1
¿Qué es la igualdad sexual?
1969 NYC
2
¿Cuándo comenzó la lucha?
3
¿Y en España qué?
Cuando empezó a decirme:
Mamá, yo es que soy una niña.
Y yo decía: ¿Esto como va a ser?
¿Esto como lo dice un niño tan pequeño?
O cuando me decía:
Mamá, me la voy a cortar.
-Decía: Pero si tengo pelo de niña, tengo cara de niña,
tengo... boca de niña, soy una niña.
Y claro, yo la corregía.
La decía que su cuerpo era de un niño.
-Los primeros signos pueden aparecer muy pronto,
porque hay que tener en cuenta que de los 2 a los 3 años
ya el niño es capaz de saber si es niño o niña.
-¿Qué me pasaba?
Me sentía rara..., pero tampoco sabía...
Pensaba que me gustaban los chicos y que era gay,
pero luego con el tiempo, pues no.
Nunca te esperas que te pase eso.
Pero una vez que te pasa, lo aceptas o lo aceptas.
No hay que coger y avergonzarse del niño porque sea transexual.
-Lo que tengo muy claro es que Patri va a ser transexual toda su vida.
Entonces, no es una cosa que pueda apartar,
no es una cosa que nosotros vayamos a poder apartar.
A día de hoy, no existe una legislación específica
que regule la situación de los menores transexuales.
-Es un sufrimiento
que los sufren ellos,
pero que la enfermedad la tienen los demás,
que se llama intolerancia.
-El índice, por ejemplo, de suicidios en estos pacientes es muy elevado,
mucho más elevado que la población,
20 o 30 veces más elevado que la población.
-Por eso salimos, para decir aquello de:
Oye, si te pasa, no es el fin del mundo.
Me llamo Gloria,
tengo 32 años,
me dedico a la informática
y soy una mujer transexual.
Me di cuenta de ello a los 3 años y no lo dije hasta los 24.
Ahora están saliendo muchos casos de niños y niñas transexuales
y no es porque ahora haya niños y niñas transexuales y antes no,
sino porque antes no nos atrevíamos a expresar lo que nos pasaba
a unas edades tempranas en general,
y entonces, dábamos el paso, ya a una edad adulta,
o incluso muy adulta, en algunos casos.
Ahora..., los niños y las niñas mas jovencitos
sí que se están atreviendo a contar a sus familias lo que les ocurre.
Pienso que porque la sociedad ha cambiado.
Está más abierta a entender a estos menores,
lo que les ocurre, a ayudarles y a acompañarles en el proceso.
Creo que los niños, de alguna manera, perciben el entorno que les rodea
y saben si es seguro hablar de ciertas cosas o no lo es.
Yo tengo el recuerdo de cuando tenía 3 ó 4 años,
que era algo que no podía contar porque tenía la vaga sensación
de que iba a ser algo muy malo si se hablaba de ello.
Creo que esto a los niños de hoy en día no les ocurre.
-José y yo tenemos 3 niños.
El mayor tiene 8 años, se llama Ángel.
El segundo se llama Aarón, tiene 7,
y Ariel que tiene 5.
Ariel, antes Uriel,
siempre estaba llorando,
era muy tímido,
siempre estaba callado, no se relacionaba con nadie
y siempre estaba con nosotros, no quería salir a la calle,
empezó a vestirse...
con las ropas que, a lo mejor, las primas le dejaban,
en mi casa.
Y de ahí fue ya a más.
Empezaba a decirme que qué guapa era yo,
que quería ser igual que yo.
Quería pintarse.
A veces me decía que por qué ella tenía una pilila
porque ella era una niña,
y todo eso fue a más, a más,
hasta que ya me dijo que por qué no la llevaba al médico
para que le cortara la pilila y le pusieran un "toto".
Yo las primeras reacciones,
yo me quedaba como un poco "anda ya, esto será gay",
pero cuando ya empezó a decirme:
"mamá, es que yo soy una niña".
Y yo decía: "¿Esto como va a ser?,
¿esto como lo dice un niño tan pequeño?".
O cuando me decía: "Mamá, me la voy a cortar".
Y ya te asustabas.
Cuando la psicóloga nos dio el diagnóstico
nos dijo que eso puede ser algo pasajero,
que por ahora no se puede hacer nada
y que en mi casa podía hacer todo lo que ella quisiera,
pero fuera de casa tenía que ser un niño y se tenía que llamar Uriel.
-La disforia de género o transexualidad se define
como un malestar extremo y persistente,
con el sexo con el que se ha asignado al nacer.
Se caracteriza porque la persona tiene una incongruencia
entre lo que siente, de sentirse hombre o mujer,
y lo que corporalmente ve que es.
Los primeros signos pueden aparecer muy pronto,
porque hay que tener en cuenta que de los 2 a los 3 años
ya el niño es capaz de saber si es niño o niña.
-Yo conocía algo,
pero nunca te esperas que te pase eso.
Pero una vez que te pase, lo aceptas y lo aceptas,
no hay que coger y avergonzarse del niño porque sea transexual.
Me pintaba la uñas,
me pintaba los labios,
me echaba colorete,
yo iba con ella a la calle así,
para demostrarle a ella que no era malo
que un hombre fuera pintado a la calle,
que no le tiene que importar todo lo que le dijeran los demás,
que si su padre que era yo, lo aceptaba,
todo lo demás le tenía que dar sin cuidado.
Yo le dije a ella:
"¿Tú estás segura de lo que tú quieres?
¿Tú quieres ser una niña y tú quieres salir de niña a la calle?".
Y ella me dijo: "Sí, mama".
