(Música)

(Música)

(Música)

"¡Qué rara está mami!"

(Música)

(Pájaros)

Ah, la naturaleza,

mi musa favorita,

inspírame con esta flor tan bonita.

¡Ay!

-(RÍE)

El viejo truco de la flor de agua no pitufa nunca.

(RÍE) -¡Ajá!

Un poco de esto para mi conjuro de venganza.

Cógela.

Sí, mami.

(JADEA)

¡Ay!

(RÍE) No, esa es demasiado pequeña.

Vamos a buscar otra.

Ya voy, mami.

¿Has visto?

Lo tiene controlado por completo.

Hace todo lo que ella le dice.

-Ojalá como ya pudiéramos ser,

así a Gargamel no tendríamos que temer.

-¡Ah! Un segundo,

es una gran idea, Poeta.

Uno de los dos podría hacerse pasar por su madre

y decirle que nos deje en paz.

-Pero tú y yo no la podemos suplantar.

Ni siquiera la sabríamos imitar.

-Claro que podemos,

Papá Pitufo tiene una poción que te cambia el aspecto.

Solo tenemos que pitufarla.

Venga, va a ser genial. -¡Ay!

Venga, monito, sé bueno.

¿Y si te doy un cacahuete? -(JADEA)

-¿Dos? -(JADEA)

-Vale, cinco cacahuetes. No tengo más.

(Chillido)

Pero el doble de alguien ser en un lío nos puede meter.

Creo de verdad que nos debemos largar.

-Relájate, Poeta, respira hondo.

-Pero ¿qué pitufos?

-(RÍE) Esto es superpitufante.

-Pero me has engañado.

No lo hemos sorteado.

-Tranquilo,

también he pitufado el antídoto.

-Me tienes que transformar.

Así debo aprestar.

-¿Qué dices? Divirtámonos primero.

-¡Para!

Dame el antídoto. -Atrápame si puedes.

(RÍE)

-(MAÚLLA)

(RÍE)

-Esta bruja no quiero ser, este hoy horrible de ver.

(GRITAN)

¿Mami?

¿Ya has vuelto?

Qué suerte la mía.

Digo, adelante.

(GRUÑE)

(MAÚLLA)

Acabo de recordar

que me he dejado unos nabos en el horno.

Bueno, ha sido un placer verte.

¡Adiós!

¡Au!

No me hagas caso. Ya me iba.

Mami, ¿seguro que estás bien?

Si te vas, ya puedes despedirte del antídoto.

Venga, vuelve con Gargui.

-Es solo un pequeño dolor.

No hay mayor temor.

¿A qué vienen tantas rimas, mami?

Es una pequeña diversión, nada más.

Bueno...

¿Por qué no friegas la pared?

-Con tu cepillo de dientes.

-Con tu cepillo de dientes.

Pero, mami,

hace años que no veo mi cepillo de dientes.

¡Encuéntralo!

Vale, a lo mejor está en el desván.

-¡Uf! -(RÍE)

-(MAÚLLA) -(RÍE)

(LOS DOS) ¡Azrael!

-Me va a pitufar.

Espera, mi tamaño acaba de aumentar.

-Ya, pero yo no.

-(MAÚLLA)

(Música)

(MAÚLLA)

-(RÍE)

-(MAÚLLA)

(Golpes, maullidos y risas)

¿Qué está pasando aquí?

Don achuchones.

Oh...

Mi querido muñequito.

(GRUÑE)

(GRUÑE)

Venga, Poeta, a por él.

-Tu gato es el que intenta engañar, en mí debes confiar.

¿No te fías de mí, de tu querida mami?

Sigues hablando con rimas.

Te dije que mi forma de hablar era por bromear,

y ahora líbrate de ese gato o tendremos lío para rato.

¡Azrael!

¡Alimaña!

¿Qué te tengo dicho de romper cosas?

A la despensa, a descansar.

(MAÚLLA)

-Esto es demasiado peligro para mí.

Yo voto por pitufarnos de aquí.

-No, me lo estoy pasando genial.

Tú sígueme el rollo y repite lo que yo diga a Gargamel.

Bueno, Gargui.

-Bueno, Gargui.

