(Música de cabecera)

¡Hola, claners! Bienvenidos al programa de hoy.

-Oye, Nacho, ¿dónde vas? -A independizarme.

-¿Y eso? -¿Eso? Eso es mi equipaje, James.

No, me refería a por qué te independizas.

Ya va siendo hora de que viva por mi cuenta. Tengo ocho añazos.

-¿Y te las arreglarás tú solo? -Desde luego... vaya pregunta.

-¿Eso es que sí? -Obvio. Soy un mapache adulto.

Oye, ¿y qué le has dicho a tus padres?

Nada. Les he dejado una nota para que no me regañen.

Pues dejarles una nota no es muy adulto.

La nota era muy adulta.

-A ver, ¿dónde vas a vivir? -Aún no lo he decidido.

He pensado en pasar unos días en tu casa.

Que me hagas la comida, la cama, los deberes...

¿Cómo? Pero, Nacho, eso no es independizarse.

Después de que me prepares el baño,

hablamos de lo que es independizarse.

¿Y solo llevas eso de equipaje?

He enviado un camión directamente a tu casa.

Tiene que coger mi colección de trofeos

mi cama, mi armario, mi guitarra eléctrica,

cuatro cosillas de nada.

Pero, Nacho, mi casa es pequeñita

y tú tienes un montón de cosas muy grandes, no van a caber.

Mira, Miguel Ángel te lo explica.

A lo mejor también te puede ayudar a ordenar las cosas.

Que "mapachafácil" me estás haciendo todo.

¡Hola, matemaníacos y matemaníacas! Resulta que me voy a mudar

y no sé si los muebles de mi habitación

me van a caber en la habitación nueva.

¿Me ayudas a averiguarlo?

Como ven, aquí tengo el plano de mi nueva casa.

¿Qué pasa? Que eso yo no lo entiendo.

Lo que sé es que recuerdo que en la antigüedad

el ser humano podía medir con las manos, con los brazos,

con las piernas... ¿Por qué? Porque era algo que siempre tenía

y el metro muchas veces se les podía olvidar.

Así que he pensado que lo mejor es medir mi nueva habitación

con los palmos, así, con los palmos de mi mano

y poder compararlo con el tamaño de los muebles.

Genial. Vale, pues vamos a mi habitación.

Esta de la esquina es mi habitación

y tengo que poner todos los muebles nuevos.

Pues vamos a ver. He ido midiendo con los palmos

y sé que tiene diez palmos de ancho

por 17 palmos de largo.

Muy bien, ahora toca meter los muebles.

En la habitación hay un armario empotrado

y eso no lo puedo cambiar. Es el armario que está aquí.

¿Y cuánto mide?

Pues mide cuatro palmos de ancho

por seis palmos de largo.

Bien, y ahora, ¿qué es lo más importante?

Pues la cama, porque voy a dormir. Vale.

¿Y qué tiene? Pues tiene nueve palmos y medio de largo

por cuatro palmos de ancho.

Bien. Aquí, fatal, en el medio de la habitación no la puedo poner

porque no puedo pasar a este lado.

Bien, pues voy a ponerla en diagonal,

también mal, porque me pasa lo mismo,

pierdo este lado de la habitación,

así que yo creo que lo mejor es ponerla en esta esquina

y me queda estupenda.

Bien. Vale. Pues vamos a poner una mesilla de noche,

una mesilla pequeña de noche que tengo,

que es dos palmos de ancho por tres de largo

y me va ahí estupenda.

Bien, ya la tengo puesta. ¿Y qué me queda?

Pues me queda poner la mesa de escritorio

porque tengo que estudiar en la habitación.

Así que, vamos a ver la mesa,

porque la mesa es un poco más difícil de colocar,

porque tiene siete palmos de largo por ¿qué? Por tres de ancho.

Entonces, si la pongo aquí en la puerta, no voy a poder entrar.

Ahí no puede ir.

Creo que la voy a poner al lado de la ventana para que me dé el sol.

Pero ¿qué pasa? Que no me puedo asomar

y aquí va a quedar todo muy junto.

Creo que tampoco me va bien ahí.

Creo que lo mejor es colocarla en el medio de la habitación

y me queda ahí ya todo colocado.

Qué bien. Eso sí, me he olvidado de una cosa:

quiero meter en mi habitación a mi gran amiga, la ballena azul,

pero ¿qué pasa? Que la ballena azul es gigante.

