Casi 13 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social en España
- Más de un millón tienen carencias materiales, bajos ingresos y poco empleo
- 2,9 millones sufren pobreza severa y viven con menos de 342 euros al mes
Casi 13 millones de personas, el 27,9% de la población española, se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social en 2016, un 0,7% menos en 2015, pero la pobreza ha aumentado, ya que hay muchos grupos que están peor, según el último informe (en pdf) de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza.
El VII Informe Anual sobre el Riesgo de Pobreza y Exclusión Social 2017 hace una radiografía, con datos oficiales de 2016, del impacto de la pobreza con el indicador Arope (At risk of poverty and exclusion) -el índice de referencia en la UE- que tiene en cuenta los ingresos familiares, las carencias materiales y la baja intensidad del empleo.
La pobreza ha aumentado para toda la población española en su conjunto, para las mujeres, para las personas mayores de 65 años, para los hogares monoparentales, para los residentes europeos, para los parados, para aquellos con educación primaria y también para los universitarios.
En España, un total de 12.989.405 personas están en riesgo de pobreza, es decir, cumplen con al menos uno de los tres requisitos: tener ingresos inferiores a 684 euros (una persona) y 1.700 (una familia de 5 miembros), sufrir carencia material severa (retraso pago vivienda, no tener vacaciones, TV o teléfono) y baja intensidad en el empleo (un trabajo de menos de 2 horas).
Más de un millón de personas se encuentran en la peor situación
Existe un 2,1% de la población que sufre los tres factores (2,2% en 2015): baja intensidad de empleo, pobreza y carencia o privación material (PMS). Se trata de 1.025.736 personas que se encuentran en la peor situación económica y social posible.
Aproximadamente el 6,4% de la población, que vienen a ser más de 2,9 millones de personas, viven en pobreza severa (viven en hogares cuyo total de ingresos por unidad de consumo es inferior a 4.104 euros al año (342 euros al mes).
Las personas adultas jóvenes (16-29 años) tienen la tasa más alta según el indicador Arope, con un 37,60%, (36,4% en 2015), seguida de la infancia, con un 31,7% (33,4%); la más baja, los mayores de 65 años, con un 14,4% (13,7% en 2015).
Las personas que viven en hogares con menores tienen tasas de hasta 30 puntos porcentuales más elevadas que las de aquellas que viven en hogares compuestos sólo por adultos. En dos de cada tres de estos hogares el progenitor convive con un solo hijo, y en el caso de las madres, el 38,5% son viudas, un 36,4% separadas o divorciadas, un 13% solteras y otro 12% casadas.
La pobreza golpea a los hogares monoparentales
El 53,3% de los hogares monoparentales con uno o más hijos a cargo están en situación de Arope, cifra que desciende al 28,5% en los hogares con dos adultos y niños a cargo.
La tasa de carencia material severa es de 6,2% para las mujeres, y de 5,3% para los hombres (la media es de 5,8%). Si se observan los componentes de este indicador por sexo, se aprecia que la situación de las mujeres indica niveles de mayor carencia.
La tasa de pobreza de la población extranjera extracomunitaria descendió del 63,9% al 60,10% entre 2015 y 2016. El segundo grupo con la tasa más alta son los residentes de la Unión Europea, cuya tasa ascendió del 40,2% al 47,30%. La población española, que tenía una tasa del 25,5% en 2015, baja al 24,70% en 2016. Es importante señalar que la población extranjera en España no supera el 12% del total por lo que, aunque la incidencia del Arope es alta en estos grupos, este hecho tiene un peso reducido en el promedio general.
El PIB mejora pero la pobreza no
A pesar de la recuperación macroeconómica, la pobreza afecta a un 22,3% de la población, porcentaje que es el más alto de la serie histórica y equivale a 10.382.000 personas. Es decir, este indicador no está siendo “sensible” a la mejora de la economía.
En otras palabras, PIB y pobreza no van de la mano. Cuando estalla una crisis, los daños comienzan siempre por la población pobre y, cuando se controla, ésta es la última en beneficiarse. Desde el año 2008, el número de personas en riesgo de pobreza se ha incrementado en más de 1.242.000, según el informe.
El documento destaca que incluso las personas que tienen trabajo pueden situarse en riesgo de exclusión social, en concreto la tasa de trabajadores pobres se eleva al 14,1%.
Un 48,5% (44,8% en 2015) de las personas en desempleo y el 25,7% (21% en 2015) de las “inactivas” constituyen los grupos más afectados por la pobreza, si se analiza según la actividad. Sin embargo, una cuestión muy importante con respecto a su perfil es que sólo el 31,4% de las personas pobres está en paro. Es decir, no es el desempleo lo que define a la pobreza.
La desigualdad es muy alta
Los ingresos totales percibidos por el 20% de la población con rentas más altas es 6,6 veces mayor que la percibida por el 20% con rentas más bajas. Este valor solo lo superan Rumania y Macedonia en la UE: el resto de Estados miembro tienen niveles menores de desigualdad.
El 10% más rico de la población obtiene aproximadamente la misma renta total que la mitad de la población de España.
Si se considera el Índice de Gini, se está produciendo un leve descenso desde 2014, pero el indicador sigue siendo muy alto: 34,5. Este sitúa a España casi cuatro puntos por encima de la media europea, sólo superada en esta medida de desigualdad por Serbia, Lituania, Rumanía, Bulgaria, Letonia y Estonia.
Las comunidades autónomas de Navarra, País Vasco, La Rioja y Cataluña presentan tasas Arope notablemente inferiores a la media registrada para el conjunto del territorio nacional. Por el lado contrario, Canarias, Ceuta, Andalucía y Castilla-La Mancha obtienen las cifras más elevadas.