La carta de despedida de Aura Garrido
- Repasa con Aura Garrido algunos de los momentos más importantes de Amelia
- Las diez cosas que España no tendría si Alfonso XII hubiera muerto en el atentado
- Amelia renuncia como agente del Ministerio y regresa a su época para permanecer al lado de su madre
- Así es la hoja de registro que los mercaderes rellenaban con datos de sus esclavos
Queridos Ministéricos,
He escrito, tirado y reescrito esta carta durante semanas. Quería deciros personalmente hasta pronto, y agradeceros todo lo que me/nos habéis dado, pero no se me dan nada bien las despedidas… Ni siquiera las temporales. Pablo Lara, ese hombre que vale por 27, me convenció para hacerla y puede dar fe de lo que me ha costado entregarla.
Amelia se va del Ministerio, pero, espero, no será por un tiempo demasiado largo. Ésta es una profesión extraña, en la que el azar te mueve, el tiempo pasa a trompicones y tienes que aprender a encajarte entre momentos de inactividad y de actividad intensa. Organizarte a medio o largo plazo es imposible, y cuando lo haces tienes que aceptar lo que ello conlleve. El año pasado tomé una decisión en un momento de incertidumbre, contando con los tiempos más probables en caso de renovación, pero a Mr. Murphy le gusta mucho esto de venir a visitarnos a los del cine y sucedió lo inevitable: renovamos en las fechas que yo había organizado. Llamé a Javier Olivares temblando y a punto de llorar, pero he tenido la suerte de encontrarme con un jefe comprensivo, que conoce la profesión y que conoce la vida, que me tranquilizó en seguida y me apoyó en todo momento, y que ajustó desde el principio la temporada para que pudiera hacerlo, más o menos, todo. Hasta el punto de encajar mi marcha con la mid-season (un detallazo grande, grande).
Pero a Javier le debo muchísimo más que lo que ha hecho por mí esta temporada, claro. Le debo un personaje maravilloso que va a estar siempre conmigo y participar en una serie que nos ha roto a muchos los esquemas de lo que se puede y lo que no se puede hacer en la televisión española. Todos los que hemos trabajado en el Ministerio del Tiempo lo hemos hecho entusiasmados con el proyecto y con nuestro corazón y nuestro esfuerzo volcados en sacarlo adelante. Ha sido un honor trabajar al lado de este equipo técnico y artístico, aprender de mis compañeros Nacho, Rodolfo, Hugo, Macarena, Caye, Juan, Francesca, Natalia, Susana, Julián, mis bellos “padres” Fanny y Xavier, los increíbles episódicos que hemos tenido, estar bajo las órdenes de Marc, Jorge, Abi, Javier, Paco, Koldo, Óskar, Ignasi… y estar bajo las órdenes del que siempre será mi jefe favorito, absolutamente imbatible en su puesto, el señor Jaime Blanch.
Soy una grandísima afortunada y esta profesión me ha regalado muchas cosas, pero sólo podía soñar con un personaje como Amelia y una serie como El Ministerio del Tiempo. Me faltan palabras para explicar por qué, pero creo que probablemente me entendéis sin necesidad de que lo explique. Con lo que desde luego no alcanzaba ni a soñar era con vosotros, ministéricos. Vuestro cariño, lealtad y entrega han superado con creces todo lo que podría haber imaginado. A vosotros os debemos TODO. Pero lo que más ilusión me hace es formar parte de algo que ha despertado vuestra imaginación, vuestra creatividad y vuestra inquietud. Que a partir de nuestra serie hayáis creado pósters, muñecos, dibujos, relatos, juegos. Que la hayáis utilizado para enseñar Historia, Literatura o el idioma español en colegios e institutos. Que haya despertado vuestro interés en la Historia, en leer más sobre los personajes o hechos que aparecen en los capítulos, que hayáis convertido a Lope, Cervantes o Bécquer en TT… Nos habéis ayudado a demostrar que estamos hambrientos de conocer y aprender y de que nos hagan partícipes del proceso. No sois meros espectadores, formáis parte de esta serie.
Soy feliz por haber tenido la oportunidad de participar en esta gran familia, que como toda familia ha pasado por momentos felices y tristes, mejores y peores y se ha enfrentado a los reveses, las pérdidas y las dificultades. Sólo espero que siga activa y unida por mucho más tiempo, porque ya estoy deseando volver al hogar. Habéis cambiado mi vida y siempre, siempre, vais a estar en mi corazón.
Gracias, Pablo Olivares, por dejarnos este bello canto del cisne. Allá donde estés estás en cada frame de esta serie.
GRACIAS.
Hasta (muy) pronto, Aura.