¿Saben cuánto mide mi mascota, la ballena azul?

Mide nada más y nada menos

que 130 palmos de largo por 15 palmos de ancho.

Yo creo, creo, que no me va a caber en mi habitación.

Recuerden que mi habitación tenía diez palmos de ancho

por 17 palmos de largo.

¿Y en mi casa? Vamos a comparar

con el plano de la casa completo.

El plano de la casa tiene

50 palmos de largo

por 45 palmos de ancho.

Creo que mi ballena se va de tamaño.

¿A que sí?

Es que necesita mucho espacio.

Estoy pensando que lo mejor es que vuelva al mar,

que es donde le gusta vivir tranquila.

Vamos a hacer un pequeño repaso.

En primer lugar, tenemos que medir la habitación.

medir los muebles y comparar las medidas.

No siempre necesitamos un metro,

en este caso, lo hemos hecho ¿con qué?

Con las partes de nuestro cuerpo.

Y, muy importante, he utilizado el palmo,

que es muy sencillo.

Así que ya pueden hacerlo también ustedes.

¡Hasta la próxima, matemaníacos y matemaníacas!

James, vamos a tener que cambiar de habitación.

La tuya es mucho más enorme.

-Se dice "es más grande". -¡Y más "luzoso"!

-¿"Luzoso"? Es "luminoso". -¿Lumi... noso?

¿"Luzoso" es "de luz"?

No, es para un espacio que tiene más luz.

Pues lo que yo diría. La que me has dado es "más negrosa".

-"Más oscura". -Y "menos enorme".

-"Más pequeña". -Pero ¿por qué repites todo?

Porque estás describiendo todos los lugares mal.

Pero... no es verdad, James, lo he descubierto perfectamente.

Lo que pasa es que no quieres que sepa

que tu habitación es mucho más mejor que la mía, que es mucho más peor.

"Descubrir" no, "describir".

Mira, vamos a ver una clase con Juan Carlos,

que él te enseña cómo describir lugares. Atiende.

Juan Carlos es mucho más mejor.

Bien situado, cuatro habitaciones, con plaza de parquin.

¡Hola, superlingüistas! ¿Qué tal?

Estaba aquí, viendo anuncios de pisos

y es que, verás, me voy a cambiar de piso, me voy a mudar,

y quería alquilar en el que vivo yo ahora.

así que, la mejor manera que se me ha ocurrido

es fijarme en cómo hacen los anuncios las demás personas.

Aquí he encontrado algunos. Mira, por ejemplo, dice...

Este está semiamueblado.

A ver qué es eso de "semiamueblado".

(ASIENTE) Semiamueblado...

Yo más bien diría que está "semidestruido".

(RESOPLA) ¿No te parece?

Y fíjate... fíjate, ¡qué sofá!

Bueno, bueno, yo no me siento ahí ni loco.

Vamos a ver la cocina...

(RESOPLA) La cocina.

Dice que es muy amplia. Bueno, pues...

Menuda amplitud que tiene.

¡Ja! Mira, me estoy dando cuenta. Si abres un armario...

(RESOPLA) ¡Te das en la cabeza!

Madre mía, madre mía, qué desastre.

A ver. El dormitorio.

Pone que es muy luminoso.

(RESOPLA) Sí, sí, si luminoso es.

Pero lo que no dice es que... fíjate.

Si no te pones de rodillas, te das también en la cabeza.

Qué desastre.

A este piso deberían llamarlo "el piso de los chichones".

Claro, y una de dos:

o esta gente no tiene ni idea de escribir

o nos quiere engañar.

¿Tú qué piensas?

(ASIENTE) Yo también lo sospechaba.

Voy a empezar a describir mi piso y lo haré lo mejor posible,

para que quien lea el anuncio sepa perfectamente cómo es

y no se sienta engañado.

Y para esto es muy importante utilizar adjetivos.

Pero los adjetivos bien elegidos, no como en este anuncio.

A la hora de describir,

lo primero es decir lo que se describe.

En mi caso, un piso de una habitación.

También hay que decir dónde se encuentra.

Mi piso está en Valencia.

Y, por último,

hay que explicar qué elementos tiene

y qué sensaciones transmite.

