Extra, extra, horas extra para nuestro clan.

Entre el tiempo y el espacio, en un punto ideal.

Nunca hay miedo. -¡No!

-Ni células ni átomos de aburrimiento.

¡Big Band Clan!

¡Big Band Clan!

(Música tranquila)

Buenos días, chicos.

(DORIS) "Acaba de entrar un nuevo mensaje en el Hormiga-app".

-¿Ah, sí? ¿De qué se trata? Venga, venga.

-"Un cartero atrapado en una alcantarilla".

-Chupado. Dile que en 10 minutos estoy allí.

-"¿10 minutos? Tienes que dejar a los niños en la escuela".

-Ningún problema. Venga, chicos, a desayunar.

¿Pero será posible? ¿Aún no habéis empezado?

Estoy supercansada, mamá. Y yo más.

¿Será posible? ¿Cómo podéis estar cansados

después de dormir casi diez horas? ¡Miradme a mí!

¡Hop! ¡Hop! ¡Hop!

Vosotros tendríais que estar pegando saltos.

Vamos muy cargados de trabajo. Exámenes, extraescolares,

experimentos con el laboratorio... Deberes.

¿Quién inventó los deberes? ¿Fue un ser humano?

"Acaban de entrar seis mensajes del tirón, Sara".

-Diles que Hormigafiuuung está allí en un plis.

Venga, chicos, aprisa. Coged los cereales

y os los zampáis por el camino. Pero, mamá...

Ni mamá ni mamú. Hombre, que estáis todo el día quejándoos.

Sabed que estáis en la época más feliz de vuestras vidas.

¡Bah! Pues yo pido la hoja de reclamación.

¡Venga, va! ¡Energía, que es de día!

¡Hop! ¡Hop! ¡Hop! -"Tres mensajes más".

-Dile que Hormigafiuuung está llegando.

¡Venga! Uno, dos. Uno, dos. Uno, dos. Uno, dos.

(DORIS) "Otro mensaje. Este, urgente".

-Pues contesta: "Hormigafiuuung yendo para allá".

-"Y otro más que acaba de entrar". -Diles que acabo de salir.

Chicos, adiós. Me voy despidiendo...

porque al paso que vais, cuando lleguéis al laboratorio,

yo ya estaré en Cuenca.

(Música tranquila)

¿Hola?

¡Hola!

Hola, hola...

¿Estáis durmiendo aquí, en las escaleras?

Hola. Digo, sí. Estamos un poco cansados.

Dani, despierta.

¡Ah! ¿Estamos ya en la escuela?

Uy, uy, uy. Os veo fatal, ¿eh?

¿Tú no tenías un examen de gimnasia hoy?

Sí, ahora por la mañana, pero no puedo con mi alma.

Pues venga, venga, que ya tendrías que estar calentando.

Y espero que vengáis desayunados de casa,

que esto no es un merendero. Es que...

¿Sabe qué pasa, directora Amanda?

Vamos muy sobrecargados con los deberes, con...

Espera, un segundo.

¿Sí?

Ahora estoy... Sí, sí.

No, había dicho a las tres y media. ¿A las cuatro y media?

Imposible, no llego. No, de ninguna forma.

¿Tiene usted la agenda delante? Pues preste atención.

El sábado 21, ¿qué tal le va?

Dani, ¿has acabado los cereales?

Me voy, profesor. Hoy tengo un día muy ajetreado.

Pues yo, ni te cuento.

Por muy ocupado que esté, seguro que no me gana.

¿Que no? Esta noche casi no he dormido.

Toma, ni yo. Y la anterior tampoco.

Ni yo. ¿Pero hay alguien en su sano juicio hoy en día

que duerma como un lirón? No puedo perder más tiempo

hablando contigo, Sara. Tengo muchísimo trabajo.

¡Y yo! Me voy.

¿Y qué es eso que le mantiene tan ocupado?

Estamos creando un termómetro energético.

¿Qué?

Es un aparato que detecta la energía que tenemos disponible,

y, a partir de ese dato, te recomienda una actividad concreta

que sea adecuada. ¿Lo puedo usar?

Podríamos hacer una primera prueba.

"Sara, te recuerdo que tenemos prisa".

