Nina nunca ha visto un teléfono. Pocoyo le explica lo que es y para qué sirve. También le explica, a su manera, qué son y cómo se usan otros muchos objetos.

Nina se apunta al picnic de Pocoyo y sus amigos, pero no viene sola. Trae con ella a un grupo de hormigas. A nadie le gustan las hormigas, aunque Nina insiste en que solo quieren ayudar.

Hace muchísimo calor y solo queda el agua de la regadera para refrescar la flor musical. Pero Elly y Pato también necesitan agua, así que cuando le llega el turno a su flor, la regadera está vacía. Pocoyó ha sido muy generoso y sus amigos también le ayudarán.

Pocoyó insiste demasiado en que sus amigos toquen el tambor con él, pero ahora ninguno quiere y tanto ruido les molesta. Solo tiene que ser paciente y esperar un rato, hasta que les apetezca tocar el tambor con él.

La llave que ha encontrado Pocoyó podría ser de un cofre del tesoro pirata. Buscando el tesoro, prueba la llave en todas las cerraduras que encuentra, hasta que aparece el cofre pirata.

Pato tiene una gran colección de disfraces y está seguro de que ganará el premio que Pajaroto entregará en la Fiesta de Disfraces.

Cuando Pocoyó encuentra un mando que sirve para cambiar los colores de las cosas, lo utiliza con sus amigos sin pedirles permiso y sin darse cuenta de que ellos lo están pasando mal.

En la competición de los juegos Pocoyolímpicos, Pocoyó aprende que no hay que ser el mejor el todo, porque todos somos buenos en algo.

Pato y Pocoyó forman un gran equipo, pero cuando surgen problemas y se pelean, el enfado puede llegar demasiado lejos y les cuesta hacer las paces.

Elly está dispuesta a enseñar a Pocoyó a jugar al golf, pero él cree que ya sabe jugar y no quiere que nadie le diga lo que tiene que hacer.

Pocoyó quiere que todos jueguen con él a imitar animales. Imitar animales es muy divertido, pero ser uno mismo es aún mejor.

Pocoyó, Pato y Elly están jugando a las canicas: con un poco de puntería hay que meterlas en el agujero. Pero no es un agujero normal, ¡se traga cualquier cosa! Hasta nuestros amigos son absorbidos. ¿Cómo volverán a su mundo?

Pocoyó y sus amigos cuidan de un huevo que se ha caído del nido de Pajaroto.

Pocoyo encuentra una caja llena de silbatos y descubren que cada silbato emite el sonido de un animal: un perro, un elefante, un pato, un pájaro...

Es una serie de capítulos didácticos donde la curiosidad de su joven personaje, Pocoyó, con la compañía de sus amigos, genera multitud de historias en un mundo creado para él, al que deberá adaptarse mientras adquiere poco a poco sus capacidades psíquicas y motoras.

En su libro de dibujos, Pocoyo descubre lo que es un caballo. Desde ese momento lo único que quiere en el mundo es un caballo, pero en su planeta no hay.

Del cielo caen regalos: uno para Pato, otro para Elly y otro para Pocoyo. No parecen muy interesantes pero, investigando y usando la imaginación, descubren que pueden jugar a muchas cosas. Pero lo mejor es que, entre los tres, consiguen un mejor juguete juntado sus regalos.

Pato quiere dormir pero sus amigos hacen demasiado ruido. Para que se duerma deciden tocarle una nana con sus instrumentos de música. Entonces Pato cambia de idea y decide que es más divertido dirigir la orquesta y bailar.

Pocoyo encuentra un mando a distancia que hace desaparecer y aparecer las cosas. Quiere compartirlo con sus amigos pero están muy ocupados para hacerle caso. Se le ocurre hacerse invisible para que le presten atención.

Pato se ha quedado sin sombrero porque se lo ha llevado el viento. Se siente tan raro que no quiere que nadie le vea así y busca otros sombreros para taparse la cabeza. Pero para sus amigos no ha cambiado nada, no le notan nada raro.

