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Lola Vendetta cumple 10 años: "Su katana se ha convertido en un símbolo contra la misoginia"

  • Raquel Riba Rossy publica una versión revisada y extendida del primer libro del personaje
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Lola Vendetta, sonriente y ensangrentada, empuña una katana. Portada del cómic de Raquel Riba Rossy.
Detalle de la portada de 'Lola Vendetta: Más vale Lola que mal acompañada' (Planeta Cómic)

Hace ya diez años (2014) que Lola Vendetta, de Raquel Riba Rosssy (Igualada, 1990), blandió por primera vez su famosa katana para denunciar temas como el acoso a la mujer los maltratos físicos y psicológicos… y hablar sobre otros como las relaciones de pareja, la sexualidad femenina, los derechos humanos, el autocuidado, la gestión de la rabia… Convertida ya en un icono del feminismo, es hora de recuperar su primer libro: Más vale Lola que bien acompañada (Planeta Cómic), en una reedición ampliada y revisada.

Y lo primero que preguntamos a Raquel es si cree que Lola sigue siendo necesaria diez años después: “Si hablamos del personaje de ficción que lucha por los derechos de las mujeres y que se cabrea cuando las cosas son injustas: sí, creo que es importante y completamente necesario”.

“Queda como muy ególatra que lo diga yo, e igual no tiene que ser necesariamente Lola Vendetta -añade Raquel-, pero hacen mucha falta personajes femeninos que luchen, que sean valientes, que contesten y que no estén hiper sexualizadas para complacer la mirada masculina. Son imprescindibles”.

Tres viñetas de Lola Vendetta aceptando las propuestas de una cita: bar, amigos, película.  Evolución de la cita, posible ironía sobre la sumisión o la comodidad.

"Lola Vendetta me cambió completamente la vida"

Pero… ¿Qué ha sentido Raquel al recuperar esas primeras viñetas de hace más de diez años?  “Lo primero que pensé es que era muy chiquitina cuando empecé. Tengo la sensación de que no tenía ni idea de hacer libros. Y ahora digo: “Guau”. He cambiado muchísimo, no solo como persona sino también como autora. El trazo de los dibujos ha cambiado un montón y la profundidad del personaje también”.

Por eso Raquel se ha sentido tentada de: “Redibujarlo entero. Pero me frené porque quiero dibujar nuevas historias. Pero en estos diez años he aprendido a narrar muchísimo mejor y no he podido evitar reescribir algunas cosas. He reordenado algunas viñetas para que se lea mejor. Y en otras, que me parecía que estaban un poco inconexas, he añadido frases para cerrar la historia y poder pasar a la página siguiente. Sentía que estaba como desnudo en algunas cosas, como que a veces le faltaban trocitos”.

Además, Raquel ha añadido un prólogo: “Cuento cómo era ser una niña pequeña que tenía clarísimo que se quería dedicar a esto. Y luego, como vas creciendo y en la vida adulta, de repente, creas un personaje que funciona. Y no solo funciona, sino que me acompaña y me genera una dimensión cultural, de relaciones sociales y de conocimiento en mi vida que nunca hubiera imaginado. Lola Vendetta me cambió completamente la vida”.

“Pero -añade la autora-, también narro las partes que no son tan ideales de ese éxito, como cuando aparecen los que yo llamo “los buitres”, esas personas que intentan aprovecharse de ti e ir tirándote del hilo a ver si te vas hacia sus propios intereses. Se aprovechan de que eres joven y no sabes muy bien cómo funciona el mundo”.

“Cuando empecé con Lola Vendetta -continúa-, yo acababa de salir de la universidad, era una chica de una ciudad pequeña, casi un pueblo, y estaba muy verde con las cosas de la vida. Y aparecieron esos bichos que vienen como a succionarte la energía y tú eres muy joven y te pilla de improviso”.

'Katanazo al amor romántico', el regreso de Lola Vendetta

La pequeña Raquel ya apuntaba maneras para convertirse en Lola

En esas primeras páginas nuevas vemos la infancia de Raquel Riba Rossy, que ya apuntaba maneras para convertirse en Lola Vendetta. “Aparezco ahí, con los aparatos en los dientes (ríe). Mi madre dice que se parece hasta la mesa del comedor que he dibujado a la que teníamos. Yo era así de pequeña: estudié en un colegio de chicas y pinchaba muchísimo a las profesoras para decirles que tenía clarísimo que quería dedicarme a dibujar. Y les comentaba que por qué tenía que estudiar matemáticas si lo tenía tan claro. Ellas me contestaban que era imposible que lo supiera. Pero lo sabía. En otras áreas de mi vida dudo en casi todo, pero en esto lo tenía clarísimo”.

