Hola, soy Matilde,

y voy a pasar este verano con mi abuelo, su pez mascota

y algunos amigos nuevos.

Pero tengo un problema muy gordo,

cada día tengo un nuevo poder mágico que no puedo elegir ni controlar.

¡Bienvenidos a Puerto Papel!

(Música cabecera)

(TODOS) ¡Ay!

(Bocina barco)

PUERTO PAPEL

¡Ah!

¡Uh!

Buenos días, no os preocupéis por mí, hoy no voy a desayunar.

(GRUÑE)

Vamos a hacer unpicnic de helados en el bosque

y no pienso perdérmelo. ¡Hasta luego!

(GRUÑE)

Como no me de prisa, Charlie se va a comer

todo el helado de papel, ya lo conozco.

(Rugir de tripas)

Ay, qué hambre tengo, esto me pasa por no desayunar.

(Música)

Vale, esto ha sido un poco rarito,

pero también rápido.

¡Chicos, ya estoy aquí!

Vas a ser la primera en probar el nuevo helado de papel

con doble cartón. ¡Qué pintaza tiene

y qué hambre tengo! ¡Alto!

A ver, decidme, ¿qué hacéis aquí el día de las vocaciones?

-El día de las vacaciones, querrá decir.

(HUSMEA) -Niños y helado, el desastre se huele a la legua.

(Música tensión)

¡Vamos, todo el mundo a la plaza!

Participar es obligatorio.

(GRUÑEN)

(Rugir de tripas)

¿Otra vez? No hay que ser un genio para adivinar

que es mi poder de hoy.

Cada vez que siento hambre me teletransporto al bosque.

Oh, ojalá pudiera hacerlo, pero a la cocina.

¿Eh? ¡Nueces!

(Música tensión)

¡Oye, que compartir es una virtud!

Celebro que hayan venido tantos niños voluntarios

a esta actividad educativa.

-¡Pero si era obligatoria!

(CARRASPEA) -Como es tradición,

hoy vamos a celebrar el día de las vocaciones

y tres grandes profesionales de Puerto Papel, yo incluido,

os hablaremos de nuestra experiencia profesional

para que vayáis pensando qué queréis ser

cuando seáis mayores.

-O sea, ¿que solo hay tres cosas para elegir?

No parece que haya mucha diversidad.

-¡En mis tiempos los niños no hacían tanta pregunta impertinente!

¿De dónde has sacado eso? Dame un poco.

(CON DIFICULTAD) No puedo, porque si me entrara hambre

me teletransportaría al bosque. No he entendido nada de nada.

¡Que den comienzo las charlas del día de las vocaciones!

-Mucha gente os dirá que lo más importante es trabajar

en lo que nos haga felices, eso son tonterías.

Como empresario multimillonario, os digo que hay que trabajar

en aquello que os haga más ricachones.

-Las leyes se hicieron para cumplirlas,

y quien las desobedezca me encargaré personalmente

de que se pudra en la cárcel.

-¿Como astronauta, qué os puedo decir?

Es el mejor trabajo del mundo.

-Y por eso importa más el dinero que las focas albinas.

-Hacemos caca en la nave, la lanzamos al espacio

y se queda allí flotando para siempre. ¿Queréis verlo?

-Muy inspirador, muchísimas gracias.

Y ahora lo mejor de todo. Elegiremos a seis niños con suerte

para que nos acompañen hoy en nuestra jornada de trabajo.

-¿Trabajar? Pero si son las vacaciones de verano.

-La suerte la tendrán solo los que no salgan elegidos.

-¡He dicho que es lo mejor de todo!

Felicia y Bob acompañarán al señor Ferguson.

-A trabajar con mi padre, qué ilusión.

-Matilde y Charlie tendrán la suerte de pasar el día conmigo

en mi coche patrulla.

(A LA VEZ) ¡Ag!

-Y los dos afortunados que irán con el señor astronauta son...

¡El niño de la piruleta y su piruleta!

-Choca esos cinco, piru.

(Música)

En mis tiempos no había coches de policía,

patrullábamos con zancos, y tampoco había sirenas,

así que teníamos que pisarle la cola a un gato

para que soltara maullidos.

Se llamaba Ramón, era una buena sirena.

¡Oh, no, no me quedan nueces! Jefe, ¿podría parar?

Necesito comprar algo para comer.

¿Parar, dice? La ley no se detiene para comer, jovencita.

Esto va a ser interesante.

¿Estás de broma? No sé qué es más aburrido,

si oírle hablar o verle conducir.

No me refería a eso. Cúbreme.

(RÍE) Me gustaría oír lo que le cuenta Charlie

al jefe Astudillo.

(Música acción)

¡Al ataque!

Y como antaño no había cosas modernas como las esposas,

deteníamos a la gente con gomas elásticas.

(BOSTEZA) ¿Y Matilde cómo se ha escapado?

¿Se encuentra bien, jefe? Matilde está aquí.

Matilde, dile algo al jefe.

(VOZ AGUDA) Hola, jefe, soy Matilde y estoy aquí.

Charlie es el más guapo... ¡No te pases de listo conmigo, chico!

¿No debería estar mirando hacia la carretera?

(GRITAN)

(Música)

Esa lámpara es de oro, la grapadora es de marfil

y la alfombra sobre la que estáis pisando

vale más que todo el pueblo.

-¿Eso es una jirafa bonsái?

-Veo que conoces bien la botánica europea.

