(Música)

Hola "claners".

Bienvenidos y bienvenidas a "Aprendemos en Clan".

-¡Ya está aquí el mapache más divertido y especial

de la televisión!

-¡Nacho Mapacho!

Oye, ¿qué tal? -"Mapachudamente", James.

-Pues mira, Nacho, hoy vamos a hablar

de un animal muy curioso e interesante.

-Por fin, ya era hora

de que hiciéramos un programa sobre mí.

Pues mira, James, yo no soy un mapache normal,

soy un mapache único.

-Nacho, no me refería a ti.

Pero venga, a ver si adivinas de qué animal vamos a hablar.

-A ver... -Pero, antes de que lo digas,

no son los mapaches. -Vaya. Pues dame una pista, hombre.

-Venga, una pista, es un animal que tiene un solo cuerno.

-¿Un solo cuerno? Un rinoceronte.

O un toro que ha tenido un accidente.

(RÍE) -No es un rinoceronte.

-Vaya. Pues a ver...

¿Tiene forma de caballo, pero tiene un cuerno? Una jirafa.

-No, Nacho, pensaba que ibas a decir un unicornio.

Pero no, no es nada de eso, te doy otra pista,

es un animal marino.

Eso quiere decir que vive en el mar.

-Vaya. ¿Y no podíamos hacer un programa sobre mí?

¿No sabías que yo soy un mapache muy humilde?

Lo que pasa es que lo hago todo bien.

-Mira, te lo digo ya, hoy vamos a hablar de los narvales.

-¿Qué? ¿Carnavales?

Pero ¿no estábamos hablando de animales?

-No, no, Carnavales, no, Nacho, los narvales.

Es un animal marino que vive en el mar

y que tiene un cuerno.

-Ah, ¿sí? ¿Un animal marino que se ha disfrazado de unicornio?

Qué programa más raro te has buscado hoy.

-No, Nacho, no va disfrazado, es un animal que es así.

Mira, Orilo y Arlequina te lo cuentan.

¡Ay, los unicornios!

Cómo me gustaría ver un unicornio.

-Orilo, ¿sabes qué?

¡Te he encontrado un unicornio!

-Pero, Arlequina, espero que no sea una broma, ¿eh?

Ya sabes que para mí ver un unicornio

sería lo máximo de este mundo.

-Te lo prometo, Orilo, te he encontrado un unicornio, mira.

¡Oy, oy! Pero qué unicornio más extraño.

¡Pero si está gordo como una foca!

-Claro, está gordo como una foca porque es un narval,

los unicornios del mar.

-¡Ay, ay, ay! ¡Pero qué cosa más curiosa!

Resulta que los unicornios existen y que son un animal marino.

Y la mar de simpático.

Pero ¿dónde viven? ¿Dónde lo has encontrado?

¿Al final de un arcoíris?

-Ay, no, no, no, no, me he tenido que ir al norte,

muy al norte del océano Atlántico, allí se pueden ver.

Y también en el Ártico.

Lo que pasa es que hay que ir un poco avispao, ¿eh?,

porque están en peligro de extinción y quedan muy poquitos.

Pero, aun así, te he conseguido hacer una foto.

Mírala. -¡Uy, uy, uy!

Pero, ahora que me fijo, esto son cetáceos, ¿verdad?

-Sí.

-Son animales de la familia de las ballenas.

Entonces, deben ser muy grandes, ¿no?

-Son enormes,

pueden medir hasta 4 metros.

Y pesan desde 1.000

hasta 1.600 kilos.

-¡Pero qué pedazo de bicho!

¡Madre mía!

Y ese cuerno que tienen los machos, Arlequina, ¿para qué lo usan?

Ya sé, ya sé, seguro que lo usan

para hacer esgrima con el pez espada.

¡Chas, chas! O para ponerse ahí un espeto.

O un pincho moruno. -¿Pincho moruno en el cuerno, Orilo?

Pero que no llegan a comérselo.

No se lo pueden comer.

Además, seguro que ni siquiera saben encender una barbacoa.

No, esto... -¡Pero mira lo que ha llegado!

-¡De repente! -Una carta, a ver.

-Una carta para Orilo y Arlequina.

