Los secretos de 'Timecode' al descubierto
- Juanjo Giménez cuenta a RTVE.es cómo se rodó el corto nominado al Oscar
- Es la quinta vez que España tiene representación en esta categoría
- Llevó dos días de rodaje y casi ocho meses de postproducción
Dice Juanjo Giménez que cuando rodó Timecode, y debido al nulo presupuesto de catering que tenían, fue su madre quien hizo los bocatas. El suyo sin tomate, porque lo odia, y que esa acción, según el mismo confiesa en su blog, le ha llevado a estar nominado al Oscar a mejor cortometraje. Bromas aparte lo cierto es que Juanjo Giménez (1963) es un experimentando cortometrajista y profesor de cine. Alejando de la figura prototípica del joven cineasta ávido de reconocimiento, lo suyo es un saber estar y entender cómo funciona la industria del cortometraje. Quizá Timecode tiene esa magia del que trabaja y no espera reconocimiento. Por eso, puede ser la sorpresa de esta edición y volver con el Oscar. Y todo por un tomate.
Por ese motivo hemos querido conocer un poco mejor el planteamiento que le llevó a dirigir Timecode. En esta entrevista, Juanjo Giménez nos dice que tenía claro que quería contar una historia basada en dos personas que se van dejando mensajes y construyó así el guion, fruto de su propia experiencia, cuando no se dedicaba aún al cine y escribía casi a escondidas sus primeros guiones.
De esta forma surge un drama de 15 minutos que cuenta la particular historia de amor de Luna (Lali Ayguadé), una vigilante de seguridad que trabaja en un parking y su compañero de trabajo, Diego (Nicolás Ricchini). Aunque Lali y Nicolás nunca habían participado como actores, cuenta a RTVE.es, su experiencia en el campo de la danza y su gran expresividad corporal hizo muy fácil el trabajo. Quizá la parte más compleja del trabajo de dirección ha sido la relación con Iván Céster, el músico que compone la partitura y, como él mismo cuenta, su relación de tira y afloja para conseguir el resultado final.
Con más de 50 galardones internacionales, entre los que se incluyen la Palma de Oro del Festival de Cannes y el reciente Goya al mejor cortometraje, el cineasta asegura que hoy en día la industria del cortometraje pasa por un momento de gran creación, donde los festivales han cambiado su papel y son más importantes que nunca, puesto que son los encargados de filtrar la ingente producción anual. Además, cree a día de hoy el papel del cortometraje ha dejado de ser el de puerta al largo.