Sí, es verdad. Mejor lo dejamos para otro momento.

Por cierto, Sara, ¿dónde está Ana? Ya tendría que estar aquí.

Llevamos semanas trabajando con este invento

y la necesito con urgencia.

La dejé en las escaleras del hall desayunando con Dani.

No sé qué les pasa, pero se han levantado muy lentos.

-"Sara, nos van a dar las uvas". Sí, es verdad.

Basta de cháchara. ¡Hormigafiuuung al rescate!

Bueno, a ver si este trasto supera la primera prueba.

Pues no, no supera la primera prueba ni de coña.

Ay.

(Música tranquila)

(CARRASPEA)

(CHISTA) Directora, no tosa tan fuerte,

que va a despertarnos.

¿Será posible?

¡Firmes!

¿Dónde estamos?

¿Estoy en la escuela?

Por supuesto que sí, Dani, estamos en la escue...

Vamos a ver, ¿alguien de vosotros me puede explicar qué pasa aquí?

¿Por qué estáis todos muertos de sueño?

Yo no he dormido en toda la noche.

Estaba acabando los deberes que tenía para hoy.

-Y yo.

Y voy cansadísimo con las 15 actividades...

(BOSTEZA)

...extraescolares que tengo que hacer cada día.

¿Has dicho que haces cada día 15 actividades extraescolares?

Yo 16. Yo 17.

Y yo... ni las cuento para no perder más tiempo.

Madre mía.

Tenemos un problema.

Definitivamente, tenemos un problema.

¡Ah, el examen de gimnasia!

Uy. Ana, Ana.

¿Qué tal? ¿Has hecho el examen de gimnasia ya?

Bueno, y cuéntame, ¿cómo ha ido?

Fatal.

Me he dormido haciendo el pino. Está claro que he suspendido.

Mi primer suspenso.

Uy. Ana, creo que voy a tener que hablar con tu madre.

De hecho, creo que voy a hablar con todos los padres de la escuela.

Eso voy a hacer.

Uy, me voy corriendo al laboratorio.

El profesor me necesita para ayudarle en un invento.

Y aún no he pasado a verle, así que...

¡Uy, uy, uy!

Espera, espera. Madre mía.

Suerte que no te ha visto el profesor de gimnasia.

¿Sabes qué vamos a hacer?

Súbete a caballito, que yo te llevo al laboratorio.

Venga, a ver si puedes.

Hala, arriba.

Rojo frambuesa intensísimo.

"A ver cuáles son las actividades recomendadas

para la energía roja que emite su cuerpo.

Dormir, dormir... Ah, ¿dormir?".

No es posible. ¡Pero si estoy como una pera!

Este trasto no funciona bien.

"Hombre, ¿cuántas horas ha dormido hoy?".

Tres horas y 28 minutos. Pero no tengo nada de sueño.

(BOSTEZA)

Es de hambre, ¿eh?, no de sueño. "Ya, ya, ya...".

Hala. Muy bien.

Pues ya puedes bajar. Ahí.

Hombre, Ana, ya era hora.

Te necesito para seguir trabajando en el termómetro energético.

No acaba de funcionar correctamente

y me gustaría repasar juntos algunos mecanismos.

¿Puedo echar una cabezadita? ¿Una cabezadita?

Ana, ¿no te estarás convirtiendo en una vaga?

Einstein, tenemos un problema.

Todos los alumnos de la escuela están hechos polvo.

Hay niños durmiendo por todos los rincones de la escuela.

Qué raro. ¿Qué les estará pasando?

Se quejan de que van sobrecargados de trabajo con los deberes,

los exámenes, las actividades extraescolares...

Trabajos en el laboratorio. Bueno, lo normal, ¿no?

"Hombre, muy normal no es, pero los humanos estáis tan fatal

que esta vida de locos que lleváis os parece normal".

¿Vida de locos? ¿Qué te hace pensar que llevamos una vida de locos?

(BOSTEZAN)

-"Esto".

Frank tiene razón, Einstein.

Los adultos nos hemos acostumbrado a vivir estresados.

Trabajamos demasiado y no descansamos lo suficiente.

De hecho, ahora estoy muerta de sueño.

(BOSTEZA)

Yo no.

