El zaragozano Antonio Recio Claver, de 50 años, era inspector de policía de la Brigada de Información en Vitoria. Casado y con dos hijos, fue asesinado por el comando Araba el 23 de marzo de 1979. Como todas las mañanas, antes de dirigirse a la comisaría, Recio fue a la empresa familiar de fontanería donde llevaba la contabilidad, cuando tres terroristas irrumpieron en el lugar y le mataron a balazos. Lo que nadie sabía, ni siquiera sus asesinos, es que era miembro del CESID, tal y como reveló posteriormente en su autobiografía el general Ángel Ugarte; lo que le convirtió en la primera víctima de terrorismo perteneciente a los Servicios de Inteligencia.
Casi dos décadas después, Ignacio Arakama Mendia fue condenado a 30 años de prisión mayor y a indemnizar a los herederos legales de la víctima como autor del asesinato.