Félix Galíndez Llano, soltero de 54 años y empleado de una inmobiliaria, llevaba 30 años viviendo en la alavesa pensión Ocho de su Amurrio natal. Allí murió asesinado a balazos la mañana del 25 de julio de 1981 por dos terroristas a los que abrió la puerta. Estanislao Galíndez Llano, hermano de Félix y cartero en la misma localidad, también fue asesinado por ETA unos años más tarde.