Y le digo: "Pues bueno, aquí están tu padre y tu madre,
que te van a apoyar para siempre,
y siempre van a estar contigo
y no van a permitir que nadie se burle de ti
y siempre vamos a estar contigo.
Entonces ella dijo: "Pues bueno mamá, vamos a ir al chino
y me vas a comprar las cosas que me hacen falta".
Entonces, fuimos al chino, que fue el primer día de feria,
se compró un conjunto, se cogió unos zapatos,
se cogió unas pinzas,
todo esto para preparase por la noche para ir a la feria vestida de niña.
Y fue el día más feliz de su vida.
-Hoy la neurociencia nos está enseñando
que ya nacemos con un cerebro masculino o femenino
y que, por mucha cultura, por mucha cirugía
o por mucha presión que sometas, jamás cambiarás esa orientación.
-Lo mismo que el organismo y todo nuestro cuerpo se desarrolla
en una dirección hacia hombre o hacia mujer,
también sucede con nuestro cerebro,
y eso es lo que nosotros estamos estudiando
en las personas transexuales.
-Nosotros fuimos al colegio el día 1 de septiembre
que venían los maestros y estaba el director,
y le planteamos el tema.
Pues mira, yo te traigo una carta de la asociación nuestra
para que sepas que Uriel ya no existe,
que existe Ariel y que yo quiero que venga vestida de niña
y que utilice los baños de niña.
Cuando yo le llevé la carta
y me dijo que ningún tipo de problema,
que no nos preocupáramos y que se alegra muchísimo
porque muchos padres no afrontarían este tema así.
-Desde que ya es oficialmente, digamos o exteriormente Ariel,
está muy feliz,
ha cambiado su actitud en la clase, está mucho más contenta,
mucho más extrovertida, se muestra tal y como es,
que incluso, el año pasado le costaba.
-No creo que exista ningún criterio pedagógico, ni religioso,
ni cultural ni artístico, que prohíba
permitir que cada uno se sienta con el género que desea identificarse
-Cualquier padre, supongo yo, que ya sea gitano o judío,
supongo que da la vida por sus hijos, ¿no?
Que es lo que tú más quieres en esta vida, por lo menos yo.
Yo lo haría y mi familia lo hacen igual.
Lo que a mí no me entra en la cabeza es porque tú seas gitano
y tengas tu niño transexual o gay lo tengas que despreciar
porque te lo digan las ordenanzas gitanas, eso no.
Soy Natalia, vivo en Benasque con mi pareja Martin, irlandés.
Nos conocimos hace 16 años aquí en Benasque,
nos juntamos y ahora tenemos una familia
formada por nosotros dos y dos hijos:
Martina que tiene 14 años
y Patri que tiene 11, va a cumplir 12.
Cuando era pequeño, pero muy pequeñito, en infantil,
les decía a los otros chavales que él era un chico de cabeza
cuando le preguntaban.
Entonces, pues a lo mejor,
los compañeros les decían a las mamás:
"Es que vosotros no lo entendéis, porque Patri en realidad es un chico,
en su cabeza es un chico".
Lo explicaban los compañeros porque él se lo había explicado muy bien.
Entonces, los compañeros eran los que lo trasmitían en casa.
-Ahora os voy a enseñar al que está cuidando mis cosas,
mis pistas y mis cosas.
Mi Scalextric y mis cosas.
Pero, ¿sabes qué?.
-Díselo a la televisión, venga.
-Chicos, ¿sabéis qué?
Hoy se los estoy cuidando
porque ella...
-Tiene que grabarle en la tele.
-Me tiene que grabar en la tele.
Bueno, hasta luego, habla ella.
-Y ahora... que yo no soy ella, soy él.
-No, yo soy chico, yo soy chico.
-Y yo también.
-Pues eso.
-Un poco lo que te dicen es casi que los escondas,
un poco lo que te están fomentando es que si no se entera nadie,
pues mejor, así pasan desapercibidos,
pero yo lo que tengo muy claro
es que Patri va a ser transexual toda su vida,
entonces, no es una cosa que pueda apartar,
no es una cosa que nosotros vayamos a poder apartar,
va a ser algo que tengamos que enfrentar.
Cuanto antes se visualice
y cuanto antes la sociedad entienda que existe,
porque además yo creo que no son pocos los casos que hay,
cuanto antes se entienda eso,
mejor calidad de vida pueden tener todos ellos y las familias.
-A día de hoy, no existe una legislación específica
que regule la situación de los menores transexuales.
Pero, no obstante, se está trabajando, es un tema reciente,
es un tema novedoso y se está trabajando
para desarrollar iniciativas que consigan este objetivo.
-Según los datos más recientes
que se han hecho en población holandesa
calculan que 1 de cada 10.000 hombres y 1 de cada 40.000 mujeres
se sienten del otro sexo.
La prevalencia en la infancia es desconocida.
Solamente hay estudios holandeses y canadienses
que están aportando datos
de atención a niños en estos países.
-Mi relación con Patri, al principio,
supongo que era como de padre e hija.
Después de 1 ó 2 años,
notamos que se tiraba mucho a lo masculino.
Entonces éramos como dos chicos,
un niño grande y un niño pequeño.
Tuvimos una conversación con Patri hace cosa de 1 mes o 2, dos meses ya,
que estaba ya el tema muy claro,
que Patri quería ser hombre.
Entonces le sentamos aquí y le preguntamos directos a la cara:
"Patri, ¿qué te sientes, hombre o chica?"
Y la respuesta rápidamente era: "Chico".
Y entonces, para nosotros es una cosa nueva,
debe ser el primer transexual que conozco.
Para ser honesto, no conozco otro.
Patri ha dejado claro que quiere ser hombre,
pues oye, tendremos que apoyarle en lo que podamos
y esperemos que lo hagamos bien,
porque nunca se sabe.