A ver, a ver. ¿Cómo puedo seguir ahora?

(PIENSA) Fíjate en esta foto.

Anda, échame una mano, a ver qué más digo.

Fíjate, tiene cocina americana.

Claro, se llama así a las cocinas que están dentro del salón.

y que no tienen puerta ni nada.

También tiene una mesita y el suelo de parqué,

que es el que está formado por piezas finas de madera.

¿Qué más cosas? Ah, mira, un perchero.

Pero si te has dado cuenta, la chaqueta no está en alquiler,

esa es mía, esa me la llevo yo.

Ahora voy a describir mi dormitorio,

que es muy luminoso.

Fíjate en esta foto.

Para mí, esta es una de las cosas más importantes.

¿Y sabes por qué?

Porque hay una ventana grande detrás del cabecero.

También tiene un armario empotrado. Y esto lo voy a destacar,

porque los armarios empotrados son muy buenos cuando alquilan,

ya que no sobresalen de las paredes

porque están insertados en el muro.

A ver, ¿qué más tiene?

Ya lo veo: una moqueta.

¿Y qué es una moqueta?

Muy sencillo: es una tela gruesa

como una alfombra

que se pone en el suelo

o en algunas paredes.

A ver, a ver... ¿qué más puedo decir?

Ya lo veo. Que tiene una cama, una mesilla,

una silla...

¿Qué me faltaría, qué me faltaría?

Ah, claro, el baño.

Pero el baño mejor lo dejo para otro momento.

A ver, en resumen, ¿qué podría poner?

Pues mira, yo diría que mi piso es pequeño,

luminoso y bastante nuevo

porque es que, claro, lo tengo muy cuidado.

¿Qué te parecen estos adjetivos que he elegido?

Recuerda que para hacer una buena descripción

hay que utilizar bien los adjetivos,

decir qué vas a describir,

dónde se encuentra,

enumerar sus elementos principales

y las sensaciones que te transmite.

Tú puedes hacer una descripción de tu habitación

por si alguna vez tienes que hacer algún anuncio como el mío.

Pero recuerda: ¡no engañes con los adjetivos!

Esto es todo por hoy. ¡Hasta la próxima!

-Esto... James. -Dime.

Es que... no sé cómo decirte esto.

Pues... dilo así, sin más.

Es que... esta relación no funciona.

¿Cómo?

Eres tú, James, no puedo vivir contigo.

Pero... pero ¿qué he hecho yo de mal?

No tienes suficiente basura en tu casa,

la nevera es pequeña, no caben mis sandías,

y esa bañera es enana.

Además, no me das los masajes que me prometí que me darías.

Bueno, pues, si crees que es lo mejor, adelante. Vete.

Sé que sufrirás, amigo, pero... nos veremos aquí, en el programa.

Bueno, si crees que es lo mejor...

-Oye, ¿y dónde vas a vivir? -He pensado en hacer una tienda.

Mira, Orilo y Arlequina tienen muchas ideas de cómo hacerlas.

Oye, pero si eso lo digo yo. Venga, adelante con la lección.

¿Lo ves? Lo nuestro no funciona.

¿Orilo? Orilo, pero ¿dónde estás?

¿Orilo? No sé dónde se ha metido...

¡Uy! ¿Y esto tan bonito?

-¡Hola, Arlequina! -Orilo, pero ¿qué haces ahí dentro?

-¿Cómo? es mi tienda tuareg. -¿Tu tienda tuareg?

Pero ¿qué es eso? Y, sobre todo, ¿cómo la has hecho, Orilo?

-¡Ahora te lo cuento! -Vale.

Arlequina, los tuareg son un pueblo bereber

del desierto del Sáhara y son nómadas,

lo que significa que no paran de viajar de un lado a otro.

Por eso sus casas son así:

son tiendas que se desmontan muy fácil

para poderlas montar en otros lugares

y viajar por todo el desierto.

Pero ¡qué chulada, Orilo!

Oye, ¿me enseñarás a hacer una tienda como esta?

¿Como esta? ¡No, Arlequina!

Vamos a hacer tu propia tienda utilizando tu imaginación.

Pues, me parece, Orilo, que ya tenemos reto.

Orilo, ya estoy preparada para montar mi propia tienda.

Pero ¿dónde vas con todo eso, Arlequina?

¡Si la tienda la vamos a hacer

con materiales que tengamos por casa!

