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Greenpeace: "Podemos comer aguacates, pero en su justa medida"
Greenpeace fue una de las primeras organizaciones en denunciar el impacto ecológico de la expansión del cultivo de aguacate en países como México. Luis Ferreirim, responsable de agricultura en España, analiza la situación.
"No se ha llevado un aumento de la producción de manera sostenible. Lamentablemente, el mayor incremento se da en cultivos industriales con elevados costes ambientales e incluso sociales", opina, "en algunos países incluso se está convirtiendo en un problema por el uso ilegal de agua".
"Hay que poner coto a esta expansión y que los gobiernos no sigan apoyando un modelo de agricultura industrial que pone el beneficio económico por encima de todo", prosigue.
"Como todo, podemos comer aguacates pero en su justa medida, no todo el año y bajo cualquier condición sin preocuparnos por la huella ecológica y social que deja nuestras decisiones a la hora de comprar", deja claro.
Sobre el hecho de que para producir un kilo de aguacates se necesite aproximadamente 2.000 litros de agua, Ferreirim asegura que "sin duda que es algo que se debe tener en consideración, pero antes deberíamos poner el foco en productos mucho más demandantes de agua, como es por ejemplo la industria cárnica. Por ejemplo, según datos de la FAO, para producir un kilo de carne de ternera son necesarios 15.000 litros de agua".
"Los impactos ambientales y sanitarios de la producción y consumo desmesurado son gravísimos. Además, entre el 75% y el 80% de la superficie agrícola mundial se destina a producir alimentos para la ganadería y no directamente para las personas", explica.
"Desde Greenpeace consideramos que es fundamental optar por alimentos ecológicos, locales y de temporada y que sean producidos por agricultores de pequeña escala. Siguiendo esta pauta, los beneficios para nuestra salud y la del planeta son realmente grandes", enfatiza.