-Yo creo que ha empezado a ser consciente
a partir de la pubertad o de que ha iniciado la pubertad.
Yo creo que hasta ahora era un niño que era él y ya está.
Yo creo que Patri, en su fuero interno,
nunca ha pensado que su cuerpo se fuera a desarrollar
como el de una chica.
Entonces, el que ahora está viendo esos cambios,
le está produciendo unas tensiones y unos miedos
que incluso ha tenido algún día de ansiedad,
de no querer ir al cole,
porque le dolía el estomago.
Entonces, intentamos gestionarlo,
tampoco presionándole mucho,
intentando apoyarle, intentando hablar.
Es difícil.
Sabiendo que hay una solución,
me parece absurdo que acabemos dándole ansiolíticos.
Sí es verdad que, en algún momento,
en esas conversaciones que hay cruzadas con profesionales,
alguien dijo: "Bueno, y si no cuando sea mayor,
se hace una mastectomía y ya está".
Y claro, dices: "Ahora le doy ansiolíticos
y luego le hago la mastectomía".
Eso me parece absurdo.
-Hoy en día tenemos elementos muy potentes, sustancias,
fármacos muy potentes,
que nos permiten bloquear la pubertad;
porque al final, la pubertad no es más que el cerebro se activa
y una hormona en el cerebro empieza a fluir por la sangre
y va a ir dando las órdenes
de que se empiecen a generar
nuestras hormonas masculinas y femeninas.
Y a partir de ahí, empieza el desarrollo.
Bien, los inhibidores básicamente lo que hacen
es evitar que esa hormona cerebral pueda hacer su función,
es eso simplemente,
y retrasar hasta que lo tengamos claro
que esa hormona haga su función.
-No hay un criterio unificado en este sentido,
no todos los especialistas están de acuerdo
y los protocolos que hay establecidos
no permiten que estos inhibidores se apliquen a los menores de edad.
-En el tratamiento de los adolescentes,
quizá el punto clave
para entender por qué hay controversia
y por qué no hay una postura única sobre lo que hay que hacer,
es que hay poca experiencia.
En este momento, en el centro,
tenemos en tratamiento de inhibición de la pubertad,
si no me equivoco, a tres personas.
Yo pienso que la interrupción de la pubertad
es una herramienta muy positiva
en el tratamiento de la transexualidad en adolescentes.
-Están dudando,
porque no saben muy bien, a nivel legal, cómo se hace.
En realidad,
lo que está legislado en Aragón
son unas instrucciones para los adultos,
no hay nada para los niños,
entonces es un poco discrecional.
Lo único que falta es la decisión de los especialistas en ponérselo.
-Los bloqueadores no es una cosa final,
es reversible,
entonces si nos equivocamos,
se puede rectificar.
Hay otros tratamientos que son finales, bloqueadores no.
Si toma bloqueadores, si nos hemos equivocado,
si nos ha engañado, si le ha pasado algo extraño,
es reversible.
Entonces...,
yo veo que es un tratamiento
que antes de tomar una decisión final es muy bueno.
-Hola.
-¿Te vienes conmigo aquí a mi cuarto?
-Sí, a hablar un ratito.
Quítate la máscara que no te entiendo bien.
¿Tienes ganas de que sea el verano ya?
-Sí.
¿Para ir a la piscina y eso? -Bueno...,
Me gustaría que ya no me pusieran los bloqueadores,
para ir a la piscina. -¿Y eso?
-Que te crecen las tetas...
-Y la regla también, ¿no?
¿Cómo te sentirías si te bajara la regla?
-Pues mal.
-¿Mal, por qué?
-Porque a los chicos no les sale la regla.
-¿Quieres que te pongan los bloqueadores?
-Sí.
Creo que me los pondrán a principios de marzo.
Bueno, me dirán si me los ponen.
-¿Y si no te los ponen?
-Pues..., no sé.
Estaré triste.
-A estos niños, por lo menos, hay que darles una esperanza.
Si no se les sigue,
el índice, por ejemplo, de suicidios
en estos pacientes es muy elevado,
mucho más elevado que la población,
20 o 30 veces más elevado que la población,
en estos niños y adolescentes.
-Yo creo que como familia nos ha unido el tema de...
¡ostras!, tienes un objetivo de todos y para todos, es un equipo,
hay que ayudar y hay que apoyar a Patri,
que es el que lo está pasando mal ahora.
Entonces, yo creo que eso te ayuda también a estrechar lazos,
es un tema muy íntimo que normalmente a esas edades no tratas con los hijos
Es una edad que, al revés, se distancian.
Al tener esto, este tema muy presente,
yo creo que hemos hecho más piña.
-Yo trabajo en el Museo del Prado, en seguridad en salas,
y lógicamente, al trabajar allí,
he recibido la visita de mis 3 hijos y de mi mujer varias veces.
Eli, aparte de que le llama la atención en general todo
y pregunta mucho,
hay ciertas cosas, como por ejemplo,
"El jardín de las delicias", de El Bosco,
que lo que le llama la atención de ese cuadro
es la diversidad que representa,
como que no hay un estereotipo de hombre, de mujer,
sino que hay hombres con cuerpo de pez,
cabeza de hombre con pies de caballo;
como que no hay una cosa fijada
y en lo que a lo mejor ella se puede encasillar,
como algo que se sale de la normalidad entre comillas, ¿no?
Luego aparecen mucho tipo sirenas,
que de siempre le han llamado mucho la atención,
yo pienso que por la falta de genitales,
que sean sirenos o sean sirenas, ninguno tiene genitales,
entonces los dos pueden serlo,
y ella se siente como un poco parte de eso.