-¡Del club de fans de los narvales!

-Mira. -Sí, como han visto

que no tenemos ni idea de para qué sirve el cuerno,

pues nos han escrito una carta para explicárnoslo.

Aquí dice que, en realidad, no es un cuerno,

sino que es ¡un colmillo!

-¿Un colmillo? ¿Un colmi...?

Pues le ha salido un poco torcido, ¿eh?

Le ha salido así para arriba.

¿No le podían poner unos brackets ahí para ponerle el...?

-No, aquí dicen que no,

que mejor que lo tengan así porque lo utilizan para ligar.

-Ay, qué pizpiretos son.

Oye, Arlequina, ¿nos hacemos del club de fans de los narvales?

-¡Ay, sí, me encantaría!

Además, yo creo que ya podemos

porque sabemos un montón de cosas de los narvales.

¿Qué? Ahora te gustan un poquito más los narvales, ¿verdad, Orilo?

-Claro que sí, Arlequina.

Los narvales, cómo me gustaría ir a ver a los narvales.

-Sí. Lo dejo ahí soñando.

Nosotros nos vemos en nuestra próxima aventura.

Adiós.

-Ese colmillo, ay.

¡Hala! ¡Los narvales son "mapachonantes"!

¡Yo quiero uno, James!

-Sí, sí, son muy chulos, pero no, no puedes tener uno de mascota.

-¿Cómo que no? Yo soy Nacho Mapacho.

-Pero, Nacho, los narvales son unos animales

que están en vía de extinción,

lo que tenemos que hacer es cuidarlos.

-Pues ¿quién va a cuidarlos mejor que yo?

Además, le daría de comer basura,

que seguro que le encanta como a mí.

-Sí, seguro. Además, ¿dónde lo meterías?

Un narval mide unos 4 metros

y tiene que estar siempre en agua salada.

-¡Ya sé, en la bañera!

Le pondría un poco de sal. (RÍE)

¿Sabes que quiero un narval?

-Además, viven en un clima muy diferente.

Bueno, pues, si tiene calor, le pongo unos cubitos de hielo,

y, si tiene frío, un abriguito.

-¿Un abriguito? Anda, Nacho, ¿tú sabes lo grande que es un narval

y lo enorme que tendría que ser su abrigo?

No, pero le puedo pedir a Miguel que me diga cómo calcularlo.

De hecho, ya se lo he pedido. (RÍE)

Anda, presta atención, James.

-Oye, pero si eso es lo que digo yo.

Vale.

A ver, a ver...

qué es lo que me falta por aquí.

¡Anda! Hola, "matemaniacos" y "matemaniacas".

Si ya están aquí.

Resulta que me han encargado vestir a los narvales.

Yo no es que sea sastre ni nada de eso,

pero sé dividir y medir muy bien.

Tengo 38 metros de tela

y cada narval va a necesitar 4 metros de tela.

¿A cuántos narvales puedo vestir?

Pues eso se puede hacer bien con una división.

Aquí lo vemos. Vamos a dividir 38 entre 4.

Y veo que me da 9 y me sobran 2 metros.

Vale, ¿y esa división es correcta?

Pues les voy a dar un truco para que sepan que es correcta.

Vamos a ver, para que una división sea correcta,

si multiplico el divisor por el cociente,

9 por 4 es 36,

y le sumo el resto, ¿cuánto me da?

38. ¿A qué es igual? Al dividendo.

Si es igual al dividendo, la división es correcta.

Así que es correcta.

Miguel, tenemos 235 metros de tela,

¿nos puedes decir cuántos narvales podemos vestir?

Pues claro que sí, a través de una división.

235 sería, ¿qué? 235 sería el dividendo.

Y 4 sería el divisor,

porque cada narval va a necesitar 4 metros de tela.

Genial, pues lo primero que tenemos que hacer,

es fijarnos en la cifra del divisor,

solo tiene una cifra.

Pues vamos a la primera cifra del dividendo.

Vemos que el 2 es más pequeño que el 4.

Entonces, no podemos empezar a dividir,

tengo que coger también la siguiente.

Muy bien, pues cojo el 23.

Y digo: 23 entre 4.

¿Cuánto es? ¿Cuánto es?

