En la margen derecha del Duero se levanta una ciudad extraordinariamente rica en patrimonio. Soria conserva templos claves para entender el románico, como las iglesias de Santo Domingo o San Juan de Rabanera; un legendario monasterio en ruinas, ermitas e imponentes palacios que dan cuenta de la importancia de la lana en tiempos pretéritos. Pero también luce orgullosa el legado inmaterial de poetas –Antonio Machado, Gerardo Diego, Gustavo Adolfo Bécquer– que encontraron inspiración en estas calles y parajes próximos al Moncayo. El atleta Abel Antón nos acompaña a lo largo de nuestra visita, que parte de La Dehesa, el gran parque que se extiende junto al Paseo del Espolón, muy cerca de la estratégica calle Collado. Muchos de los recuerdos de infancia que comparte con nosotros el actor Juan Echanove están vinculados a esta espina dorsal de la urbe. La ruta pasa por en el Museo Numantino, donde nos recibe su directora, Marian Arlegui. También recalamos en la Casa de los Poetas con el profesor de literatura César Ibáñez París y el responsable de la Red de Ciudades Machadianas, Ángel Almazán. No puede faltar la imprescindible mirada sobre la curva de ballesta del río ni el paseo por su orilla izquierda entre el monasterio de San Polo y la ermita de San Saturio: los guías oficiales de Soria Ana Bravo e Ismael Navarro muestran el camino.