Pocoyo ha encontrado una semilla y decide plantarla para ver cómo crece. No puede dejarla ni un segundo sola porque a sus amigos se les ocurren mejores cosas que hacer con ella. Se esfuerza en vigilarla día y noche, la protege, hasta que la semilla crece.

Pocoyo y pajarito están hoy muy traviesos, lo dejan todo desordenado y eso molesta mucho a sus amigos. Tienen que pedir disculpas a Pato, Elly y Valentina, y ayudarles a poner sus cosas en orden

Elly es una experta bailarina y quiere que sus amigos bailen con ella. Les da unas clases pero ellos se aburren porque Elly es una mandona y lo único que quieren ellos es divertirse. Tendrá que esforzarse e inventar un baile nuevo que les guste a todos.

Pocoyó ve por primera vez una mariposa y quiere jugar con ella; pero hace mucho ruido y la asusta.

Pocoyo se ha convertido en el héroe de Pajarito. Al principio, a Pocoyu le gusta, pero llega un momento en que se cansa, porque Pajarito no le deja ni un segundo, así que le pide que se vaya. Muy triste, Pajarito, se va a otro planeta. Pocoyo le echa de menos y le pide perdón.

Hoy es el cumpleaños de Pato. Valentina y Pajarito son los únicos que se acuerdan y le hacen regalos. Pocoyo y Elly, que no tienen nada para él, deciden pasar el día con él. Pero se convierte en una competición entre los dos y no tienen en cuenta lo que quiere Pato.

Pajarito quiere que Pocoyo le enseñe a pilotar el Vamoosh y Pocoyo le promete que lo hará después de comer. Pero no lo hace aunque Pajarito insiste porque Pocoyo siempre encuentra algo que hacer. Como no cumple su palabra, Pajarito se enfada y decide pilotar el solo.

Cada episodio comienza con Pocoyó jugando, hasta que de repente ve un objeto que empieza a examinar. La exploración y el juego con el nuevo objeto le llevarán a una situación que necesitará resolverse, a menudo, con la ayuda de sus amigos. 

Piezas musicales

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Todos hacen un regalo especial para Ballena el día de su cumpleaños. Pero como lo celebra en el fondo del mar, los regalos no consiguen llegar sanos y salvos. A Ballena no le importa, porque el mejor regalo son los buenos amigos.

Cada episodio comienza con Pocoyó jugando, hasta que de repente ve un objeto que empieza a examinar. La exploración y el juego con el nuevo objeto le llevarán a una situación que necesitará resolverse, a menudo, con la ayuda de sus amigos. 

Cada episodio comienza con Pocoyó jugando, hasta que de repente ve un objeto que empieza a examinar. La exploración y el juego con el nuevo objeto le llevarán a una situación que necesitará resolverse, a menudo, con la ayuda de sus amigos. 

Cada episodio comienza con Pocoyó jugando, hasta que de repente ve un objeto que empieza a examinar. La exploración y el juego con el nuevo objeto le llevarán a una situación que necesitará resolverse, a menudo, con la ayuda de sus amigos. 

 Los amigos de Pocoyó deciden prepararle una fiesta sorpresa para demostrarle lo mucho que le quieren.

Arriba, arriba y ¡adiós!

Nuestros amigos van a jugar a batear la pelota con Fred, el pulpo. Todos quieren batear, pero pronto aprenden que deben esperar su turno.

Pocoyó no quiere jugar con Loula porque ya tiene un perrito de juguete.

Pocoyó no quiere que nadie le ayude a saltar a comba; quiere aprender él solo. Pero Elly y Pato saben hacerlo muy bien y no les importa enseñarle. 

Pocoyó y sus amigos se divierten haciendo burbujas.

Pocoyó, Elly y Pato intentan construir una gran torre; pero no lo consiguen por los constantes estornudos de Elly. 

Es el cumpleaños de Elly y Pocoyó le construye un gran regalo. 

Pocoyó ha perdido su cámara de fotos y tiene que seguir una serie de pistas para encontrarla. 

Pocoyo ha hecho una película con sus mejores momentos. También Elly y Pato han hecho las suyas. Pero todos se aburren un poco al ver el trabajo de los demás. Lo que realmente quieren es una película que les guste a todos; una en la que juegan todos juntos. Esa es la mejor.