5 por 4 es 20.

Genial, pues pongo aquí 5.

5 por 4 es 20, y lo pongo debajo del divisor y lo resto,

23 menos 20, ¿cuánto es? 23 menos 20 es 3, muy sencillo.

¿Y puedo seguir dividiendo?

3 entre 4, no, porque 3 es más pequeño.

Así que es muy importante.

Lo que tengo que hacer es bajar la siguiente cifra.

Y pongo el 5 aquí y digo: 35 entre 4.

Mmm... 8 por 4 es 32. Y 9 por 4 36.

Entonces, 36 no porque me paso, sería 8.

8 por 4 es 32. Genial, 32 que tengo por aquí.

¿Y qué hago? Igual que el paso anterior,

lo resto, 35 menos 32, es 3.

Muy bien. ¿Y qué ocurre?

Que ya no puedo seguir dividiendo porque el 3 es más pequeño que el 4.

Así que este es el resto de la división.

Ahora solo tengo que comprobar si la división es correcta o no.

¿Cómo? Con la prueba de la división.

Recuerden, divisor por cociente, más el resto,

me tiene que dar el dividendo.

Es decir, 4 por 58, es 232,

más el resto, que es 3, es 235.

¡Correcta!

A ver, a ver...

No te muevas, no te muevas, que no te quiero pinchar.

Yo creo que ya está bien.

Qué bien me ha quedado el narval.

Vaya traje más bonito he hecho.

Es que soy un sastre que es que es una maravilla.

Bueno, ya he vestido a un narval,

ahora me quedan otros 57.

Hasta la próxima, "matemaniacos" y "matemaniacas".

¡James! ¿Lo has pedido? ¿Cuándo llega?

-Nacho, ¿a qué te refieres?

-¿A qué va a ser? ¡Al narval! ¿Cuándo llega?

-Ay, ya te lo he dicho, Nacho,

no se puede tener un narval de mascota.

-Pero... ¡Pero, James, yo quiero un narval!

¿Te lo he dicho?

-A ver, ¿para qué?

-Pues ¿para qué va ser?

Para hacer cosas "mapachulas".

Como ir por el agua,

que pinche cosas con su cuerno...

Y para jugar al pilla pilla y esas cosas.

-¿Cómo? ¿Para jugar la pilla pilla, Nacho?

Pero si los narvales son animales superrápidos.

Y tú, bueno... (RÍE) -¿Yo qué?

Qué soy el mapache más rápido del universo.

Anda, me puedo escapar de cualquier cosa.

Prueba a pillarme. -A ver.

Pillado. -Oye, no estaba preparado.

Se dice: "Preparados, listos, ya".

-Anda, escucha a Alex,

que nos va a enseñar unos movimientos de engaño

para convertirnos en unos maestros del pilla pilla.

Hola, superatletas.

Tengo que escapar, soy una sardina

y me persiguen los narvales, que quieren cenar a mi costa.

¡Buf! Lo conseguí.

¿Qué te parece lo que estaba haciendo?

Eran ejercicios para escapar.

Si no puedes ser más veloz, deberás ser más ágil.

Imagina que eres una sardina

y que te están persiguiendo los narvales.

¿Qué puedes hacer? Esquivarlos.

La sardina es más pequeña y más ágil.

Por eso, apunta en una dirección y sale corriendo por la otra.

¿Qué te parece?

Aquí el truco consiste en esperar el momento justo.

No vale solo con hacer la finta,

con F,

que es el engaño con tu cuerpo

y salir corriendo.

Tienes que engañar a la persona que viene a por ti.

Este ejercicio es muy útil en el pilla pilla.

Mira, vamos a repetirlo despacio.

Lo primero son los ojos.

Tienes que mirar hacia el lado al que parece que vas a salir,

si miras hacia otro lado, ya no vale.

Lo segundo es el hombro, tienes que dejarlo caer

hacia el lado al que se supone que vas a ir.

Y después, das un paso,

atento a la persona que viene a por ti,

cuando veas que el engaño ha colado,

sales hacia el otro lado.

Mira, te lo repito.

Atención, tienes que estar muy atento

de la persona que te quiere pillar.

