Estados Unidos y Rusia pactan una "ambiciosa tregua" en la guerra de Siria
- Rusia forma parte del "ambicioso" objetivo de lograr el cese de la violencia
- También se intensificará la ayuda humanitaria sobre el terreno
- Moscú y Washington coordinarán las acciones militares, concentradas hacia el EI
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, ha anunciado que la comunidad internacional, incluida Rusia, ha acordado el "ambicioso" objetivo de lograr el cese de la violencia en Siria en una semana. También han pactado la intensificación de la ayuda humanitaria en este país.
El compromiso se ha logrado tras más de seis horas de negociaciones del Grupo Internacional de Apoyo a Siria - en el que se encuentran EE.UU. y Rusia, pero también Turquía, Irán, Arabia Saudí, Catar, Egipto, Francia, Alemania y Reino Unido- que se ha reunido en Múnich (sur de Alemania).
Kerry ha realizado estas declaraciones en una rueda de prensa con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
Rusia, actor imprescindible
El secretario de Estado de EE.UU. ha recalcado que sólo se podrá lograr una tregua duradera en Siria y la mejora de la ayuda humanitaria a la población civil si todas las partes implicadas en las negociaciones trabajan con Rusia.
Kerry ha aclarado que exigir el cese de la violencia es más efectivo que la búsqueda de una tregua, ya que esta última tiene unas implicaciones legales -condiciones previas- que la primera no tiene. Este cese de las hostilidades, no obstante, tiene dos excepciones: por un lado permite las acciones defensivas y, por otro, no afecta a las acciones militares contra los grupos terroristas.
Además, ha subrayado que mientras en ocasiones anteriores el grupo había "animado" a alcanzar una tregua, en esta ocasión se "ha decidido específicamente un proceso y un calendario, y se ha acordado hacer todo lo que esté en manos de los países implicados para alcanzar este objetivo".
La ayuda humanitaria, prioridad inmediata
Kerry ha avanzado asimismo el compromiso de todos los países que conforman el grupo para "acelerar y ampliar" de manera inmediata la entrega de ayuda humanitaria a la población civil en Siria.
El secretario de Estado ha recalcado que este acuerdo se implementará esta misma semana y empezará a aplicarse en las zonas más afectadas, las rurales, las remotas y las sitiadas, entre ellas la ciudad de Madaya, pero que acabará poniéndose en práctica en todas las regiones del país.
Lavrov, por su parte, ha destacado como uno de los avances más significativos del acuerdo alcanzado en Múnich la intención de Rusia y la coalición liderada por EE.UU. de cooperar en el ámbito militar. "Es un cambio cualitativo que llevamos pidiendo desde hace tiempo y ahora aplaudimos", ha asegurado el ministro de Exteriores ruso.
Las diferencias entre EE.UU. y Rusia siguen siendo palpables
Pese a los acuerdos, que aún tienen que plasmarse sobre el terreno, las diferencias entre Rusia y Estados Unidos persisten, como ha quedado patente en la rueda de prensa conjunta.
El ministro ruso ha dejado bien claro que el cese de la violencia acordado "no incluye a las entidades terroristas", lo que puede generar un problema sobre qué entra dentro de esta definición según cada parte.
"Entiendo que nosotros y la coalición liderada por EE.UU. seguirán luchando contra estos grupos. Los terroristas están fuera de este compromiso", ha afirmado. Además, Washington y Moscú difieren en su valoración de las acciones que está llevando a cabo el ejército del presidente Bachar al Asad.
Mientras Kerry ha tachado de "acción agresiva" los avances militares en torno a Alepo, Lavrov ha legitimado el uso de la violencia para recuperar el terreno arrebatado "ilegalmente" al gobierno por los grupos rebeldes.
La otra gran diferencia entre Rusia y Estados Unidos es el futuro de Asad, aunque ambas partes han coincidido en señalar que debe ser el pueblo sirio, en unas negociaciones, las que decidan cómo se articulará el país tras la guerra.
Punto de inflexión
"Este puede ser el punto de inflexión que hemos estado esperando", ha dicho este viernes Jan Egeland, jefe de la misión humanitaria de la ONU en Siria. Todos los actores esperan una reorientación hacia la paz del timeline de esta guerra, principalmente la población afectada, que día a día nutre un inacabable flujo de refugiados que amenaza con colapsar las fronteras europeas.
"El grupo de apoyo a Siria, incluyendo a Rusia y Estados Unidos, tendrán que hgacer lo posible para impulsar la ayada humanitaria a los civiles que lo necesitan en Siria", ha dicho Egeland.
El secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, ha comunicado también este viernes que tanto Arabia Saudí como Emiratos Árabes podrían aportar unidades de fuerzas especiales para combatir al Estado Islámico, que es el foco hacia el que concentrar la proyección militar según este acuerdo, para alejarla del conflicto civil entre facciones.
"Queremos dar oportunidades y refuerzos, particularmente a los árabes suníes en Siria, a aquellos que quieren recuperar sus territorios arrebatados por el EI, especialmente Raqqa", ha dicho Carter en Bruselas.
La difícil cicatriz política de una guerra civil
Por su parte, el enviado especial de la ONU para Siria Staffan de Mistura ha reconocido el impacto positivo de este acuerdo pero aún considera "enrarecidas" las condiciones para retomar las conversaciones de Ginebra entre las partes, interrumpidas a principios de febrero.
El vicepresidente de la opositora Comisión Suprema de Negociaciones (CSN), George Sabra, ha señalado este viernes que la oposición siria rechaza hablar de un alto el fuego hasta que no haya primero un diálogo y una transición política en Siria.
"El alto el fuego debe estar vinculado al proceso de negociaciones y a una transición política, no puede venir antes", dijo Sabra a Efe por teléfono. De esta forma, el vicepresidente de la principal alianza opositora siria, que agrupa a formaciones políticas y militares y que participó en las recientes conversaciones de Ginebra, reaccionó al acuerdo alcanzado por EEUU y Rusia,