José Luis Vicente Cantón, de 52 años, era natural de Bóveda (Álava), aunque residente en Llodio desde hacía veintisiete años. Padre de cinco hijos y empleado en una inmobiliaria, se convirtió en la última víctima mortal de ETA de 1978.
Señalado por la banda a causa de su supuesta relación con las Fuerzas de Seguridad del Estado, fue asesinado con dos balas que le impactaron en el tórax cuando salía de su casa el 31 de diciembre de 1978.
Pese a que su familia pudo auxiliarle al momento y trasladarlo a Urgencias, José Luis ingresó ya cadáver en el hospital. ETA reivindicó su asesinato el 2 de enero.