Decía: "Pues si tengo pelo de niña, tengo cara de niña,
tengo... boca de niña,
soy una niña".
Y claro, yo la corregía, le decía que su cuerpo era de un niño,
que se tenía que dar cuenta.
-Cómo disfrutaba cuando la confundían,
entre comillas, con una niña.
Gente que nos encontrábamos por la calle:
"Ah, la niña, que guapa...", o esto o lo otro.
Como se callaba,
nunca rectificaba a nadie y decía: "es que no soy una niña",
nunca, al revés.
Sonreía cuando la confundían con una niña.
Pero todo eso desde los dos años.
-Y a los cuatro años, aproximadamente,
pues ya hablamos con médicos,
y entonces ya nos dijeron, nos mandaron a salud mental.
Empezamos a ir allí y ahí nos dijeron claramente que era una niña.
-La detección de la transexualidad puede ser variable,
sobre todo porque la intensidad de la disforia o malestar
también es variable entre los sujetos.
Hay niños que ya lo expresan a muy temprana edad
y con una intensidad muy marcada
y son los típicos casos que ya los padres lo ven clarísimo
y ven que no pueden hacer nada por evitarlo
y lo traen a la consulta.
Hay otros casos que,
bien porque el niño sea más normativo,
o sea más tímido, intenta ocultarlo
y entonces lo expresa en la adolescencia,
y hay incluso casos
que lo han expresado en la edad adulta
porque han presentado mucho temor a hacer daño a su familia
o al qué dirán, mucha vergüenza social
y han intentado aguantar
hasta que ya no han podido y han tenido que buscar una solución.
-Ya te vas informando, vas yendo a los sitios
y ves a transexuales adultos o adolescentes o jóvenes,
y ves la cantidad de problemas que tienen
por no haber sido aceptados de niños.
Y entonces claro, ya es la primera alarma que te salta,
tú no quieres que tu hija llegue a eso.
-Aparte de que sabemos de varios casos de suicidios,
que eso ya es lo que te hace darte mucha cuenta.
Sobre todo, ahí es donde reaccionas y dices:
"Madre mía, que es que se puede morir".
-Es un sufrimiento gratuito totalmente,
que es lo que más te da qué pensar.
Pensar que es un sufrimiento,
que lo sufren ellos,
pero que la enfermedad la tienen los demás,
que se llama intolerancia.
-¿Dónde está la solución?
En la información,
en la información de la gente
y eso va a hacer, no que salgan más, que salgan todos,
y eso va a ser lo mejor para ellos
y lo mejor para una sociedad más moderna y más libre.
-Eli empezó el cambio,
lo que llamamos el tránsito, sobre los 6 años,
aunque en casa ya llevaba tiempo
porque ella siempre vestía como quería y todo,
pero con 6 años ya fue oficial, de cara a la sociedad.
De cara al colegio y a todo el mundo.
Y ahora mismo tiene 9 años para hacer 10.
Su hermano mayor con 11 años ya está en la pubertad.
Todos los adolescentes tienen que pasar una etapa mala,
de unos cambios hormonales en su cuerpo,
pero los de mi hija van a ser brutales para ella
porque va a ser convertirse en algo que no es, ni se siente.
Más o menos, desde los 5 ó 6 años,
siempre ha estado preguntando que cuándo le va a salir la barba,
qué a que edad,
que si me sale con 12 o 13 años ya estoy en el instituto
y si estoy en el instituto, van a saber que soy un chico.
-Yo daba por hecho que iba a ser gay,
eso lo tuve claro...
desde que era bastante pequeñita.
Lo que pasa que a medida que fue pasando un poquito el tiempo,
sí que fue haciéndome preguntas un poquito extrañas,
pero yo no pensé nunca que era transexual, nunca.
Yo para nada, ¿no ves que grupo tan abierto tengo?
Mira, una lesbiana, un gay, otra lesbiana...
Y eteros por esta parte y aquí una transexual.
¿Quién me iba a decir.
¿Qué me pasaba?
Me sentía rara, pero tampoco sabía,
pensaba que me gustaban los chicos y que era gay,
pero luego con el tiempo, pues no.
-No se sabía explicar bien y me decía:
"A ver mama, un chico que quiere a un chico es gay, ¿no?
Y yo: "Sí, cariño".
Claro, ella me pedía muchas explicaciones
y yo no sabía si era correcto
darle tanta información con lo pequeña que era.
Entonces, "una chica que le gustan las chicas, es lesbiana, ¿no?".
Y yo: "Sí, cariño". "Entonces, mamá, yo soy un chico,
y yo no quiero ser un chico, ¿eso existe?
Claro, yo me quedé...
Entonces, ahí le dije: "Sí, cariño, transexual".
Y recuerdo que me dijo:
"Pues yo, mamá, de mayor quiero ser transexual".
-Yo fui la primera en tomarme inhibidores.
Estuve desde los 12 a los 16 pinchándome en el culo cada 3 meses.
Y, los cambios, pues no me salía barba,
no me salía bello...;
me salía menos bello, me pararon la pubertad,
los genitales me disminuyeron.
No sé qué más.
-El tratamiento consiste en una inyección cada 3 meses
que lo costeaba la Seguridad Social.
Me parece que pagábamos 50 céntimos por la inyección,
pero el coste de la inyección son 400 y pico euros.
En el caso de Edurne, han sido 4 años,
pero igual en otro caso, tiene que ser antes,
porque esta medicación empiezas a tomarla
cuando empiezas a...
-A desarrollar la pubertad. -Claro.
...cuando empiezas a desarrollarte es cuando tienes que empezar
para cortarlo todo.
-Yo no estaba asustada
porque como ya estaba en el Clínico, me calmaban,
me decían que pronto pasaría de los inhibidores...
