"La Historia me absolverá"
- Castro inició una amplia serie de reformas económicas en 1960
- La sanidad y la educación, grandes logros del sistema cubano
- En 1962, la "Crisis de los Misiles" hizo temblar al mundo
- Desde 1991, Cuba sobrevive sin apenas apoyo exterior
Las dudas sobre el futuro se centran en Raúl Castro, sucesor de Fidel
Cuando se defendía a sí mismo de la acusación de traición tras su primer intento de sublevación militar, en 1953, Fidel Castro pronunció un alegato histórico que llevaba el título de "La Historia me absolverá". Ese día, un inspirado Castro resumía los grandes males que, a su entender, castigaban a Cuba: pobreza extrema de los campesinos, hacinamiento de 400.000 familias en el campo, un 90% de los niños sin acceso a medidas básicas de higiene, salud y educación.
Así, un largo rosario de penalidades que construyeron desde el primer momento el ideario de Fidel Castro, un líder carismático y arrollador que construyó un Estado a imagen y semejanza de su personalidad.
Cuando seis años más tarde, el 1 de enero de 1959, Castro entraba en La Habana como líder victorioso de una sublevación guerrillera, mantenía esas ideas fijas en su cabeza.
En ese momento, aunque formalmente sólo era Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas (era presidente de la República Manuel Urrutia), a nadie se le escapaba que las órdenes en el nuevo Gobierno las impartía este llamativo abogado de espesa barba y verbo inagotable.
Por eso, a nadie extrañó tampoco que apenas empezaron las fricciones dentro del nuevo Ejecutivo, los hombres fuertes de la Revolución ofrecieran a Castro el puesto de primer ministro, que ocupó enérgicamente el 16 de febrero de 1959. Una semana antes se había promulgado la Ley Fundamental de la República, que, en parte, restauraba la Constitución de 1940.
Lo primero que hace Castro, ya con todo el control de la situación en sus manos, es realizar un viaje de buena voluntad a Estados Unidos, donde se entrevista con el vicepresidente Nixon y donde trata de ganar apoyos para su causa.
Sin embargo, pronto se verá que esos apoyos iniciales titubean. De vuelta a Cuba, Castro emprende un importante programa de reformas y la primera gran medida fue una Ley de Reforma Agraria, que, firmada el 7 de mayo de 1959, transformó por completo la estructura social del campo cubano, una estructura que no había variado sustancialmente desde la época de la colonia española.
Primeros choques con Estados Unidos
Con su Ley de Reforma Agraria, Castro estableció los principios que habrían de informar el nuevo Estado cubano y, por ende, a sus estructuras políticas. Los grandes terratenientes perdieron su latifundios y se inició un periodo de reparto de colectivización de tierras y la construcción de granjas populares, que pasaron a gestionar la mayor parte del territorio agrícola. Hay que señalar que un 80 por ciento de las grandes fincas cubanas eran de propiedad norteamericana, con lo que ahí prendió la mecha del primer enfrentamiento entre Cuba y su poderoso vecino del Norte.
El segundo gran choque llegó en 1960, cuando el Gobierno de Castro decretó la nacionalización de las empresas extranjeras con representación en el país. Esto, unido al establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y la URSS, y, sobre todo, a la nacionalización de los bancos norteamericanos decretada en septiembre de 1960, agrió definitivamente las relaciones con Washington.
Mucho tuvo que ver también una nueva estancia de Castro en Nueva Cork para intervenir en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Arropado por los grandes líderes de la izquierda mundial, como Nikita Jrushchov, Nasser o Malcolm X, Fidel pronunció un histórico discurso en el que, a lo largo de varias horas y entre aplausos, denunció los abusos del sistema capitalista. ¿Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso¿, dijo un enfático Castro.
Así las cosas, no podía tardar mucho en ganarse enemigos. En octubre, el Gobierno de Eisenhower, que estaba en sus últimos momentos de mandato, ordenó un embargo de las exportaciones cubanas el día 20 de octubre de 1960 y el día 3 de enero de 1961, apenas unos días antes de que J.F. Kennedy accediera al poder, Estados Unidos rompía relaciones diplomáticas con Cuba.
Este enfrentamiento inicial perdura casi 50 años después y ha condicionado de forma irreversible la construcción de la política cubana, el desarrollo de su sociedad, de su economía y sus relaciones internacionales.