“La realidad -nos comenta-, es que siempre utilicé los dibujos, desde muy chiquitina, para digerir lo que me estaba pasando, lo que yo iba viendo y lo que me atravesaba. Cuando me inventé el personaje de Lola Vendetta, que entroncaba con el tema del feminismo, empecé a leer como una loca y descubrí el mundo desde otro prisma. Y eso revolucionó mi vida a lo bestia. Y tener un alter ego donde te puedes analizar desde la broma, donde puedes explorar algunos límites del pensamiento… fue fundamental para mí. Ojalá todo el mundo pudiera tener su propia Lola Vendetta, aunque no sepan dibujar, para reflexionar sobre la vida, porque es muy práctico y muy divertido”.

Al final del cómic, Raquel Riba Rossy recoge las primeras viñetas que dibujó de Lola Vendetta en 2013 y que permanecían inéditas. “Son los primeros dibujos que hice de ella, inspirándome en la protagonista de Kill Bill. Han estado guardadas durante años en carpetas en mis múltiples casas. Porque como casi toda la gente joven he estado compartiendo piso durante varios años”.

“Cuando el editor, David, y yo abrimos las carpetas -añade-, pensamos que había que mostrar estos dibujos, porque se ve una voluntad estética como más escueta, más resumida, más sencilla. Hay algo que a mí me gusta mucho de esos bocetos y es que están hechos unos recortes del papel bueno que se vendían en Bellas Artes y que eran súper baratos. Yo compraba esos papeles por 20 céntimos cada bloque y ahí empecé a dibujar. Eso me emociona y me produce mucha nostalgia porque nunca sospeché el pedazo de historia que se iba a desplegar a partir de este personaje”.

Tres viñetas muestran una relación monótona: él pregunta, ella responde 'Sí, vale'.  Expresiones faciales reflejan desgana.

“Hay gente que dice que Lola Vendetta asusta”

Durante todos estos años, Lola Vendetta se ha ido posicionando cada vez más a favor de diálogo, como nos cuenta Raquel: “A mí me sorprende porque hay muchas personas que me siguen diciendo que Lola Vendetta asusta. Pero yo siempre digo que, si no dialogamos, si no construimos cosas en el plano de lo real, todo se queda en discusiones en redes sociales, que solo hacen que generar tensión y más tensión. Tenemos la creencia, por estar enganchados a las redes, discutiendo con gente que no sabemos ni quién es, de que no se pueden tener conversaciones con gente que piensa diferente. Pero a veces escuchando a esas personas podemos reflexionar e incluso cambiar de opinión”.

Así es como se gestiona la humanidad: dialogando -continúa-. Pienso que gran parte del súper éxito de la ultraderecha es que estamos dejando de razonar, de pensar, de sentarnos y de tomarnos un poco de tiempo para llegar a conclusiones, tanto colectiva como individualmente, sobre las conversaciones que tenemos con los demás. Ahora todo se reduce a titulares así súper heavies”.

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“He podido despegarme un poco del personaje”

Tras estos diez años de vida en las viñetas, preguntamos a Raquel si cree que Lola Vendetta ha cobrado vida propia: “Estoy contenta porque he podido despegarme un poco del personaje, que pienso que lo necesitaba. Y también lo necesitaba el personaje, porque si yo era Lola todo el rato, iba a quedar completamente limitada. Por ejemplo, ahora que me hago mayor, me apetece una vida más tranquila, pero si a Lola le doy esa vida súper tranquila pierde su razón de ser”

“Estoy muy contenta de esta división -continúa-, porque hubo un momento en que me creí un poco el personaje y no te puedes creer un personaje de ficción. Porque era un proyecto que ocupaba muchas horas de mi vida y todo el rato pensaba como si fuera Lola Vendetta, para crear viñetas. Fue cuando hice un parón, entre el cuarto y el quinto libro, que me fue muy bien. Adapté Morder la manzana, de Leticia Dolera y me permitió separarme un poco de Lola. No para abandonarlo, sino para cuidarme más a mí y también para cuidarla a ella”.

Además, Lola destaca que durante estos años de dibujar a Lola Vendetta ha aprendido a celebrar la vida: “Creo que durante muchos años pensé que estaba celebrando la vida cuando estaba trabajando, porque había tenido la grandísima suerte de poder dedicarme de lo mío. Pero lentamente se me fue olvidando el bailar, el tomarme algo con mis amigas… Tenía tanto miedo de que esa nueva vida desapareciera, que olvidé dedicar tiempo a las cosas que no van a salvar el mundo ni a ayudar a los derechos de las mujeres, pero que me hacen feliz. Ahora he aprendido a incorporar esa vida real mientras sigo disfrutando de mi trabajo. Y a compartirlo con mis amigas, que han sido como los grandes pilares de todo este recorrido”.