Si ves que el engaño no ha resultado bueno,

puedes hacer una finta doble.

Esto es así, derecha, izquierda, derecha.

Izquierda, derecha, izquierda.

A veces ya estás en carrera, te están persiguiendo

y el mejor movimiento es no hacer nada.

Eso quiere decir quedarte quieto

para dejar pasar a quien te persigue.

Pero ojo, no es nada fácil.

Tienes que pasar de ir muy deprisa a pararte en seco.

Es importante que pares sobre el paso,

y para ello, tienes que tener buenos muslos.

Venga, vamos a practicar.

Corremos y paramos sobre el pie derecho.

Adiós.

¿Has visto cómo funciona?

Lo puedes hacer con la pierna derecha

o con la pierna izquierda.

Fíjate.

(Frenazo)

(Frenazo)

¡Que vuelve! ¡Que vuelve!

(Frenazo)

(RÍE)

También puedes hacer un reverso.

A mí me encantan.

Paras sobre un pie y giras hacia el otro lado.

Si vas en esta dirección,

paras con el pie derecho y giras en sentido contrario.

Si vas en esta dirección,

paras con el pie izquierdo y reverso hacia el otro lado.

O puedes hacer un doble reverso.

Si vas en esta dirección,

paras, y cuando estás a medio reverso,

reverso al otro lado.

O en esta, paras con el pie izquierdo,

reverso hacia el otro lado y a mitad, gírate al otro lado.

Bueno, yo creo que ya estoy listo

para jugar a ser sardina otra vez.

¡Qué vienen los narvales!

¡Me voy por aquí! ¡Que me voy por el otro lado!

Una finta doble y un reverso. ¡Oh!

Adiós, superatletas.

¿Y qué, Nacho, cómo ha ido la historia?

-Bien, ya he terminado.

Pero no me ha acabado de animar

esto de escribir sobre los narvales.

Yo quiero uno de verdad y no escribir sobre ellos.

-Bueno, o igual sí. A ver, déjame verla.

Por cierto, ¿en qué tiempo verbal has escrito?

-Pues en el tiempo que he tenido,

después del almuerzo y antes de la tercera siesta.

-No, me refiero al tiempo verbal,

ya sabes, pasado, presente, futuro...

-Ah, vale, vale, haberlo dicho antes.

Pues un poco de todo.

-¿Cómo que un poco de todo, Nacho?

A ver, la historia que cuentas, ¿es algo que ocurrió,

que está pasando ahora o que va a pasar?

-Sí. -Sí, ¿qué?

-Pues sí, no, ¿yo qué sé, James? Me estás liando.

Y yo estoy triste.

Y a mí estas cosas no me ayudan, no te entiendo.

Yo lo que quiero es un narval.

-Pero ya te lo he dicho, Nacho, no puedes tener un narval.

Pero tengo una solución que quizá pueda animarte.

-¡Ah, vale, buena idea!

Un masaje siempre viene bien.

Anda, dame un masaje

mientras vemos un documental de narvales en La 2

y como un poco de basura.

No te duermas, ¿eh?

-No, Nacho, yo me refería a aprender,

a mí eso siempre me anima.

Mira, con Juan Carlos,

vamos a aprender los tiempos verbales.

-¿Y el documental?

Hola, superlingüistas, ¿qué tal?

¿Te gustan las historias?

A mí me encantan.

Me gusta inventarlas, escucharlas y, sobretodo, contarlas.

Es que las historias te trasportan a otros lugares y momentos.

Te voy a contar una historia de aventuras

que va sobre narvales y exploradores.

Eso sí, te pido que te fijes

en el tiempo verbal que estoy utilizando,

para ver si la historia ya pasó, está pasando o va a pasar.

¿Me sigues?

Había una vez un mar lejano y desconocido.

El Ártico.

Un día salí en barco

acompañado de mi tripulación a explorar.

Cuando llegué, me sorprendió una criatura

que habitaba sus aguas congeladas.

Parecía un unicornio, tenía un cuerno largo,

pero nadaba como una ballena.

Uno de mis hombres gritó: "¡Es un monstruo!"

Yo le dije que no, que no lo era,

que solo era un animal distinto.

Desde ese momento,

aprendí a respetar todo lo que era diferente.