Entonces me lo dijeron y al poco tiempo lo empecé.
Sí, al mes o dos meses.
-Es que no tuvo tiempo tampoco de... -De preocuparme.
-Porque no hizo ningún cambio.
Su cuerpo no llegó a hacer ningún cambio a chico.
-Empecé a hormonarme para femenino con 16, porque antes no puedes.
Me operé el pecho hace 4 meses,
porque con las hormonas no me creció nada
y la endocrina me dijo que no creía que me creciera más.
Si yo estudio y luego me tengo que operar,
son meses de recuperación, entonces esos meses los pierdo.
En lo laboral, también me condiciona porque...
-Porque tienes el DNI de chico, tienes la tarjeta sanitaria de chico.
Lo tiene todo de chico.
El currículum lo tiene de chica,
o sea que no nos queda más remedio que esperarnos y este año solicitarlo
porque si no ella como persona es imposible que avance.
Va a un trabajo, no la pueden coger,
va a un curso para hacer unas prácticas,
tiene que estar dando explicaciones de la condición de mi hija,
¿por qué se tiene que enterar todo el mundo
que mi hija en el DNI es un chico y es una chica?
-Para poder acceder al cambio de nombre y sexo
se requieren dos documentos principales,
uno es un diagnostico de disforia de género o transexualidad,
que debe estar firmado por un psicólogo o un psiquiatra,
y otro es un documento, un certificado médico
que acredite que la persona lleva en tratamiento un mínimo de 2 años.
-Cuando Edurne tenía unos 6 años,
que fue cuando empezó a no querer ir con calzoncillos,
solamente con braguitas, pedirme ropa de niña
y a tener una actitud un poco desafiante conmigo
con la ropa y demás,
me puse en contacto con una psicóloga
para saber si lo que estaba haciendo con ella era correcto o no.
Ha sido la mejor persona que yo he conocido
cuando mi niña era pequeña,
porque fue la única persona con la que tuve apoyo,
es que me da por llorar. -¡Ay, mamá, hija!
¿Pero por qué lloras?
-Porque me acuerdo de cosas.
-Hola. -Hola, guapa.
-Hola, ¿qué tal, amor? -Muy bien.
Me falta la operación de cambio de sexo,
para mí que es lo más importante.
Estoy esperando a hacer 18 años para poderme operar,
porque no puedo operarme antes de los 18,
y nada, ya me quedan 10 meses, me queda menos.
-¿Y sabes fecha de operación? -Pues aún no.
Cuando haga los 18,
se supone que tengo que pasar a lista de espera y operarme.
-¿Estás nerviosa?
-Sí, un poco, pero tengo más ganas que nervios, ¿sabes?
-Claro, eso es normal. -Y eso, tía.
-Ya te va quedando menos. -Pues sí, a ver si ya viene.
La última recta ya.
-Y se acabó ya, ¿no? -Pues sí.
-En mi trabajo, con mis alumnos, yo me presente como Justin
y básicamente decidí
que cada uno entendiese lo que quisiera.
Si tengo que definirme,
yo me defino...
no sé, como una persona muy alegre.
La verdad es que he estado muchos años evitando definirme
en el termino binario de hombre mujer,
sabiendo que yo no era una mujer
y que no se me iba a aceptar, tal cual,
llamándome hombre,
con lo cual he empezado a definirme como una persona
y definiéndome de esa manera,
la verdad, creo que me he desarrollado bastante bien.
Durante toda mi vida,
he vivido sin expresar el hecho de que soy transexual, para empezar,
porque yo tampoco lo sabía.
La realidad de los chicos transexuales
en lo que es la infancia a la adolescencia
no está tan a la vista
porque pueden pasar o por chicas lesbianas
o por chicas masculinas, lo que dicen marimacho.
Bueno, está como más aceptado.
A la hora de hablar de mí,
yo no hablo en femenino, nunca,
y a lo mejor, en mi infancia,
utilizaba el femenino porque no tenía otros recursos,
pero desde hace mucho tiempo,
creé un discurso
en el que no tenía que utilizar adjetivos.
Utilizaba otro tipo de expresiones para no caer en eso,
porque yo no me sentía así.
Y yo, en realidad, nunca lo explicaba,
pero lo que me pasaba,
era que yo de mayor no quería ser profesor,
no quería ser bombero, no quería ser conductor de autobús,
de mayor yo quería ser un hombre,
entonces, mientras no tuviera eso, todo lo demás me daba igual.
Es cierto, que a partir de mi adolescencia,
empecé a salir con chicas, porque a mí me atraen las chicas,
y entonces, se creó una especie de identidad de mujer homosexual.
Pero, no era suficiente,
yo sabía que yo no era una mujer homosexual,
yo sabía que no era igual que otras chicas lesbianas que yo conocía,
yo sabía que no podía identificarme, eso no era lo que yo era.
-Para nosotros, era la bollera de clase en el máster,
porque iba como la típica moderna guay
y entonces es lo que más conocíamos y con lo que lo asociamos.
Ya, más tarde, cuando empezamos a salir,
me lo contó muy al principio.
Entonces todos los conceptos cambiaron
y, poco a poco, a todas las personas que sabían lo que le pasaba,
a todo el mundo dijo, inmediatamente, que todo encajaba,
que lo entendían todo.
Una de las cosas que más llama la atención
es lo entrenado que estaba para ocultarlo.
En el gimnasio, lo que suelo hacer es:
Al principio, hago media hora de "cardio",
que es para quemar calorías y no ganar peso,
y luego hago una segunda media hora de pesas y de máquinas.