Zombi con ropa rota repite 'Sí, ¡vale!' mostrando apatía y falta de control. Insectos vuelan cerca.  'Se genera una inercia...'

“Estamos viviendo una reacción muy fuerte contra el feminismo”

En estos tiempos en que se ha avanzado mucho en el tema del feminismo, también asistimos a un movimiento en contra. “A nivel de activismo y a nivel político está claro que el feminismo va calando profundamente -asegura Raquel-. Lo que pasa es que ese movimiento feminista de los últimos años ha generado una reacción. Porque estamos intentando cambiar el mundo hacia una dirección que puede ser incómoda para quienes tienen el poder”.

“Lo que estamos viendo ahora es esa reacción en contra del feminismo -añade Raquel-, que es muy fuerte. Y además es muy joven en muchos casos. Eso me asusta un poco. Pero, por otro lado, también me plantea retos intelectuales y de pedagogía. Por ejemplo, al principio necesitaba hacer este personaje muy beligerante, pero lentamente ha ido fluctuando a través de los otros libros hacia otras actitudes”.

“Y pienso que ahora el mayor reto es el pedagógico hacia este montón de personas que están tomando posturas políticas y sociales muy misóginas -continúa-. Me preocupa especialmente esa gente joven porque son los que van a permanecer mucho tiempo más y van a seguir funcionando en base a lo que creen correcto. Creo que esto es tremendo y lo estamos hablando las feministas, a ver qué podemos hacer”.

“Parte de este movimiento contra el feminismo -añade Raquel-, se mueve mucho en redes sociales que son propiedad de la derecha mundial. Eso provoca que, por ejemplo, en Instagram nos hayan ido vetando las feministas. Ya no nos ven el mismo número de personas que antes, porque el algoritmo de las redes sociales ha cambiado como perjudicando deliberadamente a las personas que hacen activismo social. Y esto lo hemos notado todas las que defendemos causas sociales y feministas”.

“Además, creo que por parte de algunos grupos hay una negación del feminismo, como también niegan el Cambio Climático -continúa-. Lo vemos todos los días, no solo en los grandes titulares y los grandes líderes sociales y políticos que a mí no me gustan, sino incluso en personas de confianza, incluso mujeres. Por ejemplo, hay mujeres que salen de relaciones de violencia machista y que se encuentran con amistades e incluso familiares que les dicen que a lo mejor él no se daba cuenta y que en el fondo es buena persona, como negándolo una y mil veces, incluso cuando los hechos son violentos. Sí, el mismo número de mujeres asesinadas todos los años fueran, por ejemplo, taxistas. Y no tengo nada contra los taxistas, estaríamos diciendo: “¡Pero qué cojones está pasando!” Pero nos hemos acostumbrado a la violencia contra las mujeres y la costumbre es jodida porque te vuelve un poco ciega y ciego ante cosas tan graves”.

En algunos momentos, Raquel llegó a recibir amenazas misóginas en esas redes sociales. “Ahora la cosa está más tranquila -nos comenta-. Y yo también he aprendido a gestionarme. El día que no me siento capaz de tolerar la misoginia de la gente o el odio ni tan siquiera leo comentarios. Cuando era más jovencita me tenía un poco enganchada ese mundo, porque era tan apasionante que siempre estaba ahí y me comía ese odio cada vez que entraba. Ahora he aprendido a guardar mis espacios. Tengo mis plantas, mi perro... Tengo muchas otras cosas. Lola sigue siendo fundamental en mi vida, pero tengo otras muchas cosas”.

Lola Vendetta destruye una columna marcada con

“Me gusta ver a varias generaciones en las firmas”

En cuanto a cómo es posible mantener el éxito durante diez años, Raquel nos comenta: “El primer libro es verdad que fue un bombazo y el último (Katanazo al amor romántico, 2024), ha vuelto a ser un subidón. Por eso, ese miedo que tenía al principio de que el éxito de Lola Vendetta fuera pasajero ya no lo tengo tanto. Además, empiezo a conocer gente. Es una cosa súper curiosa porque, no solo aquí en Madrid, sino en Bogotá, en Ciudad de México… En las firmas empiezo a reconocer caras. También hay gente nueva, pero hay gente que es muy fiel al personaje”.

“Hay otra cosa muy chula que me pasa -continúa-, sobre todo el día de Sant Jordi, en la Feria del Libro… y es que vienen tres o cuatro generaciones juntas de la misma familia. Eso es muy chulo. Que me lea toda la familia y, sobre todo ver que también me leen mujeres mayores. Me hace mucha ilusión”.

