Julio Santiago Expósito Pascual tenía 23 años y era de Sestao. Estaba soltero y había terminado recientemente el servicio militar. Trabajaba con su padre en la sastrería Expósito, propiedad de la familia.
A las 14 horas del 20 de junio de 1980, Julio y su padre salieron de la sastrería, en la antigua calle Queipo de Llano, para ir a comer a su casa en la calle San Diego. Caminaron dos metros en dirección a su coche, cuando dos etarras encapuchados y armados se bajaron de un automóvil y se dirigieron hacia ellos. Uno de los terroristas empujó a Julio que intentó protegerse escondiéndose detrás de un coche pero fue ametrallado y murió en el acto.
Cuando Julio cayó al suelo uno de los terroristas lo remató disparándole varias veces. El padre de Julio se acercó al cuerpo de su hijo y vio que ya estaba muerto. Los terroristas huyeron en un coche en el que les esperaban otros dos miembros de la banda. Al día siguiente, ETA militar se hizo responsable del atentado a través de una llamada telefónica al diario Egin.