Sí, sí, si eso me queda claro, pero es que yo quiero

que mi tienda sea bien bonita, y que vaya con mi personalidad,

y que quepan por lo menos 100 personas dentro,

porque yo tengo muchos amigos.

Perfecto. Lo primero que necesitamos saber

es dónde vamos a montar la tienda,

para construirla acorde con las características del medio.

Por ejemplo, los tuareg hacían tiendas fácilmente desmontables

para poder viajar por todo el Sáhara.

Los esquimales, tiendas que resistieran muchísimo al frío,

o los indios sioux, que hacían tiendas especiales

para poder vivir en las grandes llanuras americanas.

Qué chulo todo eso, pero yo tengo claro dónde quiero montar mi tienda.

-¡Oh! ¿Dónde? -En la selva amazónica.

¡Sí! Perfecto. Pues necesitamos analizar

cómo es la selva amazónica para construir nuestra tienda.

Vale. La selva amazónica es la selva más extensa de todo el planeta.

Tiene un montón de flora, de especies vegetales,

y de fauna, ¡especies animales! Bueno, es enorme.

Y, además, dicen que es el pulmón del planeta,

porque tiene tantos árboles y tan altos,

que emite un montón de oxígeno, oxígeno que respiramos todos.

Bueno, y, ¿sabes qué? Por la selva amazónica

pasa el río Amazonas, el más largo de todo el planeta.

Qué guay, Arlequina. Pues vamos allá.

Tenemos que montar la tienda.

Lo primero, necesitaremos algo que nos proteja de los animales,

algo para el suelo, para que los bichos que viven

debajo de la tierra o que vienen reptando

pues no nos molesten...

-Aquí lo tengo, Orilo. -Perfecto, muy bien.

Vamos a necesitar también algo para parar a los insectos...

-Para, para, un... -Claro, que hay insectos ahí...

-Mira... -Y en la entrada, algo...

que no lleguen todos los insectos...

-Así. -Espera, ahí. Perfecto.

-Un pañuelo para los insectos. -Perfecto.

Necesitaremos también algo para la lluvia.

-¡La lluvia! -En el Amazonas llueve mucho.

-Algo que nos proteja de la lluvia. -Pues esto. Sujétame esto.

Muy bien. Y algo para estar cómodos, no sé, unos cojincitos.

-Unos cojincitos... -Algo, que el suelo del Amazonas,

es que... es muy duro.

Unos cojines.

Pero, Arlequina, llevas diez minutos buscando cojines.

-No veo los cojines... -¿Es tan difícil encontrarlos?

-Cojines, unos cojines... -¡Están aquí, por favor!

Por favor, sí, perfecto. Y algo donde sentarse, ¿no?

-Un taburete. Mira... -Perfecto...

Tengo aquí un taburete. Sujétamelo un poco.

-Ya tenemos todo. -Ya está.

Ahora, ¡a montar nuestra tienda!

Mira qué pedazo de tienda me he construido, Orilo.

He puesto una manta en el suelo

para protegerme de la humedad del suelo de la Amazonia

y de los posibles insectos que puedan venir reptando,

esta tela impermeable para protegernos de la lluvia,

un pañuelo para que no entren los mosquitos,

este taburete para poder sentarnos, cojines para estar cómodos

y unas lucecitas para poder bailar con todos mis amigos.

Qué guay, Arlequina.

Ahora es tu turno, construye tu propia tienda.

Recuerda: piensa muy bien en el lugar del mundo

donde la quieres construir para adaptarla

y poder estar cómodo o cómoda.

Nos vemos en nuestra próxima aventura.

¡Adiós!

-(SUSPIRA) -¿De dónde vienes, Nacho?

De dormir en la tienda, pero no me ha gustado.

¿Por qué?

Porque es un poco incómodo y no caben todos mis trofeos.

Además, he pasado frío.

-Quizá no hiciste bien la tienda. -La duda ofende, querido.

-Nacho, ¿hiciste bien la tienda? -¡Qué va! Me cansé enseguida.

Solo puse una toalla y me tapé con otra.

Normal que no estuvieses cómodo.

-Oye, ¿y si la haces tú? -O podrías vivir en una casa.

Ah, ya te veo por dónde vas.

Tú quieres que vuelva a vivir contigo.

