Daniel Villar Enciso, de 39 años, era natural de Madrid, estaba casado y tenía dos hijos de 11 y 10 años. Estaba destinado en el Servicio de Seguridad del cuartel del Cuerpo Nacional de la Policía de Basauri, donde llevaba viviendo varios años.
El 5 de septiembre de 1997 una bomba-lapa colocada por ETA en los bajos de su vehículo explotó cuando puso en marcha su coche. Varios vecinos intentaron sacarle del vehículo pero las llamas se lo impidieron. Cuando lograron rescatarle, fue trasladado al hospital de Cruces donde falleció. Tras el atentado, se realizaron multitudinarias manifestaciones contra el terrorismo.
El etarra Pedro del Hoyo Hernández fue condenado a 25 años de prisión y a indemnizar a los herederos de Daniel.