Justin tiene una pesadilla, cuando despierta, se ha hecho realidad. No tiene ropa para ir al colegio, está toda en la lavadora. Ni tan siquiera tiene ropa sucia para ponerse. Es una emergencia, tiene que llamar a un monstruo para que le conceda aquello con lo que sueña...ropa.

Justin es incapaz de controlar los monstruos que saca de la coctelera. El abuelo se lleva a los chicos al bosque para enseñarles a relajarse y estar tranquilos, así sus emociones no interferirán en el comportamiento de los monstruos. Justin tiene que aprender a controlarse.

Toda la familia se va de camping y el abuelo se lleva a los niños a pescar al río mientras les cuenta sus aventuras. Les ha prometido hacer una casa en un árbol, pero se ha hecho daño en un pie y tiene que ir el padre.