El general Víctor Lago Román, orensano de 63 años, casado y con ocho hijos, era jefe de la División Acorazada Brunete, la unidad más poderosa del Ejército español. Fue asesinado por dos miembros franceses del Comando Argala el 4 de noviembre de 1982. Su muerte tuvo un gran impacto en la sociedad al tratarse de un pretigioso alto mando militar y porque una semana antes el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) había ganado las elecciones generales. El atentado se produjo cuando Lago se desplazaba en coche oficial a su cuartel. Dos terroristas en moto de alta cilindrada se acercaron al vehículo y ametrallaron al general, que murió en el acto, e hirieron de gravedad a su chófer, Juan Carlos Villalba González.
Lago Román había ingresado en el Ejército como voluntario con 17 años, fue oficial en la Legión y ascendió a coronel en 1972. Estuvo en la División Azul y partició en las campañas de Ifni y del Sáhara. Tras ascender a general de Brigada, fue nombrado gobernador militar de Madrid y subinspector de tropas y servicios de la I Región Militar.
Henri Parot y Juan Lorenzo Santiago Lasa Mitxelena, Txikierdi, fueron condenados a 50 años de cárcel cada uno. Además, se les obligó a indemnizar a la familia de Lago y Villalba.