John Travolta, el rey de la pista: de 'Fiebre de sábado noche' a su baile con Lady Di
- El actor de Fiebre de sábado noche no solo ha roto cadera sobre la pista de baile de la gran pantalla
- En 1985, Travolta y la princesa Lady Di sorprendieron a todos con un precioso baile en la Casa Blanca
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La música disco quemaba las pistas de baile cuando John Travolta se enfundó en unos apretados pantalones campana para convertirse en el sensacional Tony Manero, un hombre que sedujo al público a golpe de cadera y ofreció uno de los bailes más icónicos del cine en Fiebre del sábado noche (1977). Coincidiendo con su emisión, esta noche, en Días de Cine Clásico de La 2, repasamos los menos más espectaculares, dentro y fuera de la gran pantalla, del actor de títulos tan célebres como Grease y Pulp Fiction.
De Tony Manero a Danny Zuko
Los Bee Gees ya eran todo un símbolo de baile en el mundo entero, pero que Travolta se rindiese, como lo hizo, al ritmo de su mítico tema You Should be Dancing en Fiebre del sábado noche hizo que la canción y la banda explotase en las listas de éxitos. En la película, sus pies flotaban con una gracia sensual, divertida y provocadora hicieron brillar como nunca el suelo del mítico club neoyorkino Odyssey 2001.
La película, se inspiraba en los cientos de jóvenes que a finales de los 60 y principios de los 70 copaban las discotecas con sus febriles ritmos corporales. Un contexto de júvilo enfervecido que se recogió en “Ritos tribales del nuevo sábado por la noche”, una nota firmada por el periodista británico Nik Cohn y publicada en la revista New York Magazine en junio de 1976.
Para lograr convertirse en el auténtico rey de la pista. Travolta tuvo que llevar a cabo una dura preparación para convertirse en bailarín. ¡Durante nueve meses estuvo ensayando las coreografías que aparecen en la película! Pero el esfuerzo merecería la pena.
Solo un año después de constatar que el actor era un verdadero rompepistas y de ser catapultado a la fama gracias a Fiebre del sábado noche, le llego otra oportunidad de mover cadera en Grease (1978). En esta ocasión, Travolta contó con una compañera de baile indispensable, Olivia Newton-John. De entre todas las coreografías que nos regalaron en esta cinta, sin duda la de Greased Lightning es la más memorable. Subido al capó de un coche, dando saltos en el aire sin despeinarse ni un solo pelo de su perfecto tupé -por entonces, el actor no lucía calva- y ceñido en su chupa de cuero, la coreografía de este tema es un verdadero cañonazo con muchos cilindros de potencia.
Anuncios en Japón, bailes cowboy y Chuck Berry
El ritmo pegadizo de Travolta se convirtió en toda una marca de identidad para el actor. Tanto fue así que el protagonista de Grease fue el reclamo de varias marcas publicitarias, una de las más surrealistas y bailongas fue la de una famosa bebida japonesa en la que Travolta demostraba que el mítico paso de “baile con copa/refresco” en la mano también se le daba muy bien.
Su talento iba más allá la música disco del momento. En 1980, el actor estrena Cowboy de ciudad, una cinta en la que demostró que también se le daba estupendamente eso de calzarse las botas y lanzarse al taconeo tejano. La película, que Travolta protagoniza junto con Debra Winger, vuelve a poner al actor en la pista de baile de una discoteca llamada Gilley's, pero aquí en vez de pantalones de campana, van con sombrero y espuelas.
Unos años después también le vimos ajustado en unas mayas de aerobic moviendo el esqueleto y marcando cuerpo tonificado en Perfect (1983). Un espectáculo que nada tiene que ver con la elegante, sofisticada y espontanea coreografía con la que nos deleitaría a principios de los 90 de la mano de Uma Thurman.
Y llego… ¡Pulp Fiction!
Por aquel entonces, Travolta parecía haber quemado todas sus naves con papeles venidos a menos que lastraban su carrera profesional y una serie de tragedias que habían atravesado su vida personal. Pero entonces llego Quentin Tarantino con Vincent Vega, el papel que le devolvería a la gran pantalla y dignificaría su carrera. Le acompañaba una sensual y alocada Uma Thruman y una banda sonora exquisita a la que Travolta puso ritmo con Chuck Berry sonando de fondo y uno de los pasos de baile más veces repetidos en el mundo.
Un baile para la historia Aunque sin duda, uno de los bailes más cruciales en la vida de Travolta ocurrió fuera de las cámaras (de cine). Era noviembre de 1985 y el actor fue invitado, junto a otros rostros conocidos, a una cena de honor en la Casa Blanca ofrecida por el entonces presidente, Ronald Reagan y su esposa Nancy. Tras la cena, debía comenzaba el baile con el que se cerraba la celebración, pero alguien debía abrirlo.
Lady Di, la invitada más destacada de la noche (que acudía su marido) sería la encargada de tal honor. De acuerdo con varias versiones, fue Nancy Reagan la que le dijo al actor que invitara a bailar a la princesa. Pero según escribió aquel año el Washington Post, fue la Princesa, de 24 años, quien le pidió a la primera dama que invitara al artista a la cena. Por lo que a ella se le atribuye el mágico de aquel encuentro.
En el documental Diana: In her own words (2017), Travolta rememoró aquel instante muy emocionado: "Mi corazón comienza a acelerarse, ya sabes, y toco a [Diana] en el hombro y ella se da la vuelta y me mira, y ella tenía ese tipo de tímido hundimiento [de la barbilla] que tenía, y miró hacia arriba yo, y dije: '¿Le importaría bailar conmigo?". La princesa aceptó y Travolta registró aquello en su "memoria como un momento mágico muy especial" que inmortalizó el exfotógrafo oficial de la Casa Blanca, Pete Souza, pasando así a formar parte de la historia de la realeza, de Hollywood y del los mejores bailes del rey de la pista.