Prisión para otro de los presuntos autores de la agresión a dos guardias civiles en Alsasua
- Se trata de Adur Ramírez, que se presentó de forma voluntaria para declarar
- Con este, son siete los presuntos agresores para los que se decreta prisión
- Este miércoles han declarado ante la juez los guardias civiles y sus parejas
La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha dictado el ingreso en prisión incondicional y sin fianza para Adur Ramírez por su presunta participación en la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua el pasado 15 de octubre, según han informado fuentes de las defensas. Con este, se eleva a siete el número de imputados encarcelados por estos hechos.
Ramírez se presentó voluntariamente en la Audiencia Nacional el pasado lunes y este miércoles la juez le había citado para tomarle declaración como investigado junto a Aritz Urdangarin, a quien la magistrada ha dejado en libertad con la obligación de comparecer dos veces a la semana en el juzgado, tal y como le había pedido el fiscal.
Lamela ya envió a prisión el lunes a otras seis personas a las que imputa por delitos de terrorismo, atentado, lesiones y delito de odio. Dos mujeres quedaron en libertad con medidas.
Han declarado los agredidos y sus parejas
La magistrada ha interrogado a los dos agentes -un teniente y un sargento- y sus parejas en calidad de testigos. Los agredidos también han participado en varias ruedas de reconocimiento para tratar de identificar a las personas que les golpearon durante la paliza que tuvo lugar en un bar de la localidad.
Enmarca la paliza en las rutinas de "hostigamiento" a los agentes del Instituto Armado que impone el colectivo Ospa Mugimendua, al que pertenecen algunos de los detenidos, y que opera en el municipio navarro.
Según el relato realizado por la titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, el teniente y el sargento de la Guardia Civil se encontraban, de paisano y fuera de servicio, realizando unas consumiciones en el bar Koxka de Alsasua cuando, alrededor de las 3:15 horas de la madrugada, uno de los agresores, Jokin Unamuno, entró en el bar acompañado de una menor y se dirigió al segundo para decirle que no tenía derecho a estar allí.
En este momento intervino el teniente, diciéndole que les dejara en paz, pese a lo cual Unamuno insistió en su actitud. Entre tanto se fueron acercando entre veinte y veinticinco personas que les rodearon y comenzaron a amenazarles e insultarles con expresiones como "esto os pasa por venir aquí", "tenéis lo que os merecéis", "iros de aquí", "hijos de puta", "cabrones fuera de aquí", "perros", "putos pikoletos", "txakurras", "alde hemendik (fuera de aquí)" "utzi pakean" (dejadnos en paz), para a continuación "comenzar a golpearles".
Los agentes y sus parejas intentaron entonces abandonar el bar y ya en la calle se encontraron con otro grupo de entre quince y veinte personas que junto con los anteriores continuaron insultándoles y golpeándoles hasta que llegaron los agentes de la Policía Foral.