La visita del yayo Tom

Y como mami y yo tenemos que ir a esa boda,

después nos quedaremos a dormir en un hotel.

¿Para qué, papi?

Pues para descansar un poco cariño.

¿Descansar? ¿Estáis cansados?

Da igual. El caso es que no dormiremos aquí...

así que alguien se tiene que hacer cargo de vosotros.

¿Por qué? Yo quiero ir.

Y yo.

No, no puede ser.

¿Por qué?

Pues por que es una boda para mayores.

Estoy buscando quien puede quedarse con vosotros,

pero no encuentro a nadie.

El Tío Andi. Tengo ganas de ver a Abel.

Y yo... ¡El tío Andi, el tío Andi!

Los tíos están de viaje y Abel con ellos. No puede ser.

¡Jooo! Nosotros no vamos nunca de viaje, Papi.

¿No?

¿Y el mes que pasamos en un hotel el verano pasado qué?

Pero no viajamos, estábamos en el hotel.

Papi, ¿y si nos quedamos solos?

Sí, Pau cuida de mí.

Y Lola de los dos.

Pueden venir Yusef, Fany y Carlitos.

¡Eso sería super-guay!

-¡Que vengan, que vengan! -¡Que vengan, que vengan!

(Timbre)

Podría venir Sole Giménez.

Claro, y estaríamos escuchando música todo el finde.

O con Yusef y su padre.

No, allí no que ponen inyecciones.

O quedarnos con Chus y Fany.

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

¡Creo que ya he encontrado una solución!

-¿Nos quedamos con Lola? -¿Nos quedamos con Lola?

-¿Vamos con vosotros? -¿Vamos con vosotros?

¡Un momento chicos! Es mucho mejor.

Mirad quien ha venido.

¿Quién va a pasar el finde conmigo?

-¡Yayoooo! -¡Yayoooo!

Pero qué mayores estáis. Si no os reconozco.

¿Has traído la moto?

Claro, ahí fuera está aparcada.

¿Me das una vuelta? ¿Me das una vuelta?

¡Quiero que me lleves a París!

Claro, coge tu casco.

¿Qué casco?

¡El que chupa del frasco carrasco!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

Y nada de chuches ni de comida basura.

De acuerdo.

Cualquier cosa nos llamas, ¿eh?

Si, no te preocupes.

Y si...

Descuida, estaremos bien.

Vosotros disfrutad. Mañana nos vemos. Adiós.

Pau, Bea, portaos bien con el Yayo.

Muy bien... y ahora... ¿Qué queréis hacer?

Vamos al parque, allí estarán mis amigos.

Porfa, porfa.

Muy bien, vamos al parque.

Yo me llevo los patines.

Y yo la bici. Verás cómo sé ir sin ruedines.

¿Sin ruedines? ¡Choca esos cinco campeón!

Y también fui malabarista en el Circo nacional de Japón.

¡Yayo, eres el mejor!

¿Y cuantos años tienes, Yayo Tom?

-¿Sabes guardar un secreto?

-Sí.

-Yo también.

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

-Pues yo no me creo lo del circo de Japón.

Mi yayo nunca miente.

¿Quién quiere una manzana?

¿Y ahora qué, Yusef, ya te crees lo del circo?

-¿Cómo lo ha hecho?

Mi Yayo sabe hacer de todo.

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

¡Y ahora, a jugar!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

Hay que dar una vuelta al parque, no vale salirse del camino,

ni tampoco ir con ruedines.

Los ruedines son de pequeñajos.

Preparados, listos...

¡Ya!

-¡Cuidado, que voyyyyy!

¡Aguanta Lola, que voy!

¡Ya os tengo!

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

Pues nada especial, ya sabes,

sacarlos a que se entretengan un poco.

¿De cenar? Ya, ya sé.

Ni pizza ni hamburguesa.

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

¡Shh! ¡Shh!

Claro que sí. No os preocupéis.

Pasadlo bien, nosotros vamos a cenar,

esto... ensalada y un bistec.

Adiós, hasta mañana.

¡Ufff! Casi nos pillan.

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

¡Mmmm! Cuánto tiempo sin probarlas.

¿No comes hamburguesas, Yayo?

¡El médico no me deja!

Pero un día es un día.

¿Hay más ketchup?

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

Yayo, ¿nos cuentas una de esas historias

de cuando papi era pequeño?

Si, pero me tenéis que prometer que os vais a dormir enseguida.

Prometido.

¡Guau, guau!

Os voy a contar la historia

de cuando a vuestro padre estuvo a punto de atropellarle un coche.

Cuando papá era pequeño...

¿Papi fue pequeño?

Claro, cariño, todos lo hemos sido.

Yo soy pequeño, ¿verdad que sí?

Claro que sí, pero ya verás como te haces mayor sin darte cuenta.

¡Guau, guau!

Lola también es pequeña.

Cuando papá era pequeño, se pasaba el día corriendo y jugando.

Era un torbellino.

¿Papi corría mucho?

Sí, sin descanso.

Todo el día jugando al futbol, en patinete, a pillar...

Un día íbamos los dos, caminando por el centro y...

Yo me detuve a comprar la prensa.

Leo, siguió caminando y se dispuso a cruzar la calle.

Había un paso de peatones y estaba en verde.

Y cuando me di cuenta, ya era tarde.

Estaba ya casi en el centro de la calle.

Yo miré y vi un coche que se dirigía hacia él.

Le pegué un grito para avisarle.

¿Y que pasó, Yayo? ¿A Papi le atropellaron?

No seas impaciente, Pau. Todo a su tiempo.

Afortunadamente, el conductor me vió

y detuvo el coche a pocos centímetros de Leo.

Pasamos un susto tremendo.

Leo me dijo que el semáforo estaba en verde y por eso cruzó.

Y era verdad, ¿no?

Sí, pero aprendió una cosa que nunca se le olvidaría.

Aunque tengas verde, hay que mirar siempre.

Sí, Yayo.

¿Que peli vamos a ver, yayo?

Una que os va a gustar mucho.

¡Yupii!

Y luego, iremos a coger lombrices.

Esta tarde vamos de pesca.

-¡Bieeen! -¡Bieeen!

¿Si? ¡Ah!, Dime Leo.

Vamos al cine.

Si, a ver una peli.

¿Y vosotros?

Sí, lo pasaron muy bien.

¿A qué hora venís? ¡Ah perfecto!

Así me da tiempo a ir con ellos de pesca.

-¡Ohh! -¡Ohh!

Espera aquí sin moverte, Bea.

¡Yayo, mira!

¡Ohh!

¡Pau ha salvado al Yayo!

Acuérdate de lo que le pasó al Papá.

Hay que mirar siempre, antes de cruzar.

Aunque lo tengas en verde.

-¡Ja, ja, ja, ja! -¡Ja, ja, ja, ja!

Por la ciudad, mucho ojo con el tráfico.

Aunque tengamos preferencia,

hay que mirar siempre a los dos lados.

Una lección que me ha enseñado Pau.