(BOSTEZA)

Bueno, un poquito sí.

Einstein, creo que estamos exigiendo demasiado a los niños.

Tenemos que encontrar la forma de reducir el estrés.

Seguro que se te ocurre algo. Confío en ti.

Ana, voy a hablar con tu madre.

Sobre todo, no te preocupes por el suspenso, ¿de acuerdo?

De acuerdo.

¿Has tenido un suspenso? Sí, en gimnasia.

Es que no puedo ni andar.

Ana, tranquila, estoy pensando que el termómetro energético

con el que estamos trabajando puede ser una herramienta útil

para controlar el estrés. Te lo voy contando.

Tú quédate aquí tranquila, sentadita...

¿Necesitas algo? ¿Quieres un zumo?

Tengo de piña o de piña.

De piña. Muy bien.

¡Sara! ¡Sara, Sara! Menos mal que te encuentro.

Llevo todo el día intentando localizarte y no hay manera.

Es que llevo un día... Trabajo, trabajo,

y ahora voy pitando a casa porque tengo que...

Espera, necesito hablar contigo. Es importante.

Venga, va, pero que sea rapidito.

Ana ha suspendido gimnasia.

(RÍE) Es una broma, ¿no?

Ana no tiene la capacidad de suspender nada.

Pues no es una broma.

Pero el suspenso no es importante, a mí lo que me preocupa

es que Ana va cansadísima por culpa del estrés.

¿Ana? ¿Cansada? ¿Estrés? ¡Pero si es una niña!

Bueno, y no solo Ana, Dani también y todos los niños de la escuela.

De hecho, estoy hablando con Einstein

a ver si encontramos una manera de solucionar el tema.

Y hablaré con todos los padres de la escuela y los profesores,

a ver si entre todos reflexionemos un poco.

Jolín, me siento supermal.

Creo que, sin darme cuenta, exijo demasiado a mis hijos.

Bueno, y no es raro. Fíjate lo que te exiges a ti misma.

Llevo todo el día intentando localizarte y no hay manera

porque no paras de trabajar. Ojo, que yo hago lo mismo.

¿Y tú también te sientes mal? Me siento fatal, la verdad.

Me sabe muy mal que te sientas mal, Amanda.

Y yo que tú te sientas mal, Sara. No hay mal que por bien no venga.

Sí... Ahora no entendí a qué te refieres.

Yo tampoco, pero es una frase que me gusta...

Igual no la he usado muy bien.

(SUSPIRAN)

Qué ganas tengo de parar y descansar, relajarme, charlar con una amiga...

Parece fácil, pero ¿por qué nos cuesta tanto?

Yo creo que no nos lo planteamos seriamente.

Mira, ahora lo estamos haciendo y yo me siento la mar de bien.

Es verdad. Gracias, Amanda.

No hay mal que por bien no venga.

Ahora sí. Gracias otra vez.

-Gracias, directora Amanda.

Uy, ¿gracias por qué? Por hablar con los profesores.

-Sí, hoy no nos han puesto deberes.

Hemos estado hablando sobre el estrés y ha sido muy desestresante.

Oye, estoy pensando... ¿Por qué no os sentáis con nosotras

y nos contáis qué habéis aprendido hoy?

Rosa. Antena rosa suavecita.

"La energía que se manifiesta de color rosa nos pide

actividades relajadas como leer, pasear y escuchar música".

Bueno, esto ya funciona a la perfección.

"Antes también, pero no le hacía ni caso".

Vale, vale. No te metas conmigo y atiende.

Para ayudar a los alumnos a controlar el estrés

vamos a aplicarles el termómetro, y, en función del resultado,

diseñaremos una agenda de actividades

adecuada a la energía de cada uno.

"¿Eso significa que deberemos crear un plan de estudios individualizado,

es decir, una agenda de actividades distinta para cada uno?".

No. Los agruparemos por colores.

Eso quiere decir dividir las clases para grupos

y realizar distintas actividades según el color.

¡Manos a la obra! "¡Vamos!".

(Música)

¿Y qué más os ha contado el profesor de historia?

Pues que estuvo de baja dos meses por culpa del estrés

y se curó descansando física y mentalmente.

