El guardia civil José Reyes Corchado Muñoz tenía 28 años, era natural de Alburquerque (Badajoz), y estaba casado con Isabel Chamizo Díaz, con la que tenía dos hijas de 1 y 2 años.
La noche del 15 de octubre de 1983, una patrulla de la Guardia Civil formada por tres vehículos estaba realizando un servicio de vigilancia cuando una carga explosiva, escondida junto a un muro, fue activada a distancia. Los agentes habían salido del cuartel de Aretxabaleta y en ese momento pasaban por el barrio de Zubillaga, en Oñate.
La explosión afectó al primer vehículo de la patrulla en el que se encontraba José Reyes Corchado Muñoz, el conductor y el cabo primero Antonio Ramos Ramírez.. José Reyes, que viajaba en el asiento de atrás, falleció prácticamente en el acto. Los otros dos agentes resultaron heridos leves. Tres años más tarde, Antonio Ramos sería asesinado en un atentado en Mondragón.
Los guardias de los otros dos vehículos atendieron a sus compañeros y les trasladaron de inmediato a un centro sanitario, donde se certificó la muerte de José. En 1994, el Ayuntamiento de Alburquerque dedicó una calle a José Reyes y celebró un acto de homenaje en su memoria.
Véase también Antonio Ramos Ramírez.