Siendo un personaje tan popular cree Raquel que Lola Vendetta ha creado escuela entre otras jóvenes dibujantes: “Nunca lo había pensado así, pero el concepto es bonito. Si me pasa que entre artistas nos apoyamos y nos asesoramos, sobre todo en temas económicos. Porque las mujeres teníamos una educación financiera, en general, bastante precaria. Y las artistas ya ni te cuento. Por eso, lo que hacemos mucho es contarnos en qué nos tenemos que fijar en los contratos, qué es justo que nos paguen y ser muy transparentes con eso. Porque al final es lo que sustenta que podamos seguir creando”.

La Katana: Un símbolo contra la misoginia

En cuanto a la famosa katana del personaje, inspirada en la de la protagonista de Kill Bill, de Tarantino, Raquel nos comenta: “Al principio lo puse como una cosa totalmente trivial. Pero a la gente le llamó mucho la atención y empecé a vincularme con ese lazo. Sobre todo, porque a nivel de dibujo y a nivel de gestualidad, ese gesto de cortar cosas con la Katana es muy poderoso, genera como una fuerza visual, una épica, que creo que en las mujeres la hemos tenido relativamente poco y casi nunca en temas se no se hayan sexualizado”.

“Es decir, normalmente la que iba armada o la que luchaba por algo, iba con un corsé, iba en tacones, iba con una especie de uniforme… Cosas que no eran nada cómodas. Ahora, la katana yo creo que se ha convertido en una especie de símbolo de cortar por lo sano con la misoginia, con el maltrato a las mujeres, con la violencia de género… con injusticias sociales varias, pero principalmente las que tienen que ver con los derechos de las mujeres. Y muchas mujeres lo entienden así, porque muchas se han tatuado la katana. Vienen a las presentaciones y digo: “madre mía, ahora no me puedo equivocar porque esta gente se ha tatuado mi Katana”. (Por cierto, que la propia Raquel se la ha tatuado en el brazo).

“Siempre he procurado no dar la espalda a mis lectoras, no fallarlas -añade-. Por eso yo hablo con ellas todos los días por redes sociales. Entonces el vínculo, aunque sea digital, está ahí. Y valoro mucho sus opiniones. No sé si tiene que ver algo que yo sea la hermana mayor en mi familia, pero creo que sí, que he ido reproduciendo ese patrón”. 

Lola Vendetta, sangrienta y con katana, protagoniza la portada del cómic

“Si viviera 300 años estudiaría música”

Una de las grandes pasiones de Raquel, además de dibujar, es la música. Y en 2022 sacó su primer disco: El primer canto, con diez canciones compuestas por ella misma durante la pandemia. “Siempre pienso que si viviera 300 años me dedicaría a estudiar música, porque me chifla y se me cae la baba con la gente que la estudia, como mi hermana pequeña. Pero quiero hacerlo para disfrutar, porque una de las cosas que me pasó cuando empecé a cantar es que se me puso entre ceja y ceja que tenía que hacer algo que fuera tan definitivo como mis libros. Pero mi hermana me dijo: “Hazlo para gozar. Cuando sales de fiesta a bailar no piensas en ser bailarina profesional sino solo en divertirte”.

“Y ahora estoy con este enfoque que va de la mano de lo de celebrar -añade-. Recuerdo cuando salí a cantar a un concierto con la katana en la mano. Me lo pasé súper bien, pero el nivel de estrés que viví y el esfuerzo psicológico de actuar ante 14.000 personas es muy bestia. Hasta entonces solo había cantado en bares para 25 personas. Y por eso quiero seguir cantando y componiendo, pero de una forma tranquila. Porque ahora escucho el álbum y no acaba de ser exactamente la música que yo haría, pero todavía no tengo las herramientas para hacerlo, entonces quiero tomarme el tiempo para escribirlas. Igual dentro las he adquirido. Pero es un proyecto que está ahí y que vivo con un poco de pudor. Me siento un poco intrusa en el mundo de la música”.

En cuanto a sus proyectos inmediatos, Raquel Riba Rossy nos avanza: “Estoy trabajando en la segunda parte de Katanazo al amor romántico que será como un cierre más en la historia de Lola Vendetta, aunque dejará una puerta abierta a una continuación. Pero mientras, me gustaría abordar otros proyectos. Tengo muchas ideas en la cabeza y me encantaría hacer cuentos infantiles, de estos que tienen varias capas, de forma que los adultos pueden captar muchas más cosas. Pero antes tengo que acabar ese tomo de Lola Vendetta que creo que me va a lanzar a otra etapa de mi vida creativa”.