Una pareja descubrió un coche con las luces encendidas y el motor en marcha en un paraje alejado de la carretera. Eran las 8.30 horas del 13 de marzo de 1976, los jóvenes, sorprendidos, se acercaron y encontraron dentro el cuerpo sin vida del conductor con el rostro ensangrentado. Se llamaba Manuel Albizu Idiáquez, tenía 53 años y le habían disparado dos balas a través del parabrisas. Manuel estaba casado y tenía cuatro hijos de entre 11 y 25 años. Tres años antes había sido policía municipal y era hermano de un concejal del Ayuntamiento de Deba y del levantador de piedras Soarte, ex campeón nacional de esta especialidad. Todos nacieron en el caserío de Soarte, en el barrio de Lastur de la localidad guipuzcoana de Itziar-Deba. En aquel momento trabajaba en Rentería como tractorista en unas excavaciones y, los fines de semana, era taxista en un coche de su propiedad con una licencia alquilada. Sus hijos, como tantos otros familiares de víctimas, cruzaron la frontera con Francia en busca de una explicación al asesinato de su padre. No obtuvieron respuestas.