No sé si lo has adivinado,

pero me he disfrazado de Amundsen,

el primer hombre que pisó el Polo Sur.

Y te he contado una de sus aventuras.

Por cierto, ¿te has dado cuenta

en qué tiempo verbal la he contado?

Eso es, muy bien.

Estaba contada en pasado.

Y otra cosa más,

el pasado también se llama pretérito.

Y no todos los pretéritos son iguales.

Atiende.

Fíjate que he utilizado verbos

como "había", "llegué", "habitaba"...

Que, aunque todos son en pasado,

hay una diferencia entre ellos,

que unos son pretéritos perfectos

y los otros, pretéritos imperfectos.

Te voy a poner un ejemplo.

"Sorprendió".

"Sorprendió" es pretérito perfecto.

¿Por qué?

Porque la acción había acabado.

Y otro es "habitaba",

que es pretérito imperfecto.

¿Por qué?

Porque está en pasado, pero la acción no había acabado.

¿Te acuerdas? El narval habitaba,

seguía habitando en el mar.

Soy un viejo lobo de mar

y ya estoy preparado para la pesca.

Voy a lanzar mis redes

para pescar los pretéritos perfectos.

Estoy viendo todos los verbos.

Mirad, mirad cómo nadan.

Ya van cayendo todos los pretéritos perfectos.

Cómo pesan.

Aquí tengo el primero.

Salí. Ay, mira, mira, también ha caído "llegué".

Y "sorprendió", a la red.

También está "dije".

Y "aprendí".

Ya los tengo todos.

Hemos tenido buena pesca.

Ahora voy a lanzar otra vez la red

para pescar todos los pretéritos imperfectos.

A la una, a las dos y a las tres.

Ahí están.

Ahí están, ya las veo, ya están cayendo.

Hay, ya veo, "había", "habitaba",

"tenía", "parecía", "nadaba" y "era".

Están todos los pretéritos imperfectos.

La mayoría de estos verbos hablan del narval.

"Habitaba", "tenía", "parecía", "nadaba", "era"...

Pero se usan de forma descriptiva

y duran más en el tiempo.

Nadaba como una ballena

en el momento que lo vio el explorador,

pero nadaba durante toda su vida.

Recuerda, el pretérito perfecto

expresa una acción en el pasado que ya terminó.

Y el pretérito imperfecto expresa una acción del pasado,

pero no concreta ni cuándo comenzó

ni cuándo terminó.

Y, ahora que ya conocéis todos los secretos del pretérito,

te invito a que crees tus propias historias.

Adiós.

(SUSPIRA)

Qué triste estoy, James.

Ni un poco de sandía podría animarme.

-Uy, pero sí que estás triste.

-Bueno, aunque, si quieres cortarme unos trocitos,

no te voy a decir que no.

-Bueno, piensa que los narvales

estarán más contentos en su hábitat natural.

¡Ay, mi narvalito! Íbamos a recorrer el mar juntos.

Y me iba a hacer brochetas de basura con su cuerno.

Le quería llamar Cuernorberto.

-Pero, Nacho, ya te he dicho

que hay animales que no podemos tener de mascotas.

En cambio, hay otros animales que tenemos muy cerca de nosotros.

-Ah, ¿sí? ¿Dónde? Yo no veo ninguno.

-Pues mira, cada vez que sales a la calle,

ves, como mínimo, uno.

¡Pero, James, en la calle no hay narvales!

Los narvales son marinos.

-No, no, narvales, no.

Mira, Orilo y Arlequina nos hablan de esos animales.

-¿Qué? ¡"Mapachachi"!

Mira, Arlequina,

he preparado unas madalenas para nuestros vecinos.

-¿Para los vecinos?

Pues yo creo que te has quedado corto, ¿eh?

Vas a tener que hacer más.

-No, Arlequina, nuestro laboratorio está

en un vecindario donde hay muy pocos vecinos,

con esto, de sobras, de sobras.

-No, Orilo, hay muy pocos vecinos que son personas,

pero tenemos un montón de vecinos.

¿Qué me dices de ese gato pardo

que está un poco gordo que vive en el callejón?

-Ay, sí, que es bastante mayor y muy cariñosos.

