(Alarma)

(Cristales rotos)

(Música)

Hola, claners, bienvenidos y bienvenidas

y gracias por estar otra vez en "Aprendemos en Clan: el reto".

¡No es justo!

Nacho, ¿qué te pasa?

Que me han regalado un calendario, pero está roto.

¿Le faltan hojas?

¡Le faltan días!

¿Cómo? ¡Sí!

Febrero tiene solo 28 días.

¡Se le han caído dos!

Pero es que febrero solo tiene 28 días.

A veces, 29.

Pero ahora que lo pienso, sí que es un poco raro, sí.

¡Quiero que me devuelvan esos días ya!

¡Claro! Por eso los claners nos hacen esta pregunta:

¿Eh? ¿Qué pregunta?

Atiende.

Hola Nacho y Martina.

Tengo una pregunta para el reto de hoy.

¿Vosotros sabéis por qué no todos los meses duran lo mismo?

¿Cómo?

¿No es solo febrero?

¡Ay! ¡No puedo soportarlo!

Tranquilízate, Nacho, seguro que tiene una explicación.

Pues la quiero fácil y la quiero ya.

Eh, Nacho Mapacho, calma.

Que la paciencia también es importante.

Uy, yo soy el rey de la paciencia.

Mira cómo espero.

Te veo nervioso.

¿Yo? ¡Para nada!

¿Sabes la respuesta?

Estoy en ello, voy a preguntárselo a Orilo y Arlequina.

Venga, que te digan algo rápido.

¡Que ya he perdido demasiados días!

Hola Orilo, hola Arlequina,

¿sabéis por qué no todos los meses duran lo mismo?

(GRUÑE)

¿Será posible?

(CANTA EN INGLÉS)

Orilo, llevo un montón de tiempo esperándote.

Pero, ¿cómo un montón de tiempo, Arlequina?

Si a mí se me ha pasado rapidísimo.

Lo único que he hecho ha sido preparar unas lentejas,

pasear a nuestro perro Galleto,

darme una ducha relajante...

Un momento, un momento, espera.

¡Mira! Mensaje de Martina y Nacho, a ver qué quieren.

¿Sabéis por qué no todos los meses duran lo mismo?

¡Pero bueno, Arlequina!

Eso se sabe desde hace un montón de tiempo.

Desde el tiempo de los egipcios.

Mira, Orilo, creo que aquí tenemos un problema

a la hora de medir el tiempo.

Martina no sabe por qué los meses tienen distinto número de días,

tú llegas tarde siempre a todos los sitios,

creo que necesitamos un artefacto

que nos permita medir el tiempo correctamente.

Pues Arlequina, tengo yo una cosa aquí,

tráeme el tiempo, que lo mido.

¿Pero cómo vamos a medir el tiempo en centímetros, Orilo?

No, necesitamos medir el tiempo en minutos, horas, meses,

necesitamos un reloj.

Orilo, ¿qué te parece si entre los dos

construimos un reloj de arena?

¡Me parece que ya tenemos reto!

Para hacer nuestro reloj de arena necesitamos todos estos materiales.

Dos botellitas pequeñas de plástico,

unos cartones más o menos de este tamaño,

unas tijeras y algo para pegar,

puede ser cola blanca o silicona.

¡Primer paso!

Cortar las botellas de plástico por la mitad.

(GRITA)

Por la mitad, Orilo. ¡Qué guay!

Las tenemos que pegar en el cartoncito.

Lo podemos pegar con cola blanca

o con la ayuda de nuestra amiga,

la agente 3,14.

¡Ja ja! Tengo un poco de silicona, Orilo.

Voy a ello. A por ello.

También necesitamos los dos tapones de las botellas

con unos agujeritos en el centro,

que si te los pones así en los ojos puedes ver y hasta enfocar.

Para luego pegarlos uno con otro

alineando muy bien los dos agujeros.

Es muy importante.

Y es momento del paso clave.

Ahora que tenemos la mitad superior de la botella

pegada al cartón, hay que llenarlo con arena, claro,

¡es un reloj de arena! Vamos. Vamos allá.

Dale un poquito más de vidilla,

que no tenemos todo el tiempo del mundo.

¡Ahí está!

La arena, hala, perfecto.

Ha funcionado. Muy bien.

