Obama en La Habana: "El futuro de Cuba lo decidirán los cubanos, nadie más"
- El presidente de EE.UU. se reúne en la capital cubana con Raúl Castro
- Ha defendido la libertad de expresión y avances hacia la democracia
- Castro le ha reclamado el fin del embargo y la devolución de Guantánamo
- También ha negado que haya presos políticos: "Deme una lista y los soltaré"
- Ambos han coincidido en que es necesario acabar con el embargo sobre Cuba
Barack Obama y Raúl Castro han defendido una idea sobre el destino de Cuba: "Cambiar lo que haya de ser cambiado es asunto soberano y exclusivo de los cubanos", ha afirmado tajante Castro. Y en el turno del estadounidense, la frase de Obama ha sido: "El futuro de Cuba lo decidirán los cubanos, nadie más". Previamente, inició su declaración con un "buenas tardes" en castellano.
Así se han expresado ambos mandatarios este lunes en una rueda de prensa tras su primera reunión en La Habana. Sobre esta coincidencia han bailado los temas que apuntalan la fractura entre ambos países desde hace más de medio siglo: los derechos humanos, la democracia y el déficit de libertad de expresión en Cuba, las desigualdades achacadas al capitalismo en Estados Unidos. Y presidiendo ambos discursos, el embargo sobre la isla.
"Su eliminación es esencial para las relaciones bilaterales", ha aseverado Castro. "El bloqueo tiene que terminarse [...] quiero que esto se haga antes de que termine mi mandato", ha insistido Obama, y ha añadido: "Si no ha funcionado en 50 años, habrá que hacer algo nuevo". Ambos reconocen avances inéditos, y también el camino por andar: "Las medidas son positivas, pero no suficientes", ha dicho Castro, para "construir una relación que nunca ha existido con los Estados Unidos", ha añadido.
“Deme usted una lista con nombres de presos políticos y antes de que llegue la noche van a estar sueltos“
El presidente cubano ha sido claro respecto a la reclamación de Guantánamo: "Es necesaria la devolución del territorio ocupado por la base militar de Guantánamo". Preguntado sobre la situación de los presos políticos, Castro ha zanjado la cuestión: "Deme usted una lista con nombres de presos políticos y antes de que llegue la noche van a estar sueltos".
La economía, llave de voluntades
En el ánimo de ambos mandatarios está "concentrarnos en lo que nos acerca y no en lo que nos separa", en palabras de Castro. Y ese territorio de intereses comunes es la economía. Además del séquito político, acompaña a Obama una "delegación de emprendedores". El presidente demócrata ha mencionado la necesidad de eliminar "la multa del 10%" para agilizar el tránsito comercial, señalando que "no nos separan tantos kilómetros" para que no funcionen estas relaciones.
Pero las distancias están ahí: "Tenemos dos economías diferentes y décadas de distancia entre nosotros", ha dicho Obama. En este sentido, el presidente ha insistido mucho en el intercambio tecnológico y en la apertura al ciberespacio de la isla como vía esencial: "Es imposible tener éxito comercial si los ciudadanos no tienen acceso a internet", ha afirmado. Un punto que ha extendido además como un vínculo a otro tema de peso, "la libertad de expresión", reiterado por Obama en esta rueda de prensa.
“La conversación sobre democracia y derechos humanos es un obstáculo, pero no tiene por qué ser un obstáculo definitivo“
Economía versus posición moral respecto a los derechos humanos, la disposición es a entenderse: "La conversación sobre democracia y derechos humanos es un obstáculo, pero no tiene por qué ser un obstáculo definitivo", ha expresado el jefe de la Casa Blanca. En términos análogos, Castro culpaba al bloqueo: "Es el obstáculo más importante para nuestro desarrollo económico".
La sintonía respecto a los intereses económicos no parece tener problemas. Pero encajar los asuntos éticos era ineludible. Paralelamente al tema de los presos políticos, Castro ha sido también tajante respecto al de los derechos humanos: "Ningún país respeta completamente todos los derechos humanos". Obama también ha rebajado suspicacias trayendo a colación las relaciones que Estados Unidos mantiene con el gran buque insignia de la supervivencia del socialismo, China. "Con el gobierno chino también tenemos diferencias", ha admitido Obama, pero no es impedimento para "preservar" la relación.
Apretón de manos claro y finta de Obama
Finalizada la rueda de prensa, Raúl Castro ha tomado el brazo del presidente estadounidense para leventarlo, en un intento de plasmar un gesto simbólico, gesto que Obama ha frustrado retirándose dando lugar por consiguiente a una extraña imagen.
No obstante, previamente, el lunes ha empezado con los gestos correctos y sin guiños improvisados a los fotógrafos. Durante el primer encuentro de los mandatarios en el Palacio de la Revolución de La Habana, dentro de la sede del Gobierno cubano, Raúl Castro ha saludado a Obama con un apretón de manos y han posado sonrientes ante las cámaras. Seguidamente ambos mandatarios han iniciado una reunión bilateral.
Se trata del tercer encuentro entre ambos presidentes desde que se anunció el deshielo entre los dos países, después de sus encuentros en la Cumbre de las Américas de Panamá, en abril de 2015; y en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, en septiembre. Pero esta reunión es la primera que se produce en suelo cubano y en la sede gubernamental de uno de los dos países protagonistas de un histórico deshielo tras más de medio siglo de enfrentamiento.
En el Palacio de la Revolución, Raúl Castro y Barack Obama se han reunido solos durante una hora y media. Un encuentro ampliado posteriormente a las delegaciones gubernamentales de Cuba y Estados Unidos. Formando parte de esa delegación estadounidense, un despliegue de pesos pesados: el secretario de Estado, John Kerry; la de Comercio, Penny Pritzker, y el de Agricultura, Tom Vilsack; y el encargado de negocios de EEUU en la isla, Jeffrey DeLaurentis.
Por la parte cubana, asistieron al recibimiento de Obama el primer vicepresidente de la isla, Miguel Díaz-Canel; el canciller Bruno Rodríguez; el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca; y la directora para América del Norte del Ministerio de Exteriores, Josefina Vidal, quien ha liderado en el último año las negociaciones para normalizar las relaciones.