Aurelio Prieto, de 23 años, era natural de Llerena (Badajoz), estaba casado y tenía una hija de 4 meses. Estudió en el colegio de guardias jóvenes y entró en el Cuerpo de la Guardia Civil en septiembre de 1974. En el momento del atentado trabajaba en la Comandancia de San Sebastián.
El 21 de noviembre de 1980 sobre las 12:30 horas, los guardias civiles José Blasco, Eduardo Izquierdo y Aurelio Prieto Prieto llegaron vestidos de paisano a la zona de la ermita de la Virgen de Izaskun, en Tolosa. Mientras el conductor, José Blasco, buscaba sitio para aparcar, los dos agentes se dirigieron a las inmediaciones de un bar cercano a la ermita para identificar a dos individuos.
Aurelio Prieto se acercó para pedirles la documentación pero uno de ellos sacó una pistola y les disparó. Como consecuencia de los disparos, Aurelio cayó al suelo y uno de los terroristas le remató. Eduardo Izquierdo, que ya había sido víctima de otro atentado en Logroño hacía cinco meses, recibió un tiro en el brazo derecho y rodó por el suelo para no ser alcanzado. Presenció cómo remataban a su compañero sin poder sacar su arma.
El tercer agente, José Blasco, quiso ayudar a sus compañeros y llegó a sacar su arma pero se le encasquilló varias veces. Eduardo, que se encontraba herido, vio como uno de los agresores se acercaba a él, pero con la mano izquierda consiguió disparar a los terroristas que se dieron a la fuga.
Aurelio Prieto murió de dos disparos, uno en el hombro derecho y otro en la cabeza. Los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA) asumieron la autoría del asesinato tres días después. Eugenio Barrutiabengoa, que vivió en Venezuela desde finales de los ochenta, fue uno de los presuntos autores del atentado.