Emmanuel Macron gana las elecciones de Francia y frena a la ultraderecha
- El candidato centrista vence a Marine Le Pen con el 66% de los votos
- Macron promete volver a unir Francia y defender a Europa del extremismo
- Le Pen reconoce su derrota y anuncia una refundación del partido
- Bruselas, aliviada tras unos comicios vistos como un plebiscito sobre la UE
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Emmanuel Macron ha ganado las elecciones presidenciales francesas. Una victoria rotunda que demuestra que los franceses se han unido en torno los valores de la República y han dicho sí a Europa, conteniendo, de momento, el fantasma de una extrema derecha que acecha cada vez más al viejo continente.
El candidato centrista ha obtenido un 66,1 % de los votos, frente al 33,9 % de Le Pen, con un programa proeuropeo y liberal que reniega del bipartidismo tradicional. Macron ha abierto una nueva era en la política francesa y a sus 39 años será el presidente más joven del país desde el emperador Napoleón. "Una nueva página en nuestra larga historia se ha abierto esta noche -ha dicho en su discurso de la victoria -y quiero que sea la del redescubrimiento de la esperanza y la confianza".
Fuente: Ministerio del Interior francés (100% escrutado).
A lomos de una imagen fresca y alternativa, el joven exbanquero y exministro de François Hollande ha conseguido en apenas un año que su formación, En Marcha -a medio camino entre partido político y movimiento ciudadano- sea la fuerza más votada de un país, decepcionado con los políticos que les han gobernado en las últimas décadas.
Macron: "Defenderé a Francia y a Europa"
Macron ha prometido ser el presidente de la unidad a pesar de "las fracturas sociales" y el "debilitamiento moral del país", algo que ha prometido atajar como máxima prioridad. "Conozco las divisiones de nuestra nación que han llevado a algunos a realizar votos extremos. Conozco, el enfado, la ansiedad, las dudas (...). Mi responsabilidad es escucharles, protegiendo a los más débiles, luchando contra todas las formas de desigualdad, y garantizando la seguridad de la nación", ha afirmado. "Defenderé a Francia y a Europa. Está en juego nuestra civilización, nuestra manera de ser libres", ha subrayado.
“Europa y el mundo nos miran y esperan que defendamos el espíritu de la luz“
Y su compromiso con Europa lo ha escenificado minutos después, con una entrada triunfal y llena de simbolismo en la explanada del Museo del Louvre bajo los acordes de la Oda de la Alegría, himno oficial de la Unión Europea, basado en la Novena Sinfonía de Beethoven. Ante las decenas de miles de seguidores que le esperaban, el presidente electo ha pronunciado un emotivo discurso: "Lo que hemos hecho desde hace tantos meses no tiene precedente ni equivalente. Todo el mundo decía que era imposible. ¡Porque no conocían Francia! (...) Europa y el mundo nos miran y esperan que defendamos el espíritu de la luz y la Ilustración, que seamos una nueva esperanza".
Para Bruselas, estas elecciones eran casi como otro referéndum sobre la Unión Europea. Tanto es así que dejó de un lado su tradicional imparcialidad para apoyar a Macron. Hoy ha asumido como propia la victoria del socioliberal con entusiasmadas felicitaciones, pero también ha hecho autocrítica. "O Europa se reforma o los populistas acabarán ganando. No se puede seguir huyendo hacia delante", ha advertido en RNE el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
Macron ha reconocido que una parte de los que le dieron su apoyo este domingo lo hicieron pese a no estar de acuerdo con sus ideas, "sólo por la República, contra el extremismo". Su mensaje para ellos fue: "Protegeré la República". Igualmente se ha referido a los que sufragaron por su rival Le Pen y les ha dicho que hará todo lo posible para que dentro de cinco años "no tengan ninguna razón para votar al extremismo".
Le Pen anuncia una "renovación profunda" del partido
La extrema derecha, aunque no haya llegado al Elíseo, ha conseguido el mejor resultado de su historia. En 2002 Jean-Marie Le Pen obtuvo el 17,8% de los votos frente a Jacques Chirac; esta noche su hija Marine ha cosechado el 36% de apoyos. A los franceses ya no les asusta la ultraderecha, que mira ahora con ambición a su próximo objetivo: las elecciones legislativas.
Por eso el discurso de Marine Le Pen esta noche no ha sido de derrota. La líder eurófoba ha calificado el resultado de su formación como "histórico" y ha anunciado una refundación de su movimiento político para desempeñar el papel de primera fuerza de la oposición: la última maniobra de una estrategia exitosa para blanquear la imagen de la extrema derecha francesa que quiere borrar toda huella del Frente Nacional y sacudirse de una vez por todas el estigma de su fundador.
Ante sus simpatizantes reunidos en París, Le Pen ha lamentado que los franceses hayan optado por la "continuidad", pero ha agradecido el apoyo de "los 11 millones de electores patriotas" que la han votado. A ellos les ha pedido que lo vuelvan a hacer dentro de un mes, cuando los franceses se volverán a dar cita en las urnas para decidir la composición de la Asamblea Nacional.
"Estaré al frente de este combate para defender a Francia, su independencia, su libertad, su identidad y su modelo social (...) Propondré la transformación de nuestro movimiento para constituir una nueva fuerza política, necesaria para estar a la altura del combate político decisivo que empieza a partir de esta noche entre patriotas y mundialistas", ha afirmado la candidata ultraderechista ante sus seguidores.
La batalla de las legislativas
Aunque tradicionalmente las legislativas suelen dar al presidente una mayoría que le permite aplicar sus políticas, en esta ocasión la descomposición de los partidos tradicionales, tangible en la primera vuelta de las presidenciales, y la ausencia de un partido asentado detrás de la victoria de Macron hace el resultado más incierto. Lo más probable, según los sondeos, es que el nuevo presidente no tenga una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y tenga que cohabitar con otra formación.
Muchos políticos han iniciado esta misma noche la campaña y desde derecha e izquierda prometen ponérselo díficil a Macron. Y es que el lustre de su victoria no es completo. Pese a lo inédito de esta segunda vuelta y el riesgo de que la ultraderecha consumara su avance, la participación ha sido de un 75%, la más baja desde 1969: un 25% de franceses se han quedado en casa, mientras que otro 11,4% -azuzado por la izquierda alternativa- ha emitido un voto blanco o nulo. Rompiendo todos los récords, más de 16 millones de franceses con derecho a voto han dado la espalda a los dos candidatos.
A falta de dos semanas para que empiece oficialmente la campaña de las legislativas, Macron tiene una apretada agenda. En diez días asumirá el cargo y ya ha desgranado cuáles serán algunas de sus primeras medidas como presidente (consultar programa completo): una auditoria de las finanzas públicas, un proyecto de moralización de la vida pública para evitar el nepotismo, simplificar la legislación laboral, prolongar el estado de emergencia, crear una célula especial para combatir al autodenominado Estado Islámico y la reforma de la educación. Pero el primero de sus actos será conmemorar este lunes junto a Hollande el 72º aniversario de la liberación de Francia y Europa del nazismo. Así de caprichosa es la Historia.