Justin quiere ir al parque acuático, pero como ha sacado malas notas sus padres no le han dejado. La condición para ir es aprenderse un montón de cosas, y no está dispuesto. Quiere vivir como un príncipe, sin tener que estudiar, sin obedecer a nadie y poder hacer lo que quiera.

Gwen está practicando para el salto de altura, pero no consigue hacerlo bien. Justin para ayudarla llama con la coctelera a un monstruo que provoca ingravidez. El monstruo se descontrola y todo en la casa termina flotando, incluido el abuelo.

Justin está jugando al baloncesto con su hermana y amigos y consigue una fantástica canasta. Como nadie le estaba mirando no se lo creen y se le ocurre que tiene que hacer otra canasta igual para que lo crean.

Gwen ha discutido con su mejor amiga, Penny. Ella opina que es muy negativa y se han enfadado. Justin quiere ayudar a su hermana y para ello atrae un monstruo que expulsa gases cuyo efecto dependerá de su estado de ánimo. Todos terminan en una montaña rusa de emociones.

El abuelo está nostálgico recordando su juventud como aventurero. Justin y Gwen quieren animarlo y preparan una acampada en el jardín. Él está feliz, hasta que recuerda cuando vio las huellas del yeti.

Penny, la mejor amiga de Gwen, quiere presentarse a un concurso para ser una estrella de la canción, pero nadie se atreve a decirle lo mal que canta. Justin recurre a uno de los monstruos para que haga que todos la admiren.

Gwen tiene que terminar su maqueta de un volcán y se ha quedado sin pegamento. Le pide ayuda a Justin, y su solución es llamar a un monstruo cuya saliva es como el pegamento, pero se queda con el volcán de Gwen y no hay manera de que lo suelte.

Stan, el amigo de Gwen, sube videos de magia en internet y anima a sus seguidores a hacer lo mismo. Justin quiere ser el mejor mago y para ello, llama a un monstruo del libro. El monstruo causa muchos problemas, pero al final, Justin consigue su video de magia.

Hace demasiado calor y la familia ya no lo soporta más. Mientras sus padres van a comprar un ventilador nuevo, Justin invoca a un monstruo que haga hielo. Pero no lee la letra pequeña y al echar el hielo derretido cambia el tipo de monstruo. Ahora no saben cómo luchar contra él.

Justin quiere cepillarse los dientes antes que su hermana y en la discusión terminan rompiendo el grifo. Mientras el abuelo va en busca de la llave de cierre del agua, Justin invoca a un monstruo para que tapone el agua con hielo.

Es el cumpleaños de la madre de Justin y Gwen y hay que preparar algo especial. Justin solo piensa en ir a jugar con su tabla de skate, mientras que Gwen está intentando preparar una tarta, pero se estropea la máquina.

Justin está jugando con disfrazado de super alien, pero Guwi no le es muy útil como rival. Decide llamar a un monstruo come libros para que sea Maquiavelo. Pero este monstruo no solo se come el cómic, también el libro de los monstruos y, eso, se convierte en un auténtico problema.

La familia está haciendo limpieza para vender algunas cosas y vaciar el trastero. El padre le vende a la vecina un supuesto peluche (Guwi) y un samovar que pertenece al abuelo. Justin y Gwen recurren a un monstruo para recuperar a Guwi, mientras, el abuelo distrae a la sra. Keeney.

Gwen está limpiando el salón porque va a venir Stan, Justin está con sus deberes de matemáticas y el abuelo quiere una pelea de almohadas. Como Justin está ocupado empieza a pelear con Gwen y las plumas ponen todo el salón perdido.

Justin hace venir a un monstruo por error, pero le es muy útil para jugar al baloncesto. Cuando el monstruo se escapa la vecina Keeney, debido a sus gafas rotas, lo confunde con un perro y empieza a entrenarlo para que le cuide la casa.

Mientras Justin y Gwen se están cepillando los dientes terminan discutiendo y el anillo de bodas de su madre cae por el desagüe.

En la casa hace mucho frío porque se ha estropeado la calefacción. El abuelo cuenta una historia de como se calentó estando en el Himalaya y Justin toma nota. Decide llamar a un monstruo de fuego, sin pensar en las consecuencias que puede traer.