Viraje hacia la URSS
Acorralado por el Norte, Fidel Castro y sus compañeros dan un importante giro a su política. Dentro del país se acelera el ritmo socializador del tejido productivo y arranca una gigantesca campaña de alfabetización que busca sacar a Cuba de su atraso cultural.
Fruto de este esfuerzo inicial serán los grandes logros de la Revolución: educación universal de calidad para toda la población, sanidad gratuita y de gran nivel y un sorprendente florecimiento de las artes y los deportes.
Mientras, y de cara al exterior, el día 16 de abril de 1961, Castro declara el "carácter socialista" de su Revolución y de su Gobierno, lo cual deja claro en qué campo del equilibrio de poderes se integra la nueva república.
Bahía de Cochinos
Llegado al poder Kennedy en Estados Unidos, se intensifica la campaña de cerco a Cuba. Fruto de ella fue la fallida invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961, una operación militar llevada a cabo por voluntarios cubanos anticastristas que recibieron apoyo e instrucción por parte del Gobierno de Estados Unidos.
El episodio sirvió a Castro para afianzar su posición de agredido ante el mundo y enconó todavía más las relaciones entre ambos países, acentuando el vuelco de Cuba hacia la esfera socialista. La tensión desembocó en un bloqueo comercial sobre Cuba que Kennedy ordenó el 3 de febrero de 1962.
La Crisis de los Misiles
A partir de ese momento, los acontecimientos se precipitan. Fidel llega a un acuerdo con la Unión Soviética para instalar armamento atómico en Cuba con el objetivo de "defender el país". Apenas detecta Estados Unidos la llegada de las primeras cabezas nucleares, estalla la llamada "Crisis de los Misiles", que, durante dos tensas semanas de octubre de 1962 pone al mundo al borde de un conflicto planetario y de consecuencias devastadoras.
Finalmente, el presidente soviético, Jruschov, ordena retirar los misiles de Cuba, lo que desbloquea el conflicto, pero quiebra definitivamente las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. De hecho, a partir de julio de 1963 los estadounidenses prohibieron cualquier tipo de comercio con los cubanos.
Hacia el comunismo
Definitivamente aliada con la URSS, Cuba emprende reformas de claro tinte socialista. Para muchos, esto supuso la salida del Gobierno, y del país, de Ernesto Ché Guevara, el legendario compañero de Fidel en la Revolución y auténtico icono de aquellos años. El Ché decidió renunciar a su puesto en el Gobierno y dejó Cuba para llevar la revolución a otros países. Su empuje internacionalista acabaría en 1967, en las selvas de Bolivia, donde fue fusilado por tropas regulares del país andino.
Para entonces, ya los símbolos y la estructura del Estado eran un reflejo de la estructura soviética. El Partido Unido de la Revolución Socialista Cubana se transformó en 1965 en Partido Comunista de Cuba.
Poco después, en 1970, Castro puso en marcha la famosa "Zafra de los diez millones", un potente programa agrícola que debía dar lugar a una producción de azúcar de diez millones de toneladas. El fracaso del experimento -se quedaron en 8 millones- puso en entredicho los métodos agrícolas de un país que ya empezaba a notar seriamente el bloqueo y al que la ayuda económica soviética mantenía prácticamente subvencionado.
La guerra de Angola
En 1975, Castro decide dar un paso delante en la expansión de su ideario y aporta un matiz internacionalista a la Revolución muy inspirado en la línea de pensamiento de Ché Guevara. Así, en noviembre de 1975 decide enviar tropas a la guerra de Angola, donde Cuba luchará al lado del gobierno comunistas del MPLA. Hasta 1988, Castro llegó a enviar hasta 52.000 soldados y contribuyó decisivamente al éxito de Ángola frente a sus enemigos.
Castro, jefe del Estado
Poco después de lanzar su aventura africana, Castro fue elegido jefe de Estado de Cuba. Este hecho tuvo lugar el día 3 de diciembre de 1976, la término del I Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Con su nuevo cargo, Fidel estrecha las relaciones con la Unión Soviética y se convierte en uno de los grandes líderes del Movimiento de los No Alineados, que celebró una importante conferencia en La Habana en 1979.
