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Podemos sin el hiperliderazgo de Iglesias: el reto de reflotar un proyecto tocado en las urnas y marcado por las crisis

  • Belarra saldrá previsiblemente elegida nueva secretaria general en la IV Asamblea Ciudadana de este fin de semana
  • La ministra y candidata apuesta por dejar atrás el personalismo y avanzar hacia un proyecto más colectivo

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Ione Belarra, candidata a secretaria general de Podemos
Ione Belarra, candidata a secretaria general de Podemos

Tras la marcha de Pablo Iglesias de la política, Podemos afronta su futuro bajo un nuevo liderazgo que se decidirá este domingo en su IV Asamblea Ciudadana. Siete años después de su nacimiento, todo parece indicar que la persona elegida será la actual ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra -sucesora de Iglesias en el Gobierno-. Y tendrá un gran reto por delante, el de revitalizar un proyecto hasta ahora marcado por el 'hiperliderazgo' de Iglesias, que ha ido perdiendo fuerza a nivel nacional y territorial desde 2016 y que no ha terminado de recuperarse de las crisis internas del pasado y de su ruptura con Íñigo Errejón (Más País).

Pero Podemos llega a estas primarias con un logro con mayúsculas, el de gobernar España. Un paso que condiciona por completo el futuro de la formación, que se plantea en una suerte de bicefalia en el que Belarra estaría al frente del partido y la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se perfilaría como candidata a unas futuras elecciones generales. Antes de abandonar la política, Iglesias dedicó buena parte de la campaña de las elecciones del 4M en Madrid a allanar el camino de Díaz como candidata.

Iglesias, que abandonó todos sus cargos el pasado 4 de mayo ante la derrota de la izquierda en Madrid y después de que su salto como vicepresidente del Ejecutivo a candidato regional no surtiera una gran diferencia, no estará presente en esta Asamblea Ciudadana que no se celebrará en Vistalegre -donde ha ganado protagonismo Vox-, sino en el Auditorio Paco de Lucía de Alcorcón el sábado y el domingo. En este tiempo, tampoco ha participado en ningún acto ni ha tenido presencia pública, como tampoco en redes sociales, y lo más que se ha sabido de él es que se ha cortado la coleta.

Iglesias es “distinto” y “no quiere asumir un protagonismo que corresponde a los nuevos liderazgos”, ha explicado el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, en una entrevista en Radiocable, en la que ha explicado que la intención del fundador de Podemos no es “tutelar la nueva etapa”. Iglesias ha actuado en consecuencia, tal y como aclaró la noche de su marcha el 4M: "No voy a ser un tapón para la renovación de mi partido".

Echenique también ha dejado entrever que permanecerá poco tiempo en política. "No tardaré mucho en volver a mi profesión porque creo en no estar en política mucho tiempo", ha dicho este viernes en Aragón Radio. Echenique, conocido por sus polémicos tuits, ha borrado -al igual que hiciera en 2019- casi la mayoría de sus mensajes en la red social Twitter y mantiene solo casi una veintena de publicaciones desde el pasado 4 de junio, que versan fundamentalmente sobre la cuarta Asamblea Ciudadana de Podemos animando a los inscritos a votar.

Una candidatura con los pesos fuertes del partido

Precisamente Echenique está en el equipo de Belarra y juntos han sido el núcleo duro de Iglesias en Podemos, personas de su máxima confianza. Su candidatura lleva a los pesos pesados del partido: la ministra Irene Montero es la número dos, seguida de la secretaria de Estado contra la Violencia de Género, Noelia Vera, y la hasta ahora líder del partido en Madrid, Isa Serra. Otros nombres en la candidatura son el del secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, la secretaria de Feminismos Interseccional y LGTBI, Sofía Castañón, o el del secretario de Relación con la Sociedad Civil, Rafa Mayoral. La lista, además, la engrosan once coordinadores autonómicos.

Ione Belarra, con el equipo de su candidatura a la IV Asamblea Ciudadana de Podemos

Ione Belarra, con el equipo de su candidatura a la IV Asamblea Ciudadana de Podemos EFE

Todo parece indicar que Belarra no tendrá rival, pese a que se han presentado a esta Asamblea Ciudadana otros dos candidatos. El primero, el edil de Podemos en el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Esteban Tettamanti, con su candidatura ‘Por un Podemos Horizontal’ para hacer el partido más participativo. Y el segundo, el militante crítico Fernando Barredo, que ya se enfrentó sin éxito a Iglesias en Vistalegre III hace un año, con su lista ‘Nuevo impulso’.

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Serán los casi 139.000 inscritos, registrados antes del 27 de mayo y que han verificado su identidad, quienes decidirán quién se hace con la secretaría general del partido y a los integrantes del Consejo Estatal Ciudadano (máximo órgano de dirección entre procesos asamblearios) y del Comité de Garantías.

Este sábado 12 de junio tendrán lugar las intervenciones de las candidaturas y las ponencias temáticas. Al día siguiente, el domingo 13 de junio, se desplegarán las intervenciones políticas e internacionales y, por último, se presentarán los resultados.

