Francisco Arratibel, de 44 años, era propietario de la empresa Master Catering y estaba casado. ETA le había amenazado en diversas ocasiones desde que en 1988 actuase como mediador en el rescate del empresario Emiliano Revilla. Unos meses antes de su asesinato, ETA colocó una bomba en su empresa que fue desactivada. En 1978 había recibido un tiro en una pierna al forcejear con uno de los etarras que intentó secuestrar a su padre por negarse a pagar el chantaje económico exigido por los terroristas.
El 11 de febrero de 1997, Francisco recibió un disparo mortal en la nuca mientras participaba en el carnaval de Tolosa. Uno de sus dos hijos presenció el asesinato.