Eso yo lo empecé a hacer, básicamente para desarrollar músculo,
para intentar, naturalmente,
que mi cuerpo fuese lo más parecido a un cuerpo masculino.
Lo que pasa que cuando llevas dos, tres años de entrenamiento,
y ves que lo que has conseguido, no va a avanzar de allí,
pues ya dices:
"Yo creo que por estos medios, he llegado a donde podía".
Yo estoy en la primera, primera fase de todo el proceso,
que es la fase del psicólogo y psiquiatra
que tienen que evaluar
que no tienes ningún trastorno mental.
Una vez tenga esos documentos,
el siguiente paso sería ir a un endocrino,
que el endocrino me estudie,
estudie qué cantidad de testosterona necesito
y, a partir de ahí, uno empieza a hormonarse
y luego ya vendría el momento de la cirugía
que, en mi caso, yo si querría operarme el pecho, quitarme el pecho,
y con eso yo ya sería feliz.
Con eso y la hormonación.
No sé qué voy a hacer en el futuro con el vestuario del gimnasio.
No sé hasta qué punto de la hormonación
yo puedo seguir yendo a un vestuario femenino.
Yo no sé en qué punto debería ir a un vestuario masculino.
Creo que no hay ninguna norma para eso.
Entonces, tengo la fortuna de vivir muy cerca del gimnasio.
Probablemente, acabe yendo a casa a ducharme.
Yo empecé a salir con un grupo de gente
en el que luego conocí a Alexandra, mi novia.
Cuando empecé el proceso,
yo lo empecé también gracias a ella,
gracias a que ella me animó muchísimo,
me empujó muchísimo.
Entonces, cuando yo ya estaba en mitad de todo, de decir:
¡Guau, voy a cambiar mi vida!
Creo que me planté a reflexionar y dije:
"Ella ha empezado una relación conmigo,
con la persona que yo soy ahora, y ahora mismo estoy forzándola,
por así decir, a que le guste una persona
que, yo sé que yo voy a ser yo, pero mi físico va a cambiar,
entonces me empecé a preocupar muchísimo de pensar
que, claro, estoy poniendo en riesgo algo muy bueno que tengo ahora.
Por así decir,
estoy arrastrando a alguien a algo que es propiamente mío
y me parecía muy injusto y muy egoísta.
-La cuestión es que no estás arrastrando a nadie.
Si no lo hicieras, sería como mentirme...,
en cierto modo.
Tampoco me estás poniendo una pistola en la cabeza.
Sabemos que si cuando pase, la cosa no sigue igual,
pues lo hablaremos en su momento.
Es inevitable pensarlo, pero pararte por el que pasará o el "y si...",
es un poco pérdida de tiempo.
-Claro, eso se puede aplicar a todas las relaciones.
Entonces, en la nuestra, tenemos esta circunstancia,
en otra relación, tendrán otra,
a lo mejor, ella tiene cosas con las que yo vivo
y me gustan más o menos.
O sea, yo creo que mucho, me gusta mucho.
-Yo soy un chico transexual de 21 años.
Me llamo Leo.
Todo el mundo me conoce ya como Leo, en la vida diaria vivo como Leo,
todo el mundo me trata en masculino y he empezado mi proceso hormonal,
para el comienzo de este proceso.
La parte médica digamos,
aunque el proceso personal empezó mucho antes.
En muchos casos de cuando se sabe, a cuando se cuenta, pasa mucho tiempo
y mi caso es uno de ellos.
Yo saberlo lo he sabido de siempre, es algo que siempre tienes ahí,
que siempre llevas dentro,
que todos los día sucede alguna situación que dices:
"Esto no encaja conmigo,
la gente no me está percibiendo como yo me siento,
no me está tratando como yo creo que debería tratarme".
Hay muchas situaciones en la vida cotidiana
en la que sientes que eso no va contigo,
que tú, en mi caso no eres mujer, y tal.
Pero yo creo que mi estrategia después de analizarlo mucho,
creo que ha sido de evitación total de estos pensamientos.
Yo recuerdo rezar por la noche
porque al día siguiente apareciera con otro cuerpo
y me cambiara el cuerpo mágicamente de Jesús.
No rezaba nunca, rezaba solo para esto.
O en la ducha pensando no quiero esto, que mal,...
Mi madre, mi pareja y mi hermana,
que eran las personas más importantes en mi vida en ese momento,
quise hacerles partícipes de mi descubrimiento, de quien era.
No de llegar un día y decirles:
"Sabéis que me llamo tal
y pensáis que soy una mujer, pero no, en realidad no".
No quería eso,
también porque yo no lo tenía así de claro.
Yo no hice todo el proceso solo y luego dije "voy a hablarlo",
sino que dije que empecé a comentar
que estaba planteándome muchas cosas sobre mi género,
que había muchas cosas que nunca había tenido claras
y que había estado evitando,
pero que estaba afrontando aspectos de mi vida que necesitaba aceptar,
sobre los que necesitaba pensar
y entonces, ellas fueron ayudándome, ¿no?
-Como madre, el afrontar la transexualidad de un hijo
a mí personalmente me...
es algo muy complejo
que una persona que no es transexual no podemos llegar a entender,
sentirse algo cuando te miras al espejo
ver que no corresponde con lo que tú te sientes,
¿cómo te puedes imaginar eso?
Es una pesadilla, me parece de una crueldad brutal.
-Una vez lo tuve más aceptado y elegí el nombre,
ya se lo fui comentando a familiares más lejanos,
a amigos también, y me fue muy bien.
Con todo el mundo, excepto con parte de la familia,
que es mi padre en concreto,
que, como este tema ya imaginábamos que iba a ser delicado,
porque antes de este tema, vino el tema de "me gustan las mujeres",
que ya había sido complicado en su momento,
pues ya sabíamos que cualquier cosa de este tipo iba a ser complicada.