No, no, no, no. Me refiero a cualquier otra casa.

Que sí, que sí, lo que tú digas,

pero no vuelvo a vivir contigo, James.

Nacho, hay muchos tipos de casas, por ejemplo, las casas pasivas.

Para pasivo ya estoy yo.

Yo quiero una casa donde me lo hagan todo.

Guau, qué actitud más independiente.

¿A que sí?

Vamos a escuchar a Mamen, que ella nos habla de las casas pasivas.

¡Uh!

¡Hola! ¿Qué tal estáis?

¿Habéis visto qué maqueta tan bonita?

Pensad que hace muchos, muchos años los seres humanos éramos nómadas.

Íbamos de cueva en cueva buscando refugio.

Menos mal que luego empezamos a trabajar distintos materiales

y se construyeron casas, pues de barro, de madera, de piedra,

incluso con palos y pieles de animales, como los tipis indios.

Pero bueno, hoy en día hay muchas casas como esta.

La cosa es: ¿queréis saber cómo va a ser la casa del futuro?

Yo os lo cuento.

Las casas del futuro tendrán cosas parecidas a las de hoy,

por ejemplo, en las ciudades aprovecharán el espacio

hacia arriba, en bloques de pisos.

Y en las zonas rurales, en los pueblos,

habrá casas individuales, como esta.

Si se construyen en zonas donde llueve mucho,

tendrán los tejados inclinados,

con tejas o pizarra para que resbale bien la lluvia.

Y si están en zonas con mucho sol,

pues seguramente las paredes se pintarán de blanco

para que la luz se refleje y no se caliente tanto el interior.

Y el interior... pues eso,

las necesidades no van a cambiar tanto,

tendrán un baño, una zona para cocinar,

otra para dormir, otra para jugar,

pero... las casas del futuro van a ser otra cosa.

Os doy opciones, a ver si sabéis qué es.

¿Van a volar?

¿Van a ahorrar energía?

¿O van a disparar rayos láser?

Eso es. Las casas del futuro van a ahorrar energía.

Utilizarán mucha menos para mantener la casa calentita en invierno

y fresquita en verano.

Y, además, van a utilizar menos materiales en su construcción

y, muchas veces, reciclados,

así que van a impactar mucho menos en el medio ambiente.

Serán las casas pasivas.

Imaginaos la casa como un ser vivo.

Todo lo que la recubre sería su piel,

así que grietas o elementos de construcción

que permiten que se cuele el aire

son como heridas en esa piel y hay que curarlas.

Las puertas y ventanas tendrán que estar bien aisladas,

cerrar, que no entre corriente.

Por otro lado, también los muros van a ser más gruesos,

sería como abrigarnos con una manta,

como nuestros antepasados con las pieles

de los animales que cazaban.

Las viviendas del futuro van a mirar hacia el pasado,

hacia las cuevas donde vivían

los seres humanos hace miles de años.

Y van a utilizar la energía más barata que existe:

la del sol, que nos da calorcito.

Pero también hay otras cosas en las viviendas que producen calor.

Nosotros mismos, o los puntos de luz o los electrodomésticos.

Toda esa energía se va a reutilizar

para mantener la vivienda con una buena temperatura.

Y es mucho más barato.

Las casas pasivas van a aprovechar también de manera muy inteligente

las corrientes de aire,

haciendo que esté siempre ventilado el ambiente

y a la temperatura adecuada.

Es algo tan sencillo como buscar el calorcito del sol

cuando tenemos frío en invierno

o echarnos crema en la piel para protegernos del sol en verano.

Bueno, como hemos visto,

las casas han ido evolucionando a lo largo de su historia.

La tendencia del futuro,

de todas maneras,

es mirar hacia el pasado,

hacia las cuevas, por ejemplo.

Se van a construir viviendas como si fueran seres vivos,

con la piel gruesa, para aislar de la temperatura exterior.

Con muros más gordos, con ventanas y puertas que aíslen muy bien,

sin grietas, para evitar que la temperatura

se vea alterada por las corrientes que entran de fuera.

Pensad que lo importante es ahorrar energía,

conservar bien el calor

y reconducirlo para que la casa se mantenga calentita

sin tanto consumo de energía.

Así, vamos a conseguir unas casas en el futuro

mucho más acogedoras.