-Ese. -Hombre, unas madalenas,

no son adecuadas para él,

pero también le tendría que preparar algo.

Claro. -Claro que sí.

Tenemos muchísimos más vecinos.

Ya te digo yo que con eso te has quedado muy corto, Orilo.

-Vale, vale que los animales también cuentan,

pero esto es una ciudad, no hay muchos animales.

Con esto yo creo que me da.

-Que no, Orilo, mira, para tener claro

cuántos vecinos animales tenemos a nuestro alrededor,

lo mejor es que preparemos un cuaderno

para ver cuántos podemos identificar.

¿Qué te parece?

-¡Arlequina, creo que ya tenemos reto!

Lo primero que necesitamos es un cuaderno.

-Así pequeñito porque son animales de la ciudad

y no va a haber muchos.

-Que no, Orilo, que vamos a encontrar

un montón de animales vecinos, ya lo verás.

Necesitamos un cuaderno grande, grande,

donde poder poner

todas las fichas que vayamos haciendo

de los animales que encontramos.

Mira, aquí tenemos las fichas, ¿eh?

Podemos hacer un dibujo o poner una foto de cada animal.

Junto con otra serie de características.

-Por ejemplo, de qué se alimentan.

A mí eso me vendrá muy bien

para saber si tengo que hacer más madalenas

o prepararles cosas, a cada uno lo que más le convenga.

-Claro. Y también podemos poner

cómo se han adaptado a vivir en la ciudad.

-Perfecto.

-Empezamos con nuestro querido perro Rocco.

Es un perdiguero precioso.

Mirad lo bien que me ha quedado aquí dibujado.

Con las orejas negras,

alguna mancha negra que tiene Rocco en el cuerpo...

Aquí lo ponemos, en el cuaderno.

-Es muy juguetón.

Eso sí, para Rocco no valen las madalenas,

porque a los perros no les sienta nada bien el azúcar.

Así que le prepararé

un poquito de pienso para mascotas.

Y eso sí, para que vivan bien los perros en la ciudad,

los tenemos que sacar a pasear mucho, mucho,

todo lo que se pueda, al menos, tres veces al día.

-Ay, sí, para que estén a gusto.

Mira quién tenemos también de vecino aquí.

A la araña.

-¡Claro! Las arañas pueden vivir en la ciudad

porque hacen sus telas de araña.

Mira, mira, cuidado, Arlequina, no te quedes pegada,

que ahí se quedan pegadas sus presas,

que son las que se comen luego, como los mosquitos, las moscas...

Todo eso también son animales vecinos.

-¿Has visto qué montón de vecinos tenemos?

Pero seguimos.

Uno que seguro que no te habías dado cuenta,

es que tenemos un montón de vecinos que son hormigas.

-Claro que sí, no lo había pensado.

Pero en cualquier sitio pueden construir su hormiguero,

en los parques, en cualquier lugar.

Se van comiendo los restos orgánicos,

lo que cae de los árboles o las migas de las madalenas.

Sí, sí, sí, se las van a comer, vamos, todas las que eches.

-A las hormigas les van a encantar tus madalenas.

Seguimos. Tenemos también cobayas

viviendo con nosotros en las casas.

-Sí, las tenemos como mascotas dentro de las casas

y las cuidamos mucho.

Y a ellas les podemos preparar verduritas, zanahorias...

Eso les encanta.

-Qué bien.

Y sabes que tenemos muchísimas aves.

Los gorriones, viviendo en las ciudades, Orilo.

Hay un montón de gorriones.

-Y a estos también les gustan

las migas que se nos caen de los bocadillos,

o las migas de las madalenas.

Jolín, Arlequina,

igual sí voy a tener que preparar unas cuantas más, ¿eh?

Yo creo que no me va a dar.

Que ya te lo decía yo, que te has quedado corto.

Mira, mira qué vecindario tenemos ahí,

bueno, con un montón de animales vecinos.

Ahora es tu turno, construye tu propio cuaderno

con las fichas de todos aquellos animales

que vivan contigo en el vecindario.

Te retamos a que consigas, al menos, 20 especies distintas.

Nosotros nos vemos en nuestra próxima aventura.

Adiós. -Adiós.