Y ahora lo que hacemos es poner los tapones,

poner la otra botella y, así, ya tendremos nuestro reloj.

58... ¡toma!

Cinco minutos exactos es

lo que tarda nuestro reloj de arena

en pasar toda la arena de un compartimento al otro.

Bueno, Orilo, con esto sí que vamos a poder

medir el tiempo perfecto.

Pero acuérdate cuando lo hagas

que los dos tapones estén perfectamente pegados

con los agujeritos uno sobre el otro.

Y aquí mira lo que le hemos puesto:

unos lapiceros de colores para decorar.

Y que, encima, unen las dos bases.

Bueno, prométeme que con esto

ya nunca, nunca volverás a llegar tarde a ningún lado.

Nunca más llegaré tarde a ningún sitio

a no ser que se me peguen las lentejas,

eso ya es otro tema.

Martina, tengo una idea buenísima.

Se me ha ocurrido viendo a Orilo y Arlequina.

Podríamos hacer un reloj de basura.

¿Cómo se mide el tiempo en un reloj de basura?

Medimos lo que tardo en comérmelo todo.

Tú traes la basura, es un trabajo en equipo.

No cuentes conmigo.

No tengo tiempo.

Ay, ¡qué día más triste para los mapaches!

Tú no traes basura

y a febrero le faltan dos días.

Pero podemos seguir preguntando por qué.

¿Y si hacemos un reloj de sándwiches?

O de pizzas.

¿Qué? No te estaba escuchando.

Le estaba escribiendo a Welelo y enviado.

Oye, dile que me traiga seis pizzas.

Yo creo que con eso me apaño.

Es para una manualidad.

(Música)

(Mensaje)

Mensaje de Martina y Nacho.

Justo estaba pensando en ella y en él, qué sincronía.

¿Por qué no todos los meses duran lo mismo?

La verdad es que es un poco lioso.

Tenemos meses como febrero, que solo tienen 28 días,

junio tiene 30, pero luego julio tiene 31,

y eso es porque el calendario tiene una historia muy curiosa.

Pero antes,

¿queréis un truco para saber cuántos días tiene cada mes?

Aprieta la mano en un puño.

Y empieza a nombrar los meses por los nudillos y por los huecos.

Enero, febrero, marzo, abril, etc.

Los meses que caen en los nudillos tienen 31 días.

Y los que caen en los huecos tienen 30,

excepto febrero, que tiene 28.

Es genial, vale, pero no era la pregunta.

Para entender cómo hemos llegado a todo este lío de meses y días,

vamos a ver cómo se medía el tiempo en el principio de los tiempos.

¡Qué frase tan guay! ¿Eh?

¡Alehop!

¡Ya estoy aquí!

Estoy en Tarragona, la antigua ciudad romana Tarraco.

Para medir el tiempo, los antiguos romanos usaban esto:

un reloj solar.

Con la sombra de un palo sobre unas muescas,

seguían el recorrido del sol en el cielo.

Y, así, sabían qué hora era.

Pero hacía falta medir periodos de tiempo más largos.

Los meses y los años.

¿Y qué podían usar para medir el tiempo aparte del sol?

La luna.

Los antiguos se dieron cuenta de que la luna

cambiaba de forma en ciclos iguales de 28 días.

Lo que se llama "fases de la luna".

Al observarlas, sabían en qué parte del mes estaban.

Y así nació el primer calendario lunar.

Aunque la luna no sirve para medir las estaciones del año,

¿y qué es un año?

Es el tiempo que tarda el planeta

en dar una vuelta completa al sol.

En el Antiguo Egipto descubrieron que la Tierra

tardaba en dar la vuelta al sol 365 días.

Un año.

Por lo que dividieron el año en 12 meses de 30 días cada uno.

Pero en la Roma antigua, de donde viene nuestro calendario,

había 10 meses y 304 días.

Había meses de 30 días y otros de 31.

Para perfeccionarlo, pusieron dos meses más:

enero y febrero.

Y su calendario tenía 355 días.

Un año lunar.

Luego vino Julio César, y mandó hacer un calendario

como el de los egipcios, solar, de 365 días.

Y, como era muy importante, le puso su nombre:

calendario juliano.

Y cuando murió, en su honor, llamaron a un mes "julio".

Su sucesor, Augusto, que tenía un poquito de envidia,

quiso tener también su propio mes,

¿y adivináis cómo lo llamó?

