Saturnino Sota, de 49 años, nacido en la localidad riojana de Aldeanueva de Ebro, era el dueño de una panadería situada en el número 33 de la calle Cuchillería de Vitoria. Allí, en su tienda, fue asesinado por ETA. Llevaba meses recibiendo amenazas por haber vendido pan durante una huelga en el sector e incluso habían lanzado un cóctel molotov contra su comercio.
Saturnino tenía el negocio en la planta baja y su vivienda en el piso superior. El 13 de diciembre, a las 19.45 horas, tres terroristas encapuchados bajaron de un Simca 1200 aparcado en la puerta del local, donde estaban Saturnino y una empleada. Los etarras le dispararon al menos cuatro veces y falleció en el acto.
ETA militar asumió la autoría del atentado y envió un comunicado a diversos medios informativos vascos donde acusaba a la víctima de ser un confidente policial.