Pocoyo y sus amigos hacen un concurso de talentos. Para eso, cada uno se esfuerza en hacer algo que pueda gustar a los demás. Unos utilizan su talento físico, como Elly y Pato, y otros su imaginación, como Pocoyo y Valentina. Cualquier cosa vale para hacer pasar a los amigos un rato entretenido.

Pocoyo y Pato no quieren ir a la merienda a la que Elly les ha invitado. Opinan que Elly pone muchas normas en sus meriendas y es muy mandona. Pero no pueden resistirse al olor de sus galletas e intentan apuntarse a la merienda.

Pato no quiere jugar a lo que juegan sus amigos y decide buscar un amigo al que le gusten los mismos juegos que a él. Utiliza una máquina para conseguir un doble de él mismo. Pero resulta que este Pato nuevo tampoco quiere jugar a lo que le gusta.

Pato se despide de todos sus amigos. Se marcha lejos y sus amigos le demuestran lo mucho que le quieren y lo mucho que le echarán de menos. Pero se va y regresa al instante, porque volver a casa da mucha alegría. Ahora les toca a los demás jugar a despedirse porque es un juego muy divertido.

Pocoyo y Pato patinan sobre hielo con mucho estilo, resultan ser unos patinadores increibles. Sin embargo, Elly tiene miedo, no se siente segura y le cuesta lanzarse. Pero con dos profesores tan estupendos, enseguida Elly conseguirá patinar como ellos.

A Pocoyo y Pato les gusta leer tebeos de monstruos. Encuentran una ciudad diminuta y juegan a ser monstruos gigantes que destruyen las casas, como en los tebeos. Pero cuando se dan cuenta de que la ciudad está habitada por seres diminutos, tendrán que dejarlo todo como estaba.

Pocoyó construye un monstruo con una caja para pasarlo bien asustando a sus amigos. Pero enseguida se dan cuenta de que es él y ya no tiene gracia. Pocoyó se deshace de la caja y ahora sí que se asustan todos cuando ven que la caja vuela y les persigue.

 Pocoyo y sus amigos pintan cuadros para hacer una exposición. Todos están muy entregados, excepto Pato, que no se atreve a pintar porque cree que no lo hace bien. Pocoyo le enseñará que no importa cómo quede el cuadro, lo importante es lo bien que te lo pasas pintando.

Pato va a visitar a sus amigos Ballena y Pulpo, al fondo del mar. Tienen muchas ganas de jugar pero todos los juguetes se van flotando. Es muy difícil jugar ahí, pero antes de que Pato vuelva a su casa, Ballena y Pulpo le enseñan cómo divertirse bajo el mar.

Un marciano con muy mal carácter llega al planeta de Pocoyo con intención de dominarlos a todos y ser el rey. Se esfuerza mucho para meterles miedo y conseguir así que le obedezcan. Pero Pocoyo y sus amigos no entienden lo que le ocurre a este marcianito que está siempre tan enfadado.

Pato hace fotos de flores, hasta que sus amigos consiguen que les haga fotos a ellos. Pero las fotos no salen como a Pato le gusta porque no son obedientes y no posan como él quiere. Sin embargo, a sus amigos les encanta hacerse fotos divertidas.

Pato se enfada porque no consigue ser el primero en los juegos deportivos con sus amigos. Casualmente encuentra unas zapatillas muy chulas y, cuando se las pone y consigue controlarlas, resulta que gana en todos los juegos.

Juegan al escondite y a Pocoyo le toca contar. Sus amigos se esconden muy bien pero él enseguida los encuentra gracias a Loula. Pocoyo quiere demostrar que no necesita a su perrita y le tira la pelota lejos para que se vaya. Eso les parece muy mal a sus amigos y salen todos a buscarla.

Pato está muy contento porque ha encontrado un huevo y espera paciente a que salga el patito. Pero del huevo no sale un patito sino una araña. Pocoyo y Elly huyen porque les asusta mucho, y pato está decepcionado, así que engaña a la arañita para que se aleje. Pero la arañita es muy cariñosa y no podran evitar quererla.