Y dijo que se iba de casa, que no quería ver estos cambios,...
Bueno, ni siquiera había empezado la hormonación,
pero que él no me iba a llamar Leo
porque no apoyaba lo que estaba haciendo.
Como él creía que esto no me iba a traer nada bueno,
pues que no quería participar de algo que no creía positivo.
-Es verdad que para mi marido ha sido más difícil.
Ellos tienen una relación y una forma de ser bastante parecida
y ha sido complicado.
-Mi madre sufre mucho y yo sufro por ella también,
de ver que está en la tesitura de ¿qué hago?
Le insiste "para Luis, por favor, cambia, Luis cambia, acéptale,
Leo, es tu hijo o quiérele, ¿qué más da? no sé qué",
que la veo que sufre muchísimo,
porque es ver al hombre que quiere que está rechazando a su hijo.
lo veo como algo también muy doloroso.
-En las condiciones más ideales
de comprensión en el entorno familiar,
de buena disposición por parte de las instituciones escolares
y de todas las instituciones, de buen acceso a la sanidad,
de tratamientos bien llevados,
aun así, tenemos que tener muy claro
que es un proceso de una enorme dureza
y que representa para la persona que lo hace
una exigencia personal muy grande.
Por eso, siempre insistimos que es un proceso
que necesita mucho acompañamiento y mucho apoyo.
-Y estoy a punto de pincharme por primera vez testosterona.
¿Ya está? -Ya está.
-Luego, de sensaciones y tal, pues no noto absolutamente nada.
Obviamente, cambios no noto,
pero tampoco he tenido ningún efecto secundario,
ni ningún mareo,
como me habían dicho, que a lo mejor tendría,
ni insomnio, ni nada.
Hoy es un día importante, porque cumplo dos meses con testosterona
y porque hoy me siento muy bien, la verdad.
Estoy especialmente contento con todo esto,
sobre todo al venir del gimnasio.
Sigo yendo al gimnasio y ya empiezo a ir cogiendo un poco de músculo.
Con el tema de la voz,
no se si se habrá cambiado, la verdad,
ahora lo compararé.
Gente con la que hablo, me dice que sí,
que me la nota más cambiada,
pero yo ya no me noto nada,
así que tendré que ir comparando y tal.
Lo que más me importa ahora mismo es el pecho
para tenerlo lo mejor posible para la operación
y que a la hora de las cicatrices
dicen que te quedan mejor si tienes el pectoral más definido.
Te pueden hacer la cicatriz más precisa,
justo alrededor del pectoral
para que luego se pueda esconder mejor y se vea menos.
Para mí youtube fue una gran ayuda
y por eso veo tan importante colaborar yo haciendo vídeos.
Por eso, empecé a hacer vídeos antes,
desde que empecé a plantearme este tema de mis dudas.
Toda mi adolescencia
y la parte de mi infancia que recuerdo
es en Altea.
Tengo muy buenos recuerdos del pueblo cada vez que voy,
es un sitio súper familiar para mi, estoy súper a gusto,
mantengo mis amistades de siempre.
-Leo, estamos a tres semanas de irnos para la operación.
-Ya. -¿Qué tal? ¿Te entra canguis o no?
No, le he dado vueltas, lo tengo tan mirado que no se...
-Yo sí que estoy preocupada, ¿eh?
A mí estar tan lejos, a tantos km de casa,...
Pasa cualquier cosa...
Menos mal que vamos con otra persona también,
pero me impone bastante.
Bueno, ya hemos pagado muchas cosas,
¿pero no te echas atrás de ninguna manera?
-Que no mami, madre mía, si es que no pienso en otra cosa.
El pecho me hace sentirme súper incomodo,
hay muchas situaciones en las que no puedo estar a gusto,
no me siento identificado, aunque esté solo, no ya por la gente,
de poder ir a la playa y quitarme la camiseta,
sino estando solo es como "no me pertenece igualmente esa apariencia".
La decisión la tomé y estaba pendiente de buscar un cirujano
y va a ser un cambio increíble.
Llevo una camiseta compresora,
es como una camiseta interior,
que me aprieta sobre todo la zona del pecho.
Es de tirantes y me disimula más el pecho.
Pero yo en cuanto hay viento, soy consciente de que hay viento
y se me está marcando el pecho.
Haciendo deporte o andando por la calle, cuando hay viento.
El concepto de invierno es como ¡uf!
Llevo más ropa, me despreocupo un poco del tema
porque no se va a ver.
Y verano es como "me gusta el calor, me gusta la playa, pero ¡pun!
Bajón de incomodidad".
-Ya te ha salido barbita y todo, ¿eh? -¿A ver esa patilla?
-Pues fuera de coña, probé lo que me dijisteis de la maquinilla esta
del pelo al mínimo y viene bien, ¿eh?, y tira.
Al final, ¿te vas a Florida a operarte?
Ya ves, estoy ya con el gym poniéndome a tono.
El gimnasio. A ver.
Voy a quitarme la chaqueta para enseñaros.
-¿Estás yendo todas las semanas o qué?
-Estoy yendo, sobre todo para la operación,
quiero mantenerlo y hacer sobre todo pectoral
para que me quede lo mejor posible la operación, los resultados.
-¿Cuánto tiempo tendrás que estar parado luego?
-Pues no lo sé, la verdad.
Supongo que un mes seguro,
y luego ya no sé cuanto tiempo más, si otro mes,...
-Brindis por la operación, que todo salga bien.
Y que se cumplan... -Pectorales tonificados.
-Muy bien.
La sociedad tiene que ver que esto es normal, que los hay,
que no pasa nada, que esto hay que normalizarlo,
que no tiene por qué...