Justin no quiere hacer los deberes y Gwen quiere que Stan venga a su casa. Los dos están enfadados con sus padres porque son aburridos y no les permiten divertirse. Justin atrae un monstruo y el caos se apodera de la casa. La vecina avisará a los demás vecinos para que vean lo que sucede.

La Sra. Sue Keeney no solo ha descubierto el secreto de sus vecinos, sino que además lo tiene grabado en el móvil. Justin, Gwen y el abuelo, tienen que hacer todo lo posible para evitar que lo difunda. Justin invoca a uno de los monstruos que tiene el poder de hacer retroceder el tiempo.

La Sra. Sue Keeney quiere pasar el día tranquilamente leyendo y tomando el sol, pero tal parece que eso no va a poder ser. En casa de sus vecinos, Justin y Gwen están haciendo demasiado ruido. Ella entra en casa de los chicos pensando que están en peligro.

Justin tiene una batalla on line y ha estado preparando su ordenador para hacerlo más potente. Al encender el equipo, se va la luz en todo el barrio, debido a la potencia de la placa que ha instalado. Necesita electricidad urgentemente y recurre al libro de los monstruos para conseguirla.

Justin quiere librarse de un examen y finge que está enfermo para no ir al colegio. Gwen le obliga a ponerse el termómetro y, por su culpa, su padre descubre que le está mintiendo. Para no tener que ir al colegio Justin invoca a un monstruo para que haga desaparecer el coche.

El abuelo lleva a Justin y a Gwen a un curso de aventuras en los árboles, pero Justin lo está pasando mal debido a su vértigo. Como no soporta que Gwen se ría de él, invoca a un monstruo para que lo ayude con el recorrido. El abuelo sabe que hay que capturarlo antes del atardecer.

Cuando Justin ve en televisión el anuncio de una nueva consola, hace lo imposible para que se la compren. Cuando se da cuenta de que no la tendrá, recurre al libro de los monstruos y a través de la coctelera invoca al monstruo que le conseguirá todo lo que sueña. 

Gwen está dando una fiesta de cumpleaños y le ha pedido a Justin que se mantenga alejado, pero está muy aburrido. Justin utiliza la coctelera para conseguirse un amigo con el que jugar, que además será su doble. Pero ese doble empieza a actuar por su cuenta y lo complica todo. 

Justin tiene envidia de su hermana Gwen porque sus padres la valoran más que a él. Es consciente de que es un desastre, pero aun así querría que le quisieran más. Decide utilizar la coctelera para llamar a un monstruo que consiga que todos lo quieran.

Justin está tratando de encontrar a los monstruos mientras que Gwen continúa buscando el tesoro. La Sra. Skeeney ha descubierto a los monstruos, pero cree que son alienígenas y está empeñada en conseguir fotos para que todo el mundo la crea.

Justin encuentra en el desván un mapa de un tesoro. Resulta que el abuelo se lo dio a su padre el día de su 12 cumpleaños. Como su padre está enfadado por no haber tenido un padre presente, Justin y Gwen deciden ir en busca del tesoro que no buscó su padre.

Justin tiene alergia al polvo y no para de estornudar. Cuando sus padres le ordenan recoger su desayuno, su cuarto y el baño, decide llamar a un monstruo para que lo ayude. Al estornudar dentro de la coctelera ha provocado que se borren sus códigos y que vengan monstruos sin ser llamados.

Justin quiere que su familia sea como las de la televisión y que todo sea perfecto. Llama a los monstruos para que le ayuden y no especifica cómo quiere que sea. De pronto se encuentra viviendo en una serie sucesiva de anuncios de televisión.

El abuelo se lleva a Justin y a Gwen de acampada, pero parece que Justin le tiene miedo a casi todo. Gwen se burla de su hermano y le hace una foto cada vez que ve un bicho y se asusta. Justin quiere darle un escarmiento a Gwen y llama a un monstruo de la coctelera.

