El guardia civil Pedro, de 26 años, había nacido en la localidad cántabra de Potes. Estaba casado y esperaba un hijo junto a su mujer. La mañana del 14 de julio de 1987, un convoy de cuatro vehículos de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) de la Guardia Civil, circulaba por Oñate hacia Legazpia con 14 agentes, cuando ETA detonó una bomba a distancia. Murieron en el acto Pedro y Antonio López Martínez-Colmenero. El resto de agentes de la Benemérita sufrieron lesiones de diversa gravedad.
Los etarras Xabier Ugarte Villar, José Luis Erostegui Bidaguren —quien activó la bomba—, Jesús María Uribetxeberria Bolinaga, José Miguel Gaztelu Ochandorena y Xabier Usandizaga Galarraga fueron condenados a un total de 145 años de cárcel cada uno. Además, debían pagar la indemnización económica a los familiares de las víctimas.
Véase también Antonio López Martínez-Colmenero.