André Ricard y los diseños que nos cambiaron la vida, ¿Cuántos tienes en casa?

Botella de leche

Una empresa de productos lácteos se puso en contacto con él en 1967 para que diseñara un frasco exclusivo para su leche. André Ricard se puso en el papel del consumidor. "Observé que las botellas se guardaban en la puerta de la nevera y siempre están humedecidas, por lo tanto, era difícil de coger. No se podía cerrar completamente la mano. Debido a la barandilla, exigía subir la botella, no se podía extraer simplemente de frente. En este gesto se escurría siempre", recuerda en el programa Imprescindibles. Por eso decidió añadirle un bajo relieve tórico donde poder reducir el diámetro y dar una sujección por el cuello de la botella.

Puede que esta forma te suene, ya que el diseño también se ha aplicado a las botellas de plástico. "Ya no es realmente necesario, puesto que la botella flexiona. Es dar seguridad al gesto", explica.

Cenicero Copenhagen

En 1965 diseñó el cenicero Copenhagen, que ya forma parte del patrimonio cultural de nuestro país. Esta hecho de una sola pieza de forma cilíndrica, en color rojo y negro, que además es apilable. Sencillo, sin hornamentos, se ha convertido en un clásico. En la actualdiad podemos encontrar en el mercado diferentes modelos que se asemejan mucho al mucho al original.

"Los ceniceros eran como unos platos. Yo fumaba, como mucha gente lo hacía entonces. Se abría una puerta y toda la ceniza se repartía por la mesa de dibujo en la que yo trabajaba. Me parecía lógico que fuera profundo, lo que pasa que la profundidad exigía que para apagar un cigarrillo tenías que encontrar un sitio donde hacer emerger ese cilindro central", cuenta.

Pinza de hielo

Sus pinzas para el hielo son una de las piezas más imitadas del diseñador barcelonés. Todo empezó cuando descubrió la existencia de un material plástico que recuperaba la forma. Así ideó las suyas, unas pinzas flexibles que parecían la prolongación del pulgar y del dedo índice. La empresa Arce las puso a la venta en el año 1964, aunque la licencia para fabricarlas ha pasado a otras compañías, pero el diseño sigue siendo el mismo.

Interruptor Ibiza

En 1974 le encargaron unos interruptores de pared. "Los que existían en ese momento, eres muy correctos, pero tenían unos cantos vivos y casi diría que agresivos. Me pareció que con un interruptor lo que haces es tocarlo, lo miras poco", asegura. Por esa razón creó los interruptores Ibiza, una pieza con cantos rodados.

Lámpara Tatu

La idea de la lámpara Tatu se le ocurrió gracias a su mujer. Él solía leer por la noche en la cama, mientras que ella no, la luz le molestaba. Durante un vuelo transatlántico se dio cuenta de podía leer perfectamente su libro sin que la claridad impidiese al de al lado dormir. Solo necesitaba un chorro de luz unidireccional. La pieza se divide en tres secciones que se pueden rotar para adecuar su uso. El diseño de André Ricard acabó convirtiéndose en un icono del pop-art en Europa.

Vajillas de porcelana, cafeteras, elegantes frascos de colonia, relojes... André Ricard diseñó hasta la antorcha de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. A sus 92 años, el pionero del diseño industrial en España no piensa en retirarse. ¿Cuál será su próxima creación?