Justin está jugando con su videoconsola y no quiere ir al colegio para poder terminar el juego. Su padre se enfada mucho con él y le obliga a ir, con lo que no se le ocurre otra cosa que llamar a un monstruo para que se haga pasar por él en clase y así poder seguir jugando.

Justin por fin ha cumplido su sueño y se ha comprado un dron de segunda mano. Quiere ir a probarlo al parque, pero nadie puede acompañarlo, el abuelo está resfriado y Gwen está estudiando con Stan. SUBT.

Justin quiere ir con sus amigos a patinar a la pista de skate, pero sus padres no le dejan salir de casa hasta que no recoja su cuarto. Para no tener que hacer una tarea que le llevará horas, llama a uno de los monstruos del libro.

Gwen tiene que presentar un trabajo y se ha quedado sin internet. Su padre decide arreglarlo él mismo, pero como todos saben que es un desastre, Gwen le da permiso a Justin para llamar a un monstruo. El problema viene cuando su padre tira a la basura la coctelera y el libro de los monstruos.

Justin cuela el balón en el jardín de la Sra. Keeney y ella se lo confisca. Se ha enfadado porque ha estropeado sus flores y puede que ya no gane el concurso cuyo premio es un mes en una playa tropical.

Los padres de Justin van a dar su primera fiesta para los vecinos. Reparten tareas y Justin tiene que recoger y limpiar el comedor, pero no quiere dejar de jugar al video juego, así que, llama a un monstruo para que le ayude a limpiar.

Justin tiene una pesadilla, cuando despierta, se ha hecho realidad. No tiene ropa para ir al colegio, está toda en la lavadora. Ni tan siquiera tiene ropa sucia para ponerse. Es una emergencia, tiene que llamar a un monstruo para que le conceda aquello con lo que sueña...ropa.

Justin utiliza un soplador de hojas para limpiar el jardín y así poder jugar al baloncesto. Pero lo que consigue es pasar todas las hojas al jardín de la vecina, que le ordena limpiarlo. Cuando se pone a ello, resulta que el soplador está sin batería y tiene que recurrir a un monstruo.

Gwen va a ver en casa una película de miedo con su amigo Stan. Justin quiere también verla a toda costa, pero le dicen que es demasiado pequeño para ver ese tipo de películas. Tras intentarlo varias veces sin éxito, llama a un monstruo para que le haga invisible.

Justin ha suspendido el examen de matemáticas y su madre no le dejará ir al parque acuático. Decide llamar a un monstruo que atraviesa paredes para poder dar el cambiazo al examen. El monstruo va a lo suyo y a Justin le está resultando difícil llevarlo hasta la escuela.

Justin es incapaz de controlar los monstruos que saca de la coctelera. El abuelo se lleva a los chicos al bosque para enseñarles a relajarse y estar tranquilos, así sus emociones no interferirán en el comportamiento de los monstruos. Justin tiene que aprender a controlarse.

Toda la familia se va de camping y el abuelo se lleva a los niños a pescar al río mientras les cuenta sus aventuras. Les ha prometido hacer una casa en un árbol, pero se ha hecho daño en un pie y tiene que ir el padre.

Justin se mete en un verdadero lio con su padre. Para celebrar el ascenso en el trabajo llevaba unos sándwiches y una nevera con hielo, pero Justin deja que se descongele. Termina llamando a un monstruo para que vuelva a congelarla y al final se queda encerrado en el coche.

Antes de irse los padres de Justin, le avisan que llegará un repartidor con un paquete. Como está jugando en línea no se entera de lo que le han dicho. Cuando llega el repartidor, al estar jugando a un videojuego de terror, está tan asustado que lo confunde con un zombi.

Gwen tiene una presentación en la escuela sobre el sistema solar y está atacada de los nervios. Todo lo que hace el abuelo o Justin la molesta. Intentan ayudarla, pero está demasiado estresada para escucharlos. Al final Justin llama a un monstruo para que le ayude a estar tranquila.

Es Halloween y Justin y Gwen salen disfrazados para hacer truco o trato y ver quien consigue más caramelos. Como siempre, Justin quiere conseguirlo con trampas y pide un monstruo del libro, pero se equivoca con los ingredientes y aparece otro diferente y muy peligroso.

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