El guardia civil Manuel Ávila García era natural de la localidad de Alcalá la Real (Jaén) y tenía 22 años. Estaba soltero y había sido destinado al País Vasco unos meses antes de ser asesinado en Gernika.
El 9 de septiembre de 1987, hacia las 22:00 horas, un vehículo camuflado de la Guardia Civil salió del cuartel en dirección a la fábrica de armas Astra, Unceta y Cía. para hacer vigilancia. Apenas habían recorrido 300 metros cuando se percataron de que había un coche sospechoso. Al acercarse explotó una bomba que había en su interior y que fue accionada por el miembro del comando Eibar, Juan Carlos Balerdi. Manuel falleció en el acto, mientras que el cabo Federico Carro Jiménez murió poco después.
Fueron condenados Jesús María Ciganda Sarratea, Juan Carlos Balerdi Iturralde, Fermín Urdiain Ciriza, Iñaki Zugadi García y Miren Yosune Onaindia Susaeta. Además, debían pagar una indemnización a los herederos de los fallecidos.
Véase también Federico Carro Jiménez.