Eso es superimportante descansar la mente;

porque a veces estás sentado tranquilamente

y la cabeza no para de pensar: "Debería estar haciendo aquello,

y lo otro, y lo de más allá...".

Sí. Yo hace un momento pensaba que debería estar en el laboratorio

ayudando a Einstein. Ya, a mí la cabeza tampoco me para.

Ahora podría estar comiendo chuches. Luego también.

¡Mañana también!

(RÍE) Dani.

-"Sara, un mensaje para Hormigafiuuung".

(SUSPIRA) -Ahora no, Doris.

Esta noche necesito ser Sara y cenar con mis hijos.

-"¿Quieres que responda esto?". -Claro que no.

¿Es muy urgente? -"No".

-¿Pues sabes qué? Pásame solo las que sean muy urgentes.

¿De acuerdo? -"De acuerdo, Sara".

Esa, mamá, creo que ha sido una muy buena solución.

Gracias, Ana.

Yo también lo creo. Gracias, Dani.

Estoy de acuerdo con nosotros.

Yo también creo que ha sido una muy buena solución.

-"Mensaje urgente. Sara, lo siento".

Habría que afinar más el termómetro.

Solo distingue entre color intenso y suave.

Entre esos dos grados podría haber cuatro o cinco más.

"Vamos, profesor, ¿aún no le convence?".

No, no me acaba de convencer.

Me gustaría tener más precisión en el color

y detallar más las actividades.

"¿Todavía más? Pero si esto parece un diccionario.

Hay tanta información que casi no se puede ni leer".

La información nunca es suficiente. Siempre puede haber más.

¡Más! ¡Más! ¡Más! ¡Más!

"Pues lo siento, pero yo no aguanto más.

¿Sabe qué? Me pongo en modo sueño".

(RONCA)

Lo que me faltaba. Ana descansando en su casa

y este robot holgazán tumbado a la bartola.

"Te he oído, pero haré ver que no".

¡Solos tú y yo, estrés!

"Está como un cencerro".

¡Te he oído, pero haré ver no! "Vale".

Solo dispongo de mi cerebro para encontrar una solución.

Mi cerebro...

¡Mi cerebro!

¡Mi cerebro!

(Música)

Pienso y pienso sin parar a toda velocidad.

Tengo que solucionar este ritmo y frenar.

¡Un! ¡Dos! ¡Fuera estrés!

Estrés-tres-tres.

Desconectando el estrés-tres-tres.

Sin tregua ni perdón.

Estrés-tres-tres.

Voy a cortar el estrés-tres-tres con un gran apagón.

¡Estrés-tres-tres-tres-tres!

¡Uf! No más estrés.

¡Uf!

Bueno.

Tu hermano se ha quedado dormido cuando ha tocado la almohada.

¿Tú estás bien? Sí, sí. Relajadísima.

Qué bien. ¿Qué estás leyendo?

Un libro sobre el estrés que cogí de la biblioteca.

¿Y qué dice? Habla de la norepinefrina.

Ah, muy bien. ¿Y qué es eso que dices que acaba en "ina"?

La norepinefrina es una sustancia química

que genera nuestro cerebro. Ah, y mira qué dice aquí.

La segregación en oleadas de norepinefrina

durante momentos de afecto y de juego

pueden promover el aprendizaje en los niños.

(DORIS) "Sara, mensaje urgente otra vez. Lo siento".

-En fin...

¡Oh!

(RÍE)

El abrazo es para mí, ¿eh? Para promover mi aprendizaje.

Muy bien, muy bien. Gracias, Ana. Tu abrazo me acaba de dar alas.

Voy a jugar. Hormigafiuuung al rescate.

Adiós, cariño. ¡Adiós!

¡Toma! ¡Toma! ¡Toma!

¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma!

Dame el naranja. "Sí.

Aquí tiene. Solo por curiosidad,

¿me puede explicar que estamos haciendo exactamente?".

Combatir el estrés. ¿Y cómo?, se debe preguntar tu mente

hecha de circuitos holgazanes. ¡Trabajando! ¡Trabajando mucho!

¡Mucho! ¡Mucho! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma!

Uy, está para que lo encierren.

¡Te he oído!

Hola.

¿Qué estáis haciendo? ¡Acabar con el estrés!

