontrado un compañero mejor para este viaje y ya se sabe que un buen viaje solo se hace si estas a gusto con la persona con la que vas".
Un cómic del que puede haber una continuación, según confiesa Cantolla al adelantarnos sus proyectos: "Sigo muy activo empresarialmente en el área del entretenimiento, ya sea haciendo videojuegos con Bitoon, series de animación con Vodka Capital, o apps con Wakeapp y the App Date. Por otro lado Juan y yo ya estamos pensando en la segunda parte del libro del Maestro Yan".
El dibujante: Juan Díaz-Fades
Para un proyecto tan curioso y complicado como este, en el que hay que contar muchas cosas sin escenas espectaculares ni excesos de dibujo, Cantolla no podría haber encontrado mejor narrador que el dibujante Juan Díaz-Fades (Leónido Lemmy, Ultrarradio), que nos ha contado que la obra nació en "una entrevista "dibujada" que le realizamos a David para la revista Yorokobu".
"En cuanto nos conocimos, David me comentó el proyecto que tenía en la cabeza y me dijo que mi estilo de dibujo y narrativa le parecía que encajarían perfectamente con la historia que quería contar. A partir de ahí, todo surgió casi sin darnos cuenta".
"Aunque más o menos teníamos en mente unos parámetros estéticos -continúa Juan-, la verdad que todo fue creándose de una manera natural sin que supusiese para nosotros ningún esfuerzo "extra" a la historia en la que ya nos habíamos metido. Los personajes fueron ganando en personalidad a medida que nos compenetrábamos más con el proyecto".
Una historia que han narrado con el color verde: "La primera razón es puramente estética -comenta Juan-; dependiendo de cómo se utilice el color, se le puede dar un aspecto u otro a la novela. Esta misma historia contada con mucho color y saturación, podría haber sugerido unas emociones más divertidas o dinámicas así que pensamos que el bitono, añadiría algo de peso y seriedad, más coherente con el concepto de libro que queríamos que tuviera el objeto final".
El proceso de creación
Díaz-Fades asegura que ha sido muy fácil trabajar con David Cantolla: "Facilísimo. Él me mandaba una parte del guión, yo le decía (pensando de una manera gráfica): David, ¿por qué no pones esto así o esto asá? y él me decía: Vale, compro. Luego, yo le mandaba los bocetos de las páginas y él me decía: Juan, ¿por qué no pones esto así o esto asá? y yo le decía a él: Vale, compro. La verdad que nuestro método de trabajo no fue más complicado que eso. Sólo tuvimos un par de puntos a debatir durante 10 meses y 250 páginas, así que no se puede decir que haya sido nada difícil trabajar juntos".
Pero no todo ha sido tan fácil: "Es la primera vez que me enfrento a un proyecto tan largo. Mucho tiempo trabajando en lo mismo y con el guión de otra persona (a la que al principio, apenas conocía), así que supongo que lo más complicado puede haber sido invertir un número X de horas a fondo perdido y en un proyecto al que le íbamos viendo las orejas mientras crecía. Pero de todas formas, creo que ese peque-conflicto duró unos 10 minutos".
Díaz-Fades es operador de cámara e incluso ha dirigido documentales, algo que le ha servido a la hora de dibujar el cómic: "La verdad que me ha servido más de lo que pensaba. Ahora, al ver acabado el cómic soy consciente de cómo utilizo valores de plano o sistemas narrativos, similares a los que se puedan utilizar en cualquier medio audiovisual. Fue como tener grabadas todas las secuencias desde todos los ángulos posibles y poder utilizar todo el material a mi antojo".
Influencias y proyectos
En cuanto a sus influencias en el mundo del cómic, Juan asegura que "Creo que sobre todo tengo influencias inconscientes, no sabría decirte si para este cómic me inspiré en este o mi referente estético es aquel. Sobre todo intento fijarme y echar horas viendo cosas que me gustan en ese momento y que, la mayoría de las veces no tienen mucho que ver entre sí".
Y, aunque trabajo no le falta, Juan todavía no sabe cual va a ser su próximo proyecto: "Después de hacer un proyecto tan redondo, es difícil saber qué tienes que hacer de una manera lógica. Intentar algo que por lo menos tenga el mismo nivel, o buscar un proyecto más sencillo y personal... En mi vida diaria no tengo mucho tiempo libre, y eso hace que no pueda invertir demasiado tiempo en pensar. Estoy intentando pensar proyectos nuevos, pero seguramente, cuando esté 100% metido en el siguiente, me diga a mi mismo; anda, este será mi nuevo proyecto".
De momento podemos disfrutar de esta interesante novela gráfica sobre uno de los creadores audiovisuales más inteligentes y emprendedores de la industria española de los últimos años. Todo un ejemplo en estos días de penurias económicas y pocas ideas.
Este sábado, 2 de junio, David Cantolla y Juan Díaz-Faes firmarán y dedicarán a sus lectores Éxito para perdedores en la caseta de Madrid Cómics (Stand nº 85) de la feria del libro de Madrid. De 12:00 a 14.00.