Sí, agosto.

Y para que estos dos meses, julio y agosto,

fueran más importantes aún

le quitaron cada uno un día a febrero,

que pasó de tener 30 a 28 días.

Y por eso hay meses de 30, 31 y 28 días.

Pero no os preocupéis,

porque a febrero le devuelven un día cada cuatro años.

Os explico:

el planeta no tarda un año exacto en dar la vuelta al sol.

Sino que tarda 365 días y seis horas.

Cada cuatro años, esas seis horas se van sumando

hasta tener 24 horas: un día extra.

Por eso, cada cuatro años damos un día extra a febrero.

Tiene 29 días y a ese año lo llamamos "bisiesto".

Pero la historia no acaba aquí,

porque luego vino un Papa, Gregorio XIII,

y se dio cuenta de que el calendario de Julio César

tampoco era exacto.

Tenía doce minutillos de más,

que a lo largo de los siglos se acumulaban y descuadraban todo.

Así que Gregorio hizo el calendario gregoriano.

Y este calendario es el que nosotros

y casi todo el mundo utiliza hoy en día.

(Mensaje)

Mensaje de los claners.

-Hola, Welelo,

¿sabes si en otros planetas se utilizan estos calendarios?

-¡Guau! ¡Qué pregunta más interesante!

Pero no la puedo responder aquí, me voy... ¡al espacio!

¡Alehop!

¡Llegué!

Estoy en el mejor sitio para comprender esto.

¡El planetario!

Los planetas del sistema solar no usan nuestro calendario.

Porque cada uno tiene su propia rotación sobre su propio eje.

O sea, que no es lo mismo un día en la Tierra

que en Júpiter.

La Tierra tarda en completar una rotación sobre sí misma

unas 24 horas, un día y una noche.

Marte también tiene día y noche,

pero tarda 24 horas y 37 minutos.

Siempre llega media hora tarde.

Como Nacho.

Y Venus gira muy, muy lentamente.

Un día allí dura 243 días terrestres.

Además de rotar, los planetas giran alrededor del sol.

ya vimos que la Tierra da la vuelta al sol

en 365 días, seis horas y doce minutos.

Según tarde cada planeta en dar la vuelta al sol,

así serán sus años.

Por eso los planetas más cercanos al sol

tienen años más cortos,

y los más lejanos años más largos.

Por ejemplo Neptuno,

que es el planeta más alejado del sol,

tarda en dar la vuelta al sol 165 años.

Así que un niño que viviera un año en Neptuno

tendría 165 años en la Tierra.

Bueno, yo me voy a quedar aquí, flotando entre planetas,

me siento como Thanos.

¡Hasta la próxima, claners!

(Aplausos)

"Nachombro", "Mapachagosto",

"Mapachanunio"...

¿Qué haces, Nacho?

Estoy pensando un nombre para mi mes.

¡Yo también quiero uno!

Así le devuelvo los días que le faltan al mes de febrero.

Pobrecito.

¿Vas a crear un calendario para ti?

Claramente.

Solo habrá mapaches.

Se llamará el "calendario mapachino".

Pues sí que tienes trabajo.

¡Y tengo más ideas!

Como un calendario de sandías.

Uy, qué rico...

Sí, pensaré algún ritual

como comer sandías todos los días.

(RÍE)

Pero no creo que puedas modificar un calendario así porque sí.

¿Cómo que no?

Si lo hicieron Julio, Augusto y Gregorio,

Nacho Mapacho también.

A mí, mientras no me quites los dines de semana,

me parece todo bien.

Lo tengo en cuenta.

¿Alguna petición más para el calendario "mapachino"?

No, por ahora no.

Vamos a ver a Nerea,

que nos hablará sobre cómo percibimos el tiempo.

Pues yo percibo que tengo un poco de hambre.

¿Me has traído algo de merienda?

Hola, claners.

Aquí vuestra amiga del futuro.

¡Por poco no llego!

¡Se me echaba el tiempo encima!

Seguro que a ti tu madre también te dice todas las mañanas

"corre, corre, que no llegáis al colegio".

Todos llevamos relojes encima para no llegar tarde.

O intentarlo al menos.

¿Pero te has parado a pensar alguna vez

qué es esto del tiempo?

Porque fíjate, cuando estás muy aburrido,

es que parece que pasa muy lento.

