El guardia civil Manuel León Ortega, de 35 años, era natural de Constantina (Sevilla). Estaba casado y tenía tres hijos cuando ETA lo mató a tiros, el 1 de diciembre de 1978. Aquel día, Manuel León y Luis Palomares, también guardia civil, acudieron a tomar un café al bar del centro deportivo Aloñamendi, en Oñati, vestidos de paisano. Ambos estaban destinados en el cuartel de esta localidad guipuzcoana.
A las 16.30 horas, tres miembros del Comando Besaide de ETA irrumpieron en el bar al grito de “¡Cuerpo a tierra!”, mientras disparaban a los dos guardias civiles. Luis saltó al otro lado del mostrador y consiguió ponerse a salvo, pero Manuel recibió tres impactos en el costado. Los etarras huyeron en un vehículo robado, en el que les esperaba un cómplice al volante. Al propietario del coche lo habían metido en el maletero. Manuel fue trasladado al centro asistencial de Mondragón, donde los médicos solo pudieron certificar su fallecimiento.
Los miembros de ETA José Ramón Bidaburu Otaduy, Félix Bengoa Unzurrunzaga y Ramón Arzamendi Medinabeitia fueron condenados a sendas penas de 26 años, ocho meses y un día de prisión mayor y al pago conjunto y solidario de una indemnización a los herederos de la víctima.