Y sobre todo, sostenibles y que hagan un consumo

más eficiente de la energía, gastando menos.

Bueno, ¡nos vemos pronto!

¿Nacho?

(SE QUEJA)

¿Estás bien?

Sí, es que me he despertado.

Pero ¿qué te ocurre? ¿Estás enfermo?

No, estoy muy cansado.

Desde que me fui de casa de mis padres no he dormido bien.

Primero, por tus ronquidos,

luego, porque hacía frío y mucho ruido en la calle.

Bueno, igual no eres tan independiente como crees.

¡Soy el animal más independiente que existe!

Lo que pasa es que tengo mucho sueño.

Es muy difícil ser independiente cuando tienes tanto sueño.

Igual deberías aprender de otros animales

que son tan independientes, que hasta se construyen

sus propias casas. Mira, Orilo y Arlequina nos los enseñan.

Arlequina, pero ¿qué estás haciendo?

¡Mira qué bonito, Orilo! Es una cama para la gata Valentina.

¡Ay! Qué suerte tiene Valentina que va a venir a vivir contigo.

Seguro que la cuidas estupendamente.

¡Hombre, claro que sí! Con esta camita.

Oye, ¿sabes que hay mucha gente que no solo hace camitas,

sino casas para los animales domésticos?

¡Uy, y mucho más! Yo tengo un amigo que tiene unas cobayas

¡y le ha construido un pedazo de parque de atracciones!

Las cobayas están ahí jugando todo el rato.

¡Qué suertudas esas cobayas!

Yo también quiero un parque de atracciones.

Porque en la naturaleza eso no pasa, ¿eh?

Los animales son los que se tienen que construir sus propias casas.

Y, además, las tienen que construir en lugares muy seguros,

a salvo de los posibles depredadores.

Por ejemplo, los pájaros.

Los pájaros construyen sus nidos, sus casas, en lugares altos,

donde los depredadores no pueden llegar.

Por ejemplo, en los tejados, para proteger sus huevos.

Por ejemplo, las cigüeñas, que hacen sus nidos

en lo alto de los campanarios. Y hacen unos nidos enormes.

¿Y qué me dices de las golondrinas?

Que construyen sus nidos con barro

arriba del todo en los tejados, en las cornisas,

para estar bien protegidas.

De hecho, Orilo, hay pájaros que incluso camuflan sus nidos.

En la selva, muchos pájaros los esconden.

Ahí, camuflados, para que nadie los vea.

Están como jugando al escondite todo el rato.

Pero, Arlequina, hay un pájaro que se pasa de listo.

No construye nidos,

ni siquiera cuida de sus crías porque pone sus huevos

en los nidos de otros pájaros.

Dejan el huevo ahí abandonado y son esos otros pájaros

los que cuidan de su cría.

Pero ¿qué pájaro hace eso?

¡El cuco!

¡Uy, el cuco! Pues no me parece a mí tan cuqui el cuco ahora.

Los animales que sí que hacen unas casas chulísimas

son los castores.

Son los verdaderos arquitectos de la naturaleza.

Hacen unas balsas en el agua

que son sus madrigueras.

Las hacen con hierba, ramas, barro.

Y, normalmente, la entrada a la madriguera

está por la zona donde está el agua.

Así se evitan a los posibles depredadores que no pueden nadar.

Y ahí están.

Arlequina, ¿y qué me dices de los murciélagos?

¡Oy, oy, oy! ¡Son increíbles!

¿Dónde crees que hacen sus casas?

¿En los árboles de los bosques

en las cuevas

o en el fondo de los lagos?

¡Efectivamente! En las cuevas.

porque los murciélagos

duermen de día.

Entonces necesitan la oscuridad de la cueva.

Y también pueden dormir colgados del techo.

Si es que son maravillosos.

A mí, los que me gustan un montón son las abejas.

Que sus casas son grandes colmenas

donde pueden llegar a vivir hasta 50.000 individuos.

¡Hala!

¿Has visto qué fiesta?

Hasta 50.000 abejas.

# Abeja para aquí.

# Abeja para allá. #

¡Qué gente hay metida!

Y las hormigas con sus hormigueros

que son laberintos bajo tierra con un montón de pasillos

y habitaciones especializadas en distintas actividades.

¡Madre mía los animales!

¡Qué maravilla lo que pueden hacer en la naturaleza!

