Araceli Osorio encarna la lucha de tantas madres mexicanas contra la impunidad de los feminicidios
- En México asesinan a más de 10 mujeres al día y el 90% de los crímenes machistas no se resuelve
- Pese a las trabas judiciales, Osorio consiguió que el asesino de su hija fuera condenado a 45 años de cárcel
Se llama Araceli Osorio y si hoy sabemos su nombre es porque no permitió que su hija fuera solo una cifra en un país donde asesinan a más de 10 mujeres al día.
Araceli, de 48 años, tuvo a Lesvy Berlín a los 22 años, la misma edad que tenía su hija cuando la mataron. Su cuerpo apareció en el campus de la misma universidad en la que estudiaba: la Autónoma de México, la UNAM.
Fue el 3 de mayo de 2017. Desde entonces, Araceli encarna la lucha de tantas madres mexicanas que asumen el trabajo que las autoridades no hacen, convirtiéndose en investigadoras, peritos, forenses o lo que haga falta. Todo con tal de evitar que sus hijas sigan engordando las estadísticas de impunidad en el país. En México, el 90% de los crímenes machistas no se resuelve.
El caso de Lesvy es un manual de todo lo que las autoridades no deben hacer ante la muerte violenta de una mujer.
La autopsia determinó que murió estrangulada; su novio, Jorge Luis, dijo que se había suicidado; la Fiscalía de la Ciudad de México le creyó y añadió que Lesvy bebía, se drogaba y no estudiaba. La revictimizó.
Sin tiempo para el duelo, Araceli pidió un permiso de empleo y sueldo y se entregó a la tarea de lavar el nombre su hija y de buscar justicia para ella. Reunió pruebas y encargó nuevos peritajes para tumbar la hipótesis del suicidio, a la vez que se movilizaba en las calles para que el caso no cayera en el olvido.
Su primera victoria llegó en octubre de 2017, cuando el Tribunal le dio la razón llamando a las cosas por su hombre. El novio de su hija, que hasta entonces estaba preso por no evitar su suicidio, iba a ser finalmente juzgado por "feminicidio.
La segunda, dos años más tarde, cuando después de 30 meses de un proceso trabado por recursos y otros obstáculos, Jorge Luis fue condenado a 45 años por asesinar a Lesvy.
La lucha de Araceli ha logrado desnudar los fallos y malas prácticas del sistema de procuración de justicia y la falta, no ya de "perspectiva de género", sino de sensibilidad y preparación de los policías y fiscales de la Ciudad de México, que presume de tener las leyes más avanzadas en materia de género.
El asesinato de una estudiante de 22 años en el corazón del país habría quedado impune si su madre no lo hubiera impedido.