¡Fenece, rata sarnosa! ¡Toma! ¡Toma! ¡Toma!

"Está en una espiral de estrés, Ana.

Se ha obsesionado con el dichoso termómetro

y ha enloquecido directamente. Por cierto, ¿tú cómo estás?".

Muy bien, totalmente recuperada.

Ayer estuve buscando información sobre el estrés,

y realmente es muy fácil tenerlo a raya.

"¿Sí? Pues cuéntaselo bien claro, a ver si se entera.

A saber qué le pasa por la cabeza en estos momentos".

(RÍE)

Hola, hace un rato que he tomado el control.

(RÍE)

¿Qué significa "control"? ¿A quién le importa?

Yo estoy aquí para hablar de mi libro.

¡Yo he venido a hablar de mi libro! ¿Qué libro?

(RÍE) ¿A quién le importa?

Dice que van un inglés, un francés y un español...

¡Oh!

(RÍE)

(BALBUCEA)

(CANTURREA)

Voy a probar a abrazarle.

Con mamá nos ha funcionado de maravilla a las dos.

Profesor, profesor. ¡¿Qué?!

"Ay, es que su nivel de estrés es tan alto

que habrá que usar un método más radical".

Creo que lo mejor será hablar con la directora Amanda.

¡Si se me busca, se me encuentra!

"¡Ay, qué susto!".

Directora Amanda, ¿puedo hablar un momento con usted?

Por supuesto, Ana.

Oye, una cosita, ¿tú cómo te encuentras?

Yo muy bien. El que está fatal es el profesor Einstein.

¿Mi cucurucho? ¿Qué le pasa?

Se ha estresado buscando una solución para el estrés.

¿Qué me estás contando?

Pero si precisamente iba a verle ahora

para decirle que ya está solucionado

y que no hace falta que invente nada.

Pues muy bien. ¿Y cuál es la solución?

Pues escucharnos y hablarlo.

Porque, al final, todos estábamos estresados.

Padres, alumnos y profesores.

Solo necesitábamos cambiar el ritmo.

Sí, yo he llegado a la misma conclusión.

¿Ves?

He aprendido que aprender puede ser un juego

y no una obligación.

Y que abrazarse de vez en cuando también viene muy bien.

¡Ay, pues venga ese abrazo!

Oye, ahora estoy pensando...

¿Tú has probado a abrazar al profesor Einstein?

Sí, y como si oyera llover. Nada.

Pues sí que está fatal el pobre. ¿Y qué podemos hacer?

Pues no tengo ni idea.

Un abrazo no ha sido suficiente porque el grado de estrés

del profesor Einstein es muy alto.

Pero si aumentamos la dosis...

¡Lo tengo! ¿Ah, sí?

Propondremos al profesor que exponga su trabajo.

Vale. Oye, vamos para allá y me lo cuentas,

que no te he entendido nada.

¡Oh!

Creo que ya está. ¡Es genial! ¿Te gusta, Frank?

"Uy, sí. Precioso".

¡Gracias! Se me da bien la pintura.

No en vano, ¡en un mundo paralelo fui pintor!

"Lo que usted quiera.

¿Pero este cuadro no tenía que ser una agenda

para ayudar a los niños a combatir el escuatro? Digo, el estrés".

Hola, profesor. ¿Ya ha terminado? ¡Por supuesto!

Pues vamos. Todos le esperan en el hall.

¿Me están esperando? ¡Vamos! ¡Ayúdame con esto, Ana!

¡Corre!

"¡Suerte!".

Queridos alumnos de esta nuestra escuela,

nuestro querido profesor Einstein ha inventado un método

para controlar el estrés.

Venga, cuando quieras, Einstein.

(Música animada)

Gracias, gracias, gracias.

Bien... Esto... ¿Por dónde empiezo?

Sí, esto... El estrés.

El estrés, sí. El estrés. Vamos a hablar del estrés.

Es que por estrés ahora mismo no me viene nada.

¡Madre mía, qué estrés!

¡Ahora!

(EMOCIONADO) Ay.

Pues nada, ¿qué iba a decir? ¿Os gusta el cuadro que he pintado?

Es una pintura antiestrés.

(RÍEN)