-¡Pero están en peligro de extinción!

Solo queda un único ejemplar en todo el mundo.

-Querrás decir que quedaba. ¿No es verdad, Betsy?

Y este es el ático de mi mansión. ¿Cómo os quedáis?

-Papá, vivo aquí. Felicia ha venido un millón de veces.

-Querrás decir un millón de papeleuros.

Eso es lo que podría ganar con mi nuevo proyecto,

talar el bosque entero para producir botones de ascensor.

-¿Talar el bosque entero?

Los árboles sirven para producir oxígeno.

-Te equivocas, con los árboles se hace dinero.

-Pero los árboles tienen sentimientos como tú y como yo.

Bueno, como tú, no.

-El único sentimiento que tienen es el deseo de ser talados,

están ahí plantados sin hacer nada.

Vamos, os llevaré allí para que lo veáis, ¿vale?

Wilfred, prepara la limusina.

Me debes una. ¿Y esos rasguños?

Digamos que las ardillas saben defenderse cuando se las provoca.

¡Matilde, menos mal!

(RÍE)

¿Listos para la siguiente actividad? Antes de eso,

¿no podríamos ir a comprar algo de comer?

¡Pero a ti qué te pasa con la comida!

Antaño patrullábamos en turnos de 25 horas

y teníamos que comer piedras en verano

y nuestras bufandas en invierno.

Además, ¿quién puede estar pensando en comida

pudiendo experimentar en persona la defensa de la ley

en Puerto Papel?

Poned multas a los delincuentes. (AMBOS) ¡Bien!

(Música acción)

Creo que podría acostumbrarme a ser policía, la verdad.

Sí.

(RÍEN)

Tú ocultas algo, pequeña, y el jefe Astudillo lo descubrirá.

(SUSURRA) Oh, no, Charlie, está pasando otra vez.

(Música tensión)

¿Pero qué? ¿Dónde se ha metido?

¿Cómo ha desaparecido? Tranquilo, jefe, ahí la tiene.

(JADEA) Hola.

¿Sabes? Antaño teníamos un dicho: "No te fíes de nadie".

(Música tensión)

(GRITA)

¿Lo veis? No tiene sentimientos.

Árbol tonto, eres tan débil y tan marrón...

Todo el día ahí quieto, nada más que moviendo

las ramas al viento. Me das asco.

¿Veis? Ni la menor reacción.

Un momento, dice algo.

(VOZ AGUDA) Quiero que me corten, soy un árbol viejo y tonto,

cortadme, cortadme y convertidme en botones de ascensor.

¿Alguna pregunta? (VOZ NORMAL) Uy, no era esa voz.

Esperad a ver mi nuevo y maravilloso aparato.

(Música tensión)

Poneos esto, el proceso es un poco tóxico.

(Música tensión)

¿Un árbol entero para hacer un solo botón? ¡Esto es ridículo!

-Sí, ridículamente caro si lo vendes al precio de mercado.

(RÍE)

-Ya está bien, vámonos. -Yo en tu lugar no lo haría,

¿recuerdas lo de las tacheras? (ASUSTADOS) ¡Oh!

-Tienes una habilidad especial para desaparecer delante de todos

y eso no es normal, a menos que seas... Una criminal.

No, señor, yo solo había ido a dar una vuelta a la manzana.

¿He dicho manzana? Qué hambre tengo.

¿A qué viene esa obsesión con la comida?

¿Qué estás tramando? ¿Tráfico ilegal de nueces, es eso?

No, no tiene nada que ver.

Matilde no está obsesionada con la comida.

¿Ah, no? Entonces no le importará ver

cómo me zampo esta deliciosa rosquilla,

dulce y crujiente... Ah...

Y cómo la mojo en el café para que quede extraesponjosa, así.

(Música tensión)

No, jefe...

Claro que no me importa.

(Continúa la música)

¡Lo sabía, vuelve aquí ahora mismo, criminal!

¡Oh, no, me ha visto, me ha visto!

¿Qué voy a hacer ahora?

(Música tensión)

(MEGÁFONO) ¡Matilde! ¡Matilde!

Quédate en el coche. Matilde, entrégate con las manos en alto.

Estás completamente rodeada.

(CARRASPEA) Digo, parcialmente rodeada.

Estás detenida por... por desaparecer sin tener licencia.

-¿Cómo la va a detener por eso? Es imposible que alguien desaparezca.

-¡Silencio, lo vi con mis propios ojos!

(Música)

Tú también estás detenido, niño oso.

Y tú, Felicia, por tener ruedas. Y tú por volar sin permiso.

Y usted, señor, por ser un bote de pepinillos.

(Continúa la música)

Ya os dije que los gases eran un poco tóxicos.

-¿Un poco? -Todo es fruto de su imaginación,

ha inhalado toxinas que le han provocado visiones.

Le llevaré al hospital. Que Matilde desapareció,

a quién se le ocurre.

-¡Soltadme, no me gustan los pepinillos!

Me dan mucho miedo.

(RÍEN)

Tendré más cuidado con mis poderes.

Gracias por cubrirme, pollito gigante.

De nada, chica globo. (RÍE)

Creo que deberíais poneros unas caretas.

-Qué desastre, deberíamos habernos ido con el astronauta.

(Música)

¿Hola?

Señor astronauta, quiero hacer pis.

Señor astronauta, hola.

¡Estoy aquí! ¿Hola?

¿Hola? (GRITA) ¡Hola!