El taxista Elías Elexpe Astondoa, de 56 años, casado y con dos hijas, nació en la localidad de Arantzazu, en el valle de Arratia, y era euskaldún (vascoparlante), igual que su familia. El 26 de noviembre de 1978, se encontraba en el caserío familiar, llamado Zubieta Barri, escuchando las noticias de las ocho de la tarde de Radio Nacional de España. De pronto, alguien llamó a la puerta. Cuando abrió, un desconocido le disparó dos veces. Murió prácticamente en el acto. Una de sus hijas acababa de subir a la segunda planta del caserío y escuchó el motor de un coche que se detenía. Segundos después, oyó los dos disparos que acabaron con la vida de su padre.
Elías había recibido numerosas amenazas por haber sido miembro de la Guardia de Franco, según confirmaron sus allegados y algunos compañeros de trabajo. ETA militar se hizo responsable del crimen a través de un comunicado. El vehículo utilizado por los terroristas había sido robado previamente en Gernika a punta de pistola. El propietario fue maniatado y abandonado a las afueras de esa localidad, tras haberle sido arrebatado el DNI.