Yo me voy a hacer más madalenas, que no me da.

-Más, más. Dame una.

¡James, James, James, James!

¡Vamos a celebrar una fiesta!

-Espera, espera, Nacho, ¿qué fiesta?

-Vamos a celebrar un Carnarval. -¿Y eso qué es?

-Una fiesta en la que nos disfrazamos de narvales.

-¿Y eso? -Pues es que he conocido

a los animales del barrio y son supersimpáticos.

Les he contado cosas de los narvales

y todos estamos de acuerdo en hacer una fiesta.

-Pero, Nacho, tú sabes que tenemos que presentar unas noticias.

-¡Es verdad!

¡Empieza... "Está 'mapachando'"!

¿Te disfrazarás de narval? -Hecho.

Bienvenidos y bienvenidas a "Está 'mapachando'",

el noticiero mapache

que da las noticias "pache" lo que "pache".

Hola, James. -Hola, Nacho.

-¿Sabes que me gustan los narvales?

-Me lo has dicho durante todo el programa.

-¿De verdad? Vaya, vaya.

Buenas noticias, animales de todo el mundo

empiezan a apreciar a los narvales tras ver este programa.

Este majísimo perrete de Teruel

está decidido a encontrar un narval sea como sea.

Por eso está buceando como loco bajo el agua.

A ver si consigue ver uno.

Vaya, esta vez no pudo ser, pero él sigue intentándolo.

Mucho ánimo, amiguito perruno.

(RÍE)

"Mapachonantes" imágenes.

Los científicos logran por fin

grabar el sonido que hacen los narvales.

Los narvales son animales que siempre han sido

notoriamente difíciles de estudiar,

ya que son animales poco comunes y muy esquivos.

Los científicos llevan muchos años

intentando estudiarlos un poco más de cerca,

pero, en cuanto los narvales se daban cuenta,

escapaban rápidamente.

Por eso es todo un logro

haber conseguido grabar sus sonidos por primera vez,

cosa que pudieron lograr

gracias a la ayuda de los cazadores inuit,

que conocían mejor a estos animales

y sabían cómo podían acercarse a ellos sin espantarlos.

Usando micrófonos bajo el agua,

consiguieron grabar sonidos que emitían los narvales,

y suenan así.

Los científicos creen que los usan

para determinar su posición,

así como para comunicarse entre ellos.

¡Uh, menuda "mapachada", James!

Qué ruidos más raros hacen, ¿no?

Oye, ¿escuchas eso? -¿El qué? Yo no oigo nada.

-Es mi nuevo temazo, dedicado a los narvales.

Escúchalo y flípalo.

(Música)

(RAPEA) # Míralo, si parece una ballena.

# Pero tiene algo inusual.

# ¿Qué me dices # del cuerno que me lleva

# ese pedazo de narval?

# No es un unicornio, # pero sí es fantástico.

# Y su territorio # son las aguas del Ártico.

# Es un animal requetesimpático, # ¡ese pedazo de narval!

# Menudo animal, # menuda "mapachada".

# Le gusta nadar # por el agua congelada

# y llena de sal, # por eso no hay nada

# que sea igual # que mi amigo el narval.

# Menudo animal # más "mapachionante",

# se mueve con su cuerno, # es impresionante.

# Es muy especial y alucinante.

# Aprende, chaval, # de mi amigo el narval.

# Parece mentira, pero es real,

# dime quién no admira # algo tan total.

# Una especie marina tan genial, # ¡ese pedazo de narval!

# Siempre nadando, # siguiendo su rumbo,

# siempre buceando superprofundo.

# El animal más especial # de todo el mundo,

# ¡ese pedazo de narval!

# Menudo animal, # menuda "mapachada".

# Le gusta nadar # por el agua congelada

# y llena de sal, # por eso no hay nada

# que sea igual # que mi amigo el narval.

# Menudo animal # más "mapachionante",

# se mueve con su cuerno, # es impresionante.

# Es muy especial y alucinante.

# Aprende, chaval, # de mi amigo el narval. #

"Claners", nos tenemos que ir.

Y recordad que los narvales

son unos animales muy especiales y hay que cuidarlos.

Hasta pronto.

(Música)