Y cuando te lo estás pasando bien, pasa muy rápido.

Pues eso es algo que mis amigos los filósofos

se han preguntado mucho a lo largo del tiempo.

Y también los científicos.

¿Realmente el tiempo es algo que existe

o simplemente sirve para organizarnos?

Porque fíjate qué lío sería si cada uno piensa

que vive en una hora diferente.

Yo te digo: "Venga, a las 12 en mi casa"

y a saber a qué hora me apareces.

Nuestro amigo Aristóteles pensó mucho sobre esto.

Y diferenció entre dos tipos de tiempo.

Uno al que llamó "chronos",

que lo que hacía era permitirnos ver que las cosas cambiaban,

que había avances.

Un tiempo que se puede medir y que nos hace ver

que pasamos de la noche al día o que cambiamos de estación.

Incluso, emos cómo vamos creciendo.

Como nos permite ver cómo cambian las cosas,

los físicos se han dado cuenta de que, en efecto, es algo real

y forma parte de sus ecuaciones a la hora de explicarnos

cómo funciona el mundo.

Luego está el otro tipo de tiempo.

Ese que sentíamos de una manera extraña.

Que a veces pasaba rápido y otras lento.

Ese le llaman "kairós",

y lo que significa es "el momento oportuno".

Es una manera de comprender el tiempo mucho más individual

en la que le damos el valor al instante,

al momento especial.

Qué curioso esto de que seamos capaces de entender el tiempo

de manera tan rara cuando nos atraviesa.

Qué tipos tan raros somos.

Es por eso que los psicólogos están estudiando todo esto.

¿Pero queréis saber algo aún más raro sobre el tiempo?

No en todas partes va a la misma velocidad.

Según la Teoría de la Relatividad de Einstein,

las cosas que van más rápidas,

el tiempo pasa mucho más lento para ellas.

En cambio, las que están más quietas,

el tiempo va mucho más rápido.

Si alguien se va al espacio en una nave que va muy rápida,

entonces, el tiempo no va a pasar casi para él.

Mientras que nosotros, mientras nos quedamos aquí en la Tierra,

más tranquilos, pues sí que nos pasarán los años.

Así que cuando esta persona vuelva dentro de 50 años,

él estará casi igual de joven,

y vosotros ya muy mayores.

¡Qué cosas! ¿Verdad?

Ahora piensa cosas molonas conmigo.

Si pudieras revivir un momento de tu vida,

¿cuál sería y por qué?

Si pudieras viajar al futuro,

¿qué te gustaría conocer?

¿Y qué crees que pasaría

si el tiempo se parara durante un día?

Te dejo pensando.

Nos vemos en el futuro.

(Música)

¿Cómo vas con tu calendario "mapachino"?

Solo le faltan unos detallitos.

¿Y también va a tener cuatro estaciones?

Esto...

¿Cuándo es la estación de las sandías?

En verano. Ah, muy bien.

Entonces apunta:

en el calendario "mapachino" solo existe el "mapachirano"

que coincide con el mes de las sandías

y, casualmente, con mi cumpleaños.

Creo que es un poco egoísta tu calendario.

¡Qué va!

El mes de "mapachebrero" ahora tiene 30 días.

Me puede la generosidad, Martina.

Mientras te haya quedado claro

que no todos los meses duran lo mismo,

me parece genial.

De eso no tengo ninguna duda.

Por cierto,

hoy es mi cumpleaños.

¿Qué me vas a regalar?

¡Qué morro tienes!

Anda, vamos, que te invito a merendar.

¡Yuju!

¡Lo que más me gusta!

¡Comer y cantar!

¡Eso también podemos hacerlo!

Adelante esa canción.

¡Hasta otra, claners!

(Música)

# El 29 de febrero

# es un día guay.

# Y cada cuatro años enteros

# solo uno hay.

# Me gusta medir el tiempo

# para calcular

# del verano al invierno # cuánto faltará.

# El calendario me ordena.

# Me avisa cuándo acaba un año

# y cuándo otro empieza.

# hay doce meses para disfrutarnos

# y en uno de ellos tu cumpleaños.

# Minutos, horas y días.

# Tiene muchas medidas.

# Hay doce meses para disfrutarnos

# y todos ellos forman un año.

# A veces pasa deprisa

# y otras el tiempo se ralentiza. #