Sin embargo, su fuerte presencia internacional no va acompañada de un respaldo pleno dentro de Cuba. Durante los primeros años 80 empiezan a evidenciarse grietas en el Gobierno y en el Estado, algo que se acentúa durante la segunda mitad de la década. La necesidad de reafirmar el poder interno lleva al fusilamiento del general Arnado Ochoa y otros militares destacados en Angola en julio de 1989. Se les acusó de narcotráfico, pero también hay fuentes que apuntan a que podrían haber sido ejecutados por conspirar con Estados Unidos.
Crisis del bloque soviético
Buena parte de las debilidades del sistema se debieron a que, para esos últimos 80, el bloque soviético daba síntomas de claro agotamiento y la ayuda que llegaba desde la URSS ya no era tan consistente.
Sin embargo, esta situación habría de precipitarse tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y el derrumbe de la URSS en 1991, lo que supuso el final de la ayuda. En 1992 Rusia, heredera del imperio soviético, negoció la salida de los últimos soldados del Ejército Rojo que estaban en Cuba y el país caribeño quedó solo ante su destino.
En ese momento, Cuba inició el llamado Periodo Especial", un tiempo largo y oscuro en que el país afrontó tremendas dificultades económicas. Aislado comercial y diplomáticamente, sin apoyo de su aliado tradicional, Castro autorizó cambios de emergencia en el sistema económico y despenalizó en 1993 la tenencia de divisas. También se permitió, por primera vez, la apertura de negocios particulares y se impulsó la creación de empresas mixtas con aportación de capital extranjero.
A fuerza de imaginación, los cubanos sobrevivieron, pero la confianza en el régimen de Castro quedó seriamente lesionada. Por su parte, el ya muy veterano dirigente respondió reforzando las estructuras de control de la sociedad y persiguiendo todavía más a la disidencia.
A partir de 1995, gracias a la entrada de capital turístico y al apoyo de países como China, Cuba logró superar el 'Periodo Especial'. Para entonces, el mundo había asistido atónito a la llamada 'Crisis de los Balseros', una masiva huida de cubanos hacia Estados Unidos a bordo de cualquier trasto que fuera capaz de flotar.
La visita del Papa
Tras superar el duro 'Periodo Especial', dio la impresión de que Cuba se abría camino. El país recuperó parte de su ritmo productivo y el turismo aportó una cierta esperanza.
Para cortarla de raíz, el presidente de los Estados Unidos, que en 1996 era Bill Clinton, aprobó la llamada Ley Helms Burton, que reserva represalias para cualquier empresa que mantenga relaciones comerciales con Cuba.
La reacción de Castro fue un enroque en sus ideas socialistas y una serie de maniobras de imagen internacional, la más destacada de ellas, la visita del Papa Juan Pablo II a la isla. Este acontecimiento tuvo lugar a finales de enero de 1998 y sirvió para desbloquear buena parte de las relaciones de un régimen que mostró su cara más dulce durante esos días.
A partir de ahí, Cuba vive un momento de tranquilidad y consigue apoyos en varios países, especialmente en Venezuela, donde Hugo Chávez se declara ferviente admirador del líder cubano. Desde el año 2000, ambos países cooperan activamente y la economía de la isla se hace muy dependiente del petróleo venezolano. Juntos, ambos mandatarios ponen en marcha una campaña internacionalista de raíz bolivariana que lleva a una incipiente unión política entre Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Tras la muerte de Chávez, Nicolás Maduro ha mantenido las buenas relaciones con Cuba, pero su capacidad de apoyar económicamente a la isla se ha ido erosionando con la crisis que vive Venezuela.
Así, el prestigio de Castro como líder americano se reafirmó y, dentro del país, se permitió derogar algunas de las reformas del periodo de emergencia, como el uso del dólar, que se prohibió en 2004.
Sin embargo, desde 2008, Castro redujo al mínimo su actividad. Enfermo, cedió el poder a su hermano Raúl, y sus apariciones públicas se han ido espaciando, si bien han generado el inevitable revuelo mediático.
En ausencia de Fidel, Raúl ha llevado a cabo una política muy vinculada a Venezuela y ha mostrado algunos signos de aperturismo, como la nueva ley que permite el establecimiento de inversiones extranjeras. Finalmente, Raúl, sin que sepamos todavía si lo ha hecho de acuerdo con su hermano, ha llevado a buen puerto negociaciones con Estados Unidos para restablecer relaciones diplomáticas y desmantelar el embargo. Se abre una nueva etapa en la política de Cuba y, seguramente, del Caribe.