Belarra apuesta por más “protagonismo colectivo” y menos personalismo

La candidatura que abandera Belarra lleva por título 'Crecer' y con ella propone “dejar atrás” el “liderazgo y la personalidad” de Iglesias pero ser consecuente con su “legado” de “éxitos indiscutibles”. Para ello, es "necesario construir un nuevo Podemos, con un protagonismo más colectivo, cuyo liderazgo sea asumido mayoritariamente por compañeras y que represente una España que es mucho más que Madrid".

Su candidatura señala también que la renuncia de Iglesias no fue una “decisión personal” sino “política” para abrir una “oportunidad para el futuro”. "Podemos, con Pablo Iglesias, nos ha enseñado que nuestra formación es, sobre todo, una forma de hacer política que ahora vamos a llevar a cabo de una manera más feminizada, coral y plurinacional, lejos de las lógicas de competición y desgaste que intentan atribuirnos", ahonda la propuesta de ponencia política.

El propio Iglesias reconoció en RNE poco antes de su marcha que había pecado de “personalismo” y que ya “hacía falta” en Podemos “un estilo diferente para una época y un contexto distintos” con una “renovación feminizada”. Pero por aquel entonces creía que todavía le quedaban “unos años más” al frente del partido, hasta 2023. Esa intención se vio truncada con el resultado de las elecciones del 4M. Su candidatura sirvió a Unidas Podemos para subir tres escaños, pero demostró que el entonces líder morado no sirvió de revulsivo a la izquierda y él mismo, al anunciar su marcha en la noche electoral, reconoció que ya no no contribuía a “sumar”.

El desgaste de Podemos y los retos por delante

Ahora, Belarra dice que no se “conforma” con ser “minoría en el Gobierno” y quiere que Podemos sea hegemónico en la izquierda. Pero lejos quedó el tiempo en el que el partido morado tenía 71 diputados en el Congreso en 2016 -tras una coalición con IU que no gustó a Errejón-, amenazaba con 'sorpassar' al PSOE y lideraba el municipalismo con los llamados “ayuntamientos del cambio” por toda España, especialmente Barcelona -que con la alcaldesa, Ada Colau, sigue siendo el principal bastión territorial de Podemos- y Madrid.

De Vistalegre a Alcorcón: así llega Podemos a su IV asamblea

Desde 2016, la formación ha ido perdiendo diputados y fundadores -Carolina Bescansa se fue antes que Errejón-, y ha visto reducido su poder territorial en unos años marcados por múltiples crisis y divisiones internas a todos los niveles territoriales. Vistalegre II en 2017 fue el inicio de la ruptura entre Iglesias y Errejón que dejó heridas muy profundas y una brecha grande entre ‘pablistas’ y ‘errejonistas’ que terminó, con la marcha de Errejón en 2019, con la ruptura de un espacio político que antes estaba unido.

Al igual que Errejón no logró imponerse a Iglesias en Vistalegre II, tampoco logró hacerse con el espacio político de Podemos en las generales de noviembre de 2019, en la que Más País logró tres escaños en su coalición con Compromís. Sin embargo, el proyecto ‘errejonista’ se ha ido haciendo fuerte en Madridy en las últimas autonómicas se impuso no solo a Unidas Podemos sino incluso al PSOE, mejorando sus resultados de 2019. La particularidad de unos comicios madrileños en solitario ha permitido además a Más País tener más repercusión a nivel nacional, algo que podría beneficiarle de cara a unas futuras generales y suponer una amenaza para el proyecto de Belarra.

Y es que Unidas Podemos ha sufrido para mantener fuerza en algunos territorios como Madrid, Cataluña o Euskadi -donde fue sobrepasado por el PSOE- y sufrió una importante derrota en las gallegas del verano pasado, donde las mareas no lograron representación alguna. También el CIS lleva pronosticando una tendencia a la baja de la formación morada desde hace años. El último barómetro, el de mayo, otorga al partido un 10,4% de estimación de voto frente a Más País, que la duplica en un mes hasta el 3,8% tras las elecciones madrileñas.

Y a todo esto se suma el desgaste dentro del Gobierno de coalición, donde Unidas Podemos lleva peleando con el PSOE algo más de un año por sacar adelante sus políticas e imponer algunas, como la ‘ley trans’, con la dificultad de ser la fuerza minoritaria. Aún no hay regulación de los alquileres, como prometían antes de entrar en el Ejecutivo, ni se ha derogado por completo la reforma laboral. Muy atacados están siendo también los miembros de Unidas Podemos en el Congreso por las polémicas medidas como la de la discriminación horaria en la factura eléctrica.

Esto, sumado a las constantes discrepancias públicas que se han aireado en este tiempo entre los socios de coalición. La última, protagonizada por la propia Belarra, quien defendió este jueves que el expresidente catalán Carles Puigdemont y el resto de huidos del ‘procés’ pudieran regresar a España sin ser detenidos, algo que no defiende la parte socialista del Ejecutivo, que recuerda que tienen causas pendientes con la justicia.

Ahora, el nuevo Podemos tendrá que afrontar el reto no solo de sobrevivir sin Iglesias, sino de mantener su postura y su peso en el Gobierno de coalición, recuperar el peso territorial que se ha ido debilitando en los últimos años y no perder espacio frente a Más País. Respecto a esto último, Podemos ya está reforzando su política ecologista, seña de identidad de la formación ‘verde’ de Errejón. Si no hay cambio de planes, Belarra -si sale elegida líder- tendrá hasta 2023 para reforzar el proyecto antes de las próximas elecciones generales.