Bueno, yo sigo aquí con la camita de Valentina.

Que creo que, además de camita, le voy a construir una casa también.

Estará contentísima. Nos vemos en nuestra próxima aventura.

¡Adiós!

Oye, te veo más descansado, Nacho.

¡Sí, muchísimo!

¡Qué bien! Oye, entonces, ¿ya has encontrado una casa para ti?

Sí.

¡La casa de mis padres!

Nacho, ¿has vuelto?

Sí, se me ha ocurrido una idea "mapachula".

A ver, ¿cuál?

Voy a ser independiente, viviendo en casa de mis padres.

Espera, espera, ¿cómo se hace eso?

Pues independientemente de lo que pienses,

voy a dejar que me lo hagan todo y voy a vivir allí.

Pero, Nacho, después de haber vivido

la experiencia de estar independizado,

puedes volver a casa, valorar lo que es y ayudar a tus padres.

Bueno, vale, lo voy a intentar.

Pero piensa que yo alegro a mi familia con solo mi presencia.

(RÍE)

Y ayudando también en las tareas.

Ahora que estás más fresco, ¿y si presentamos el noticiero?

¡Uy, sí!

¡Empieza "Está mapachando"!

¿Lo he hecho igual que tú?

(Música de telediario)

Bienvenidos y bienvenidas a "Está mapachando".

El noticiero mapache que da las noticias

"pache" lo que "pache".

Hola, James.

¿Echas de menos vivir conmigo?

Hola, Nacho. Pues un poquitito, poquitito pequeñito.

Seguro que me echas de menos mucho más. (RÍE)

Oye, ¿tienes alguna noticia interesante?

Pues mira, para todos aquellos que se quieran independizar

y les guste el reciclaje, hoy les traigo unas casas

hechas de botellas de vidrio.

Se pueden crear casas con diferentes materiales.

Como esta, que está creada de ladrillos con botellas.

Y, además de quedar bonito,

es una manera de reciclar las botellas.

Y no solo eso, sino que además da más luz al interior de las casas

y quedan muy originales.

¡Guau! ¡Qué casa más "mapachula"!

Yo quiero una con paredes de basura.

Espera, Nacho, ¿tú crees que eso es una buena idea?

Sí, la mejor de todas.

Además del dulce aroma de la basura, me podría comer las paredes.

Pero entonces te quedarías sin casa.

Vaya, eso no lo había pensado.

Los que siempre tienen casa, vayan a donde vayan,

son mis amigos los caracoles.

Mi gran amigo viajero de la "Cara-costa Brava"

no tiene ningún problema a la hora de encontrar casa

a cualquier lugar que vaya.

¡Porque siempre va con ella! (RÍE)

Solo tiene que decidir el lugar al que quiere ir

y coger un coche para llegar a su destino rápidamente.

En este caso, iba a una reunión de caracoles

para decidir cuál será la velocidad máxima de la temporada.

James, yo quiero ser un caracol.

Hombre, pues te evitaría muchas mudanzas.

Además podrías hacer como los tricópteros.

Mira qué curiosos son.

Estas curiosas larvas acuáticas crean sus nidos portátiles

con arena, piedrecitas y trozos de algas.

Además de llevar su propio nido, consiguen despistar

a los depredadores porque es muy difícil descubrirlos.

¡Guau!

Si yo me pusiera un poco de arenita y un poco de algas,

seguro que no me descubrirías.

Soy un maestro del disfraz.

No estoy tan seguro de eso. Venga, ¿qué noticias más traes?

Mira, este amable señor construye una casa con piscina

para unos tiernos perritos.

Esta persona tan simpática, ha decidido construir

una casita con piscina para estos perritos

que viven en lo profundo de la selva.

Le ha quedado un castillo de lo más "mapachomolón".

Así que, ellos pueden darse un bañito, beber agua

y resguardarse de los insectos de la selva.

Estoy preparado para vivir en un castillo como ese.

Voy a llamarlo para que me envíe los planos.

James, te dejo que me construyas una.

De nada.

Ah, ¿que todavía quieres independizarte?

No, sería mi casita de veraneo.

Oye, me voy mientras tanto a darme un bañito con los perretes.

Aquí te quedas.

Bueno, claners, recordad: hasta que no os independicéis,

hay que ayudar en casa.

¡Hasta pronto!