Francisco Espina Vargas, policía nacional nacido en la sevillana Coria del Río, de 29 años, estaba casado y con dos hijos. Fue asesinado junto a su compañero del servicio de motoristas Antonio Gómez Osuna el 15 de abril de 1988. Aquel mediodía ETA llamó a la comisaría de Vitoria para avisar de la presencia de jóvenes toxicómanos pinchándose en un barrio. Cuando Espina y Gómez se personaron en el lugar, tres etarras salieron de un bar y les dispararon a bocajarro matándoles en el acto. Los terroristas huyeron en un vehículo robado donde les esperaba un cuarto etarra y se ocultaron en el domicilio vitoriano de Miren Gotzone López de Luzuriaga e Ignacio Fernández de Larrinoa Pérez de Luco.
Juan Carlos Arruti Azpitarte fue condenado como autor material del atentado. Supuestamente, Juan María Oyarbide y Manuel Urionabarrenetxea, muertos en un enfrentamiento con la Guardia Civil en Irún en 1989, fueron también responsables del doble crimen. Miren e Ignacio fueron sentenciados por encubridores. Asimismo, Ramón Aldasoro Magunacelaya fue detenido en Miami en 1997 y más tarde extraditado a España desde Estados Unidos para ser juzgado en 2001.
Véase también Antonio Gómez Osuna.