Antonio, natural de Ciudad Real, se había casado hacía tres meses con María Nieves Bajo. Entró en el Instituto Armado en 1981, como agente de la Benemérita. Estuvo cinco años en los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) en el País Vasco y en Logroño, y llevaba un año destinado en Barcelona.
El 27 de marzo de 1987, una furgoneta-bomba colocada por ETA fue detonada a distancia a las 13:20 horas en el puerto de Barcelona. El objetivo era una caseta del servicio de vigilancia de la Guardia Civil. La terrorista Josefa Mercedes Ernaga había estacionado el vehículo en ese lugar un día antes del atentado.
Como resultado de la explosión, fueron alcanzados cinco miembros de la Guardia Civil que se encontraban en el interior de la garita. El agente Antonio González Herrera murió en el hospital del Mar a consecuencia de un traumatismo craneal y otras 15 personas, entre ellas un niño, resultaron heridas. Además de Antonio fueron heridos cuatro agentes: Juan José álvarez Pardo, José Estrada Rayero, Francisco Javier Laparra Pérez y Luis Lobato Ledesma.
En 1991 fueron condenados los etarras Domingo Troitiño Arranz y Josefa Mercedes Ernaga Esnoz, como autores del atentado, a penas de 30 años de reclusión mayor y a 20 años de reclusión menor por cada uno de los cinco delitos frustrados. En 2001 fue sentenciado Rafael Caride Simón a las mismas penas. Además, tuvieron que indemnizar económicamente a los herederos de Antonio y a los heridos por el atentado.