Aquel día dos inspectores de Policía de San Sebastián, José María González Ituero, de 25 años, y José Luis Martínez Martínez, de 31, cruzaron la frontera de Irún para ir a Francia, tras dejar sus armas en el puesto de control de la aduana. Los agentes habían comido en una pizzería de la capital guipuzcoana y después decidieron ir a ver una película en el cine Varietés, de Hendaya. En la puerta del cine fueron vistos con vida por última vez.
Al no acudir a recoger sus armas, las autoridades españolas alertaron a la policía francesa que llevó a cabo una operación de gran envergadura para localizar a los dos agentes, pero sin resultados. Hubo unos cuarenta detenidos pero sólo se encontró su documentación en casa de un miembro de ETA político-militar.
José María y José Luis estuvieron desaparecidos durante un año. El 19 de abril de 1977, tres adolescentes que jugaban en la playa Chambres D’Amour, de Anglet, entraron en un búnker alemán de la Segunda Guerra Mundial. Allí, enterrados en la arena, encontraron dos cadáveres. Los cuerpos, que luego serían identificados como los de los policías, estaban maniatados y con los dedos mutilados. Uno de ellos murió por dos disparos a quemarropa en la cabeza, efectuados con una pistola del calibre 7,65. El otro presentaba un impacto de bala. José María González Ituero habría cumplido veintiséis años en mayo de 1976. Era natural de Madrona, Segovia, y el segundo de seis hermanos. Al acabar la mili entró en la Policía, en septiembre de 1975 y estaba destinado en la oficina de hospedería.
Véase también José Luis Martínez Martínez