Sí, mami. -He estado pensando...

-He estado pensando

que desperdicias tu vida persiguiendo pitufos.

Pero, mami,

me encanta odiar a los pitufos.

Es la obra de mi vida.

-Basta. -Basta.

Quiero que tires todas las cosas pitufas

que hayas reunido en tu vida.

Está bien, mami.

Enseguida, mami. (RÍE)

Estás clavando tu personaje.

¿Puedo quedarme este mapa del bosque?

No puedes.

¿Y mi muñequito pitufo? Es mi favorito.

He dicho que no.

¿Y esta trampita para pitufos?

¡Au!

¡Ay, ay, ay!

¡Ay!

¿Eso es todo?

Sí. -No mientas a tu mami.

-No mientas a tu mami.

Tengo más arriba.

-(RÍE) -Bueno, esto se acabó.

La madre de Gargamel dimitió.

(GRITAN)

La verdadera madre de Gargamel.

-No nos ha visto.

Finge que eres un espejo. -Se va a enterar ese inútil.

(Música)

-(SILBA) -(SILBA)

-(GRITA) -(GRITA)

-(SILBA) -(SILBA)

-(GRITA) -(GRITA)

¿Qué hace este espejo en la puerta?

(GRITA)

-Rápido, escóndete.

(Música)

(MAÚLLA)

(MAÚLLA)

-¿Gargui?

¿No tienes nada mejor que hacer

que inventarte estúpidos espejos mágicos?

¿Y qué haces con esas cajas?

Destruir mis estudios de los pitufos.

¿Quién te ha dicho que hagas eso? ¡Estúpido!

Venga, prepárame un té,

que voy a pitufar unas hierbas del jardín.

Sí, mami.

Haz esto, haz lo otro, prepararme un té,

bla, bla, bla.

Creía que te había encerrado, maldito gato.

¡Se acabó!

¡Fuera!

Y no vuelvas.

Y ahora a por el té.

¿Gargui?

(GRITA)

Pero ¿no estabas en el jardín?

¿No era por ahí?

Yo creía que sí.

Bueno, ¿tus estudios has destrozado?

No te quedes ahí sentado.

(Portazo)

(GRITA)

-(MAÚLLA) -(GRITA)

-¿Azrael?

¿Qué está pasando?

Irías persiguiendo algún lagarto y te has estampado contra la pared.

Creo que mi hijo va a tener razón.

Sí que eres una estúpida bola de pelo.

(GRUÑE)

¡Tú! ¿Qué?

¿Ma-ma-ma-mami?

Solo quería comprobar si has destruido tus estudios.

Eso estoy haciendo, mami.

(MAÚLLA)

-Buen trabajo, Poeta, vamos a pitufarnos de aquí.

(GRITA)

-(MAÚLLA)

-Ayuda, estoy aquí, en la boca de Azrael.

-Ya te tengo.

¡Azrael! Te he dicho que...

¿Mami?

¿Qué estás haciendo con un pitufo?

¿Pitufo? ¿Qué pitufo?

-(MAÚLLA)

(MAÚLLA)

Espera,

¿estás diciendo que esa no es mami?

(BALBUCEA)

¿Sois pitufos?

(GRITA)

(Golpe)

Tienes que entrar, tu hijo te va a necesitar.

-¿Gargui?

¿Qué le ha pasado a tu espejo mágico?

¡Ay! (RÍE)

Ya eres mío, pitufo.

Soy tu madre, merluzo.

¡Au!

No está mal,

suenas de verdad como la vieja bruja.

Como no abras esta puerta ahora,

les diré a todos que te estuviste chupando el dedo

hasta el invierno pasado. ¿Mami?

Vieja bruja, ¿eh? ¿De verdad eres tú?

Te voy a enseñar yo quién es la vieja bruja.

(Golpes)

Ay, ay, ¡fue culpa de los pitufos!

Y ahora el antídoto me has de dar para devolverme a la normalidad.

-Tendrás que pillarme primero.

(RÍE)

-Dámela, Bromista.

-¡Socorro!

Me pitufa la madre de Gargamel.

(GRITAN)

-Hay bromas que no se pasan de moda.