El epitafio de Judas Priest se escribe en España
- La gira de despedida de la banda británica llega este fin de semana a España
- A Coruña, Leganés, Bilbao y Badalona son los escenarios elegidos
- Judas Priest están considerados como los creadores del heavy metal
Judas Priest, los padres del heavy metal, dicen adiós a los escenarios con una gira que a partir de este viernes tiene parada en España.
A Coruña (29 de julio. Coliseum), Leganés (30 de julio, La Cubierta), Bilbao (31 de julio, Bizcaia Arena) y Badalona (2 de agosto, Pabellón Olímpico) son las cuatro fechas elegidas por los llamados ‘Dioses del Metal’ para despedirse de nuestro país.
Cuatro conciertos muy especiales en los que, además, estarán acompañados por otras dos bandas legendarias de este género musical como son Saxon y Motorhead.
Aunque en un principio Judas Priest anunciaron que esta gira mundial –denominada Epitaph que les llevará hasta final de año por Europa, Sudamérica, Estados Unidos y Canadá- sería la última ocasión para poder ver al grupo sobre un escenario, posteriormente la banda ha matizado sus palabras y ha puntualizado que, en realidad, ésta será su última gran gira pero que, de forma puntual, podrían ofrecer algún concierto de forma aislada.
De hecho, Judas Priest están grabando un nuevo disco. “Queremos hacer al menos un gran álbum de metal más que represente todas las cosas maravillosas que hemos intentado hacer; si todo va según lo planeado, queremos sacarlo en torno al verano del próximo año”, ha declarado el vocalista del grupo, Rob Halford.
Incluso no es descartable que esta anunciada gira de despedida sea una jugada comercial para revitalizar la economía de Judas Priest.
Sea como sea, lo cierto es que estos movimientos suponen los coletazos finales de una de las bandas de heavy metal más influyentes de todos los tiempos.
Pusieron las bases del heavy metal
Judas Priest heredaron la fórmula de los inventores del género (Black Sabbath, Led Zeppelin. Uriah Heep) y le dieron un contenido propio, sirviendo como modelo a toda la escena metálica desde los 80 hasta la actualidad.
Nacidos a finales de los 60 en Birmingham, el grupo alcanzó su primera formación estable en 1974, con la publicación de su primer disco, Rocka Rolla.
El vocalista Rob Halford, los guitarras Glen Tipton y K.K. Downing y el bajista Ian Hill –el puesto de batería siempre fue inestable en el grupo hasta la llegada de Scott Travis en 1990- fueron poniendo disco a disco las bases del heavy metal, tanto en lo musical como en lo estético.
Así, si en temas como Ripper, Victim of changes, The Green Manalishi destacaban la voz aguda de Halford y las guitarras dobladas de Tipton y Downing, en las portadas y en las fotografías de sus conciertos la banda exhibía una imagen basada en el cuero negro y las cadenas, estética que se convertiría en la habitual entre los músicos de metal de décadas sucesivas.
Éxito en Estados Unidos
Aunque la gloria para Judas Priest llegaría en 1980, con la publicación de British steel. El disco, más comercial que sus predecesores, les hizo muy populares en Estados Unidos, donde se convertirían en auténticas estrellas con las sucesivas entregas: Point of entry, Screaming for vengeance y Defenders of the faith.
Tras una segunda mitad de los 80 en la que llegaron a experimentar con sintetizadores, Judas Priest se consagrarían como ‘Dioses del Metal’ con la grabación de Painkiller, el disco definitivo de heavy metal, en el que supieron conectar con las nuevas generaciones y que supuso el punto de partida para renovadores del género como Pantera o Sepultura.
Pero aquel fue quizá su canto del cisne. La marcha temporal de su vocalista, Rob Halford, y la posterior reunificación se ha traducido en un par de giras mundiales y discos muy por debajo del nivel de sus clásicos.
Además, hace unos meses el guitarrista K.K. Downing decidió abandonar la banda. En su lugar aparece el joven Richie Faulkner, un sustituto que difícilmente podrá suplir el carisma y el cariño de los fans hacia uno de los miembros fundadores.
De ahí que la decisión de poner punto y final a su presencia en los escenarios sea una salida digna para una banda que ha vendido más de 50 millones de discos a lo largo de su historia.
Aunque ya no podamos disfrutar de la formación clásica y a pesar de que los agudos de Rob Halford no suenen tan brillantes como antaño, corear en directo himnos del metal como Living after midnight’ o Painkiller o ver al vocalista salir al escenario a lomos de su Harley Davidson es una experiencia que todo metalero debe experimentar al menos una vez en la vida.