"son transexuales: un bicho raro",
no es un bicho raro, es un niño.
Son niños muy pequeños y que sufren muchísimo.
Que no siempre son problemas, lo aceptas y punto, como familia,
como tu hijo que es o tu hija...
y se acabó.
-Ahora la veo y pienso:
"Todo lo que he hecho, madre mía, me ha merecido la pena".
Eso y más, que estoy orgullosísima de la hija que tengo,
pero me ha costado muchísimo.
-Claro que me hubiera gustado nacer ya chica,
sin tener ningún problema,
ni que mi madre lo pasara mal, ni se hubiera tenido que mover tanto,
ir a tantos médicos, psicólogos y todo.
Tampoco es malo ser transexual,
pero es mejor ser una persona normal.
Ser lo que tú quieras ser.
-La imagen que tienen que dar es que son personas normales,
que viven en familias normales y que no todas son prostitutas,
ni todas vienen de una familia desestructurada,
ni de que tienen problemas, ni de que no pueden,
porque no es así.
-Patri, ahora,
yo tengo bastante preocupación,
porque el camino que ha elegido supongo que no va a ser fácil.
Aquí está muy protegido
porque es un pueblo pequeño
y todo el mundo le conoce,
pero el mundo es muy grande fuera de aquí
y no sé qué pasará.
Me da algo de miedo, no por mí, porque no me pasa nada a mí,
por él.
-También creo que es un crío muy constante, muy valiente,
es una persona muy inteligente.
Entonces, yo espero, aparte de que tenga miedo
y creo que no me lo podré quitar,
el no trasmitirle ese miedo para no coartarle en que haga cosas,
porque yo creo
que tiene el mismo derecho que cualquier otro crío
en hacer cualquier cosa.
-Yo, si hubieran preguntado hace 15 años,
yo estaba lleno de prejuicios.
Si hubieran dicho:
¿te gustaría tener un hijo transexual?
Hubiera dicho que no.
Ahora que tengo a Patri,
cambio mi opinión y diría que sí.
Por eso salimos, para decir:
"Si te pasa, no es el fin del mundo".
-Hay mucha gente que eso, que lo ve como un capricho,
que dice:
"Para que te metes en eso, si total es una tontería,
y al final vas a acabar medio que sí, medio que no".
Pues no sé,
porque es lo que necesito para ser feliz,
que yo salga a la calle y la gente me vea como yo me veo a mí,
Como Alejandro, como un chico.
-Ahora mismo nuestra idea es, probablemente,
cuando se haya operado y empiece a hormonarse
y vaya todo el proceso más adelantado y sepamos cómo va la cuestión médica,
pues buscar un trabajo fuera, irnos a vivir juntos,
pensaremos lo de los niños y todo eso.
Así que, de momento, el futuro lo planeamos juntos.
-Hola, Eli, felicidades.
¿Qué tal? -Bien.
-Muy poquito a poco, pero sí, que creo que si está cambiando
el concepto que tiene la sociedad sobre la transexualidad.
Durante muchos años, desde siempre,
ha sido una palabra con mucho estigma
y asociado a situaciones muy negativas
y pienso que esto está cambiando y que va a cambiar más en el futuro.
Se acabará entendiendo como una circunstancia más
que pueda tener un ser humano, que hay que afrontar y nada más.
Cuando veo a Eli y veo lo feliz que está
y cómo la apoya toda su familia,
como está haciendo ya cambios, con 10 años,
todas sus expectativas de futuro...,
me siento muy bien.
Sentir esperanza de que lo va a tener mucho más fácil,
tanto ella, como otros niños y niñas que están en su situación.
(Bienvenido a España).
-No puedo abrazaros, pero me podéis abrazar vosotros.
Abrázame, me dejo abrazar.
-Qué bien que hayas venido.
Hola chicos.
Bueno, ya estoy de vuelta.
Quería enseñaros los resultados para que veáis cómo ha quedado,
y bueno, decir que...,
bueno, me voy a ir quitando la camiseta,
que estoy muy contento con los resultados.
Aquí me veis,
así que, bueno,
ya os iré contando si hay alguna novedad,
aunque en principio, ya con esto,
acaban mis cambios físicos más importantes
y bueno... ya contaré como avanza todo.
Venga chicos, hasta luego.
Si nosotros sabemos
qué tipo de alimentación es la más apropiada
para nuestras células,
naturalmente que podemos modificar nuestro destino.
Conocemos tu genoma
y esto es lo que te va a tocar dentro de 30, 40 ó 50 años.
Precisamente, ahí es donde viene la nutrición,
donde vienen los estilos de vida, en realidad.
Y es que, sabiendo las características de tu genoma,
ese riesgo de la enfermedad del que hablamos,
no es como una condena de muerte;
no es como la guillotina.
-Tienes esta predisposición genética y eso no significa
que vayas a tener este infarto cerebral.
Lo puedes neutralizar, pues... comiendo bien.
Tómatelo en serio, porque además, esto va en serio.
-Intentamos evitar que se comentan en diabéticos,
solamente con dieta y con el ejercicio.
Entendemos que esto es el futuro.
Es verdad que la nutrición personalizada,
basada en criterios genéticos,
ya se puede aplicar en algunas personas concretas.
Nosotros hemos hecho estudios en que, entre horas,
sacamos células, damos un desayuno,
varios desayunos.
A las tres horas, volvemos a sacar esas células,
y las células, cuando el desayuno ha sido sano,
esas células tienen menos oscilación, menos inflamación, etc.
Eso quiere decir que para mejorar y corregir nuestro organismo,
cualquier momento es bueno.
Subtítulos realizados Chus Suárez Liaño.