Julián Embid Luna, policía nacional de 53 años, maño de Sabiñán, estaba casado y tenía dos hijos. Fue asesinado el 30 de mayo de 2003 junto a su compañero, Bonifacio Martín Hernández, con una bomba-lapa colocada en los bajos de su coche en Sangüesa. En la localidad tenían instalada una oficina móvil para tramitar la expedición del Documento Nacional de Identidad. El policía nacional Ramón Rodríguez fue herido y se salvó porque todavía no se había subido al vehículo cuando explotó.
Un día después del crimen, miles de personas recorrieron las calles de Pamplona en protesta por el crimen.
En el primer aniversario de su asesinato se instaló una placa de cerámica «A la memoria de Julián Embid Luna, el Juli» en Sabiñán, donde fue nombrado hijo predilecto y le dedicaron un parque infantil. Los dos agentes fueron condecorados con la Medalla de Oro al Mérito Policial a título póstumo.
Véase también Bonifacio Martín Hernández.