El 22 de febrero de 1985 Ángel Manuel Facal Soto, de 42 años y soltero, salvó su vida sin saberlo. Varios terroristas de ETA le esperaban para matarle cerca del bar Náutico donde solía comer. Aquel día Ángel Manuel cambió de planes y pudo salvarse de que le asesinaran.
Sin embargo, el 26 de febrero sí que fue a comer con sus amigos. Varios terroristas se acercaron a él y la etarra Idoia López Riaño le disparó un tiro en la cabeza que le mató en el acto. ETA justificó el asesinato acusando a Ángel Manuel de ser traficante de drogas.
En 1986, los terroristas José Ángel Aguirre Aguirre, Ramón Zapirain Tellechea e Irene Idoia López Riaño fueron condenados, como autores del asesinato, a 27 años de prisión y se